Morales aisló a Lousteau y quedó a un paso de la presidencia de la UCR
El gobernador jujeño usó la fractura radical en su favor. El mismo día en el que se formalizó la ruptura del bloque de la UCR en Diputados, la mesa directiva del partido se reunió en el comité nacional. El encuentro se concretó el lunes a la noche. La cita fue apurada por el sector que integran Gerardo Morales y Mario Negri, como una suerte de reacción a la rebelión nosiglista en la Cámara baja. El presidente saliente de la UCR, Alfredo Cornejo, aceptó el pedido. Si bien Cornejo ensayaba un equilibrio entre las dos tribus en pugna, el portazo de los 12 diputados “renovadores” no le dejó mucho margen para jugar a la prescindencia.
La maniobra encerraba un desaire a las pretensiones de Martín Lousteau, Emiliano Yacobitti y Enrique “Coti” Nosiglia. El trío de radicales porteños quería patear la convocatoria para adelante. Y no sólo buscaba dilatar la convocatoria a la reunión de mesa. El nosiglismo planeaba que la elección del nuevo presidente de la UCR se pasara para el año próximo. Para febrero o marzo del 2022. No lo consiguió. La votación del nuevo jefe nacional del partido ya tiene fecha, hora y lugar: el viernes 17 de diciembre a las 12 del mediodía, en el comité de Alsina 1786.
La decisión fue tomada por los integrantes de la mesa directiva radical, el lunes casi de madrugada. De los 15 boina blanca que forman parte de esa mesa de autoridades partidarias, hubo 11 presentes en el edificio histórico de la UCR. Los otros cuatro se conectaron por zoom. Estuvieron el presidente Alfredo Cornejo y sus tres vices: la bonaerense Alejandra Lordén, el chaqueño Ángel Rozas y la cordobesa Soledad Carrizo. También, el más interesado en concretar la cita: el gobernador jujeño Morales, a su vez secretario general del radicalismo.
En contra de algunos rumores que pronosticaban su ausencia, el representante de Capital en la mesa se acercó al comité. ¿De quién se trata? Del mítico Coti Nosiglia. El veterano dirigente radical participó del mitin. ¿Por qué existían suspicacias respecto a su participación y postura? Porque el ex militante de la Coordinadora es el principal sponsor del despliegue político de Lousteau.
Pero mientras la tribu nosiglista abandonaba el bloque oficial de la UCR y conformaba el espacio Evolución dentro de Juntos por el Cambio, el Coti daba su aval a que se fijara la fecha de la elección partidaria. Una fecha inminente. El día elegido por consenso fue el viernes 17, 24 horas después de que se venzan los mandatos actuales. No hubo oposición entre los 15 delegados de la mesa directiva. Tampoco hubiera tenido demasiado sentido resistirse en minoría. Gerardo Morales ya había convencido al resto. Incluso al gobernador correntino Gustavo Valdés, quien dio su respaldo a través de su delegado Sergio Flinta.
Tras algunas dudas, Valdés terminó apoyando a Morales. Al gobernador de Corrientes todavía le dura el malhumor con Lousteau y especialmente con Emiliano Yacobitti. Pero el fastidio no sólo se explica por la fractura del bloque en Diputados. El enojo de Valdés empezó el viernes pasado. Ahí arrancó la mala racha para el nosiglismo, cuando inesperadamente perdió la conducción de la Juventud Radical. La tribu del Coti, Yacobitti, los legisladores Juan Nosiglia y Hernán Rossi lideraba la JR desde hacía 18 años. Y planeaba seguir haciéndolo. Hasta que el espacio La Causa Nacional, apadrinado por Valdés, se impuso por sobre la Cantera Popular. Así, Valeria Pavón se consagró como presidenta del comité nacional de la Juventud Radical. Pavón tiene 27 años. Es directora de Juventud de la Provincia de Corrientes y estudiante de Abogacía de la Universidad Nacional del Nordeste.
Durante el proceso de votación, la escudería de Yacobitti trató de frenar la elección por una supuesta falta de quórum. “Como vieron que perdían metieron a la barra de Chicago. No saben perder”, se quejan cerca de Valdés. Como consecuencia de la ruptura y del lance para trabar el triunfo de la joven Pavón, ahora Valdés se alineó con la estrategia de Morales.
A poco más de una semana para elegir a un nuevo presidente de la UCR, el gobernador de Jujuy es el único aspirante confirmado para ocupar ese cargo. Lousteau todavía duda sobre la posibilidad de dar esa pelea contra Morales.
¿Cómo se elige al presidente de la UCR? Cada provincia tiene cuatro delegados con voz y voto. A esos 96 representantes (aunque esta vez se descontarán los cuatro de Santiago del Estero, por estar intervenida) se le agregan dos delegados por cada una de las tres organizaciones partidarias. ¿Cuáles? La Juventud Radical, la Organización de Trabajadores Radicales y Franja Morada. Así, 98 embajadores nacionales de la UCR designarán al sucesor de Cornejo.
Morales da por descontado su triunfo, con o sin competencia con Lousteau. “Ellos con Capital y algunas provincias que arrastran alcanzan el 30% de los delegados. Nosotros tenemos un piso de 62%, con posibilidad de crecer”, se jactan cerca del gobernador jujeño.
“Evolución va a seguir batallando por cambiar al radicalismo. Las candidaturas son secundarias. La pelea por cambiar metodologías y prácticas ya está planteada”, afirman desde la trinchera de Lousteau. Y agregan, con dedicatoria para Negri y Morales: “Martín es el dirigente radical con mejor imagen del país y eso le jode a los dueños del partidos desde hace 25 años”.
En caso de que se imponga el jujeño, Morales buscará tender un puente hacia los heridos internos. En concretísimo, piensa ofrecer una representación (minoritaria) al nosiglismo dentro de la mesa directiva del partido. La suerte parece estar echada. Morales marcha a ser el nuevo jefe del radicalismo. Su gestión tendrá un ojo puesto en el 2023, con planes ambiciosos tanto para la UCR como para él mismo.
AF
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