Natalia de la Sota, diputada schiarettista: “Tenemos claro que Alberto Fernández tiene que llegar al final de su gobierno como corresponde”
“Tengo una antigrieta en mí misma”, dice entre risas Natalia de la Sota, mientras apura un café con leche en un bar de la Ciudad de Córdoba. No solo es hija del histórico ex gobernador cordobés por el peronismo, sino también nieta del ex mandatario provincial por el radicalismo a fines de los años 50, Arturo Zanichelli. Diputada nacional desde hace cuatro meses en el Interbloque Federal, asegura que esa “mezcla sanguínea” es el camino para salir de los extremos en los que está inmersa la política nacional. Y de la misma manera dice respetar la institución presidencial, en medio de la interna en el oficialismo: “Tenemos claro que Alberto Fernández tiene que llegar al final de su gobierno como corresponde, y va a tener nuestro respaldo para que eso pase”.
De la Sota no esquiva conversar sobre las posibilidades presidenciales de Juan Schiaretti, luego del protagonismo reciente que logró su jefe político con los encuentros con diferentes dirigentes nacionales y de todo el arco político. Evita responder si el mandatario cordobés será candidato presidencial en 2023, pero entiende que está en un armado “superador” a la dicotomía actual entre el Frente de Todos y Juntos por el Cambio. “Podría sumar mucho”, asegura en esta entrevista con elDiarioAR, en la que también aventura acuerdos legislativos con parte de la oposición, como el bloque que conduce el macrista crítico Emilio Monzó: “Tenemos que coordinar movimientos, políticas, proyectos y una mirada conjunta en el Congreso de la Nación”.
–Fuiste concejal en la ciudad de Córdoba, legisladora provincial y ahora diputada nacional. ¿Qué balance haces de esta experiencia recién de cuatro meses?
–Hemos tenido pocas sesiones, pero difíciles: Presupuesto, Bienes Personales y la del FMI. Yo veo que, desgraciadamente, termina siendo una vidriera el Congreso. Y no debería ser eso. Se busca el que busca el discurso más fuerte, más incendiario o escandaloso. Yo quiero hacer mi paso por ahí desde otro lugar, siendo útil. Por eso hemos presentados proyectos importantes como uno vinculado al trabajo joven, que en Córdoba fue muy exitoso y se conoció como PPP (Programa Primer Paso), en vínculo con el sector privado. En fin, trabajamos en propuestas viables, serias, que no sea solamente ir, sentarme a una banca y decir cosas para tener dos minutos de tele.
–¿La política nacional es muy “porteñocentrista”?
–La verdad es que sí. Se utilizan los escenarios para otros fines. En la Cámara uno escucha discurso que parecen una performance. Eso me da un poco de tristeza, sobre todo porque dada la situación de crisis económica y política. Está muy desvirtuada la política.
–Venís de una familia política: tu padre De la Sota, peronista, y tu abuelo materno, Arturo Zanichelli, ex gobernador radical en 1958. ¿Tu mirada de la política contempla esa diversidad?
–Tengo una antigrieta en mí misma (risas). Yo no he vivido familiarmente tensiones en ese sentido. Por eso realmente me produce mucho dolor la descalificación hacia los otros, como vemos hoy. Y adónde hemos llevado la política nos obliga a reflexionar sobre eso.
–Parece una idea muy difícil de aplicar en esta época.
–Yo sé que es titánico, pero para eso me dedico a esto. Mi viejo, en ese sentido, ha sido un tipo sumamente dialoguista y nunca lo he escuchado ir con el insulto, la agresión o la descalificación. Sí tenía firmes convicciones y las llevaba a cabo, pero hay modos de hacer las cosas, a partir de los consensos. Para ser moderado tenés que tener los argumentos bien claros y las ideas bien firmes. Sino es más fácil gritar y hacer escándalos.
La reunión de Schiaretti con otras fuerzas en Buenos Aires tiene que ver con ponerse de acuerdo para trabajar en conjunto, incluso en el Congreso
–Mencionaste como una de tus iniciativas la del PPP, pero otra es el proyecto de reducir las retenciones, progresivamente, a cero. En un contexto mundial de suba de las commodities y, a nivel nacional, de falta de dólares, ¿cómo compensaría el Estado lo que no recauda por retenciones?
–Queremos ser responsables porque sabemos que no podemos desfinanciar el Estado. Entonces, nosotros planteamos la baja de tres puntos porcentuales anuales, de acuerdo con cuál sea la materia prima, y computando eso que aporta la producción a Ganancias, que es un impuesto que se coparticipa.
–O sea que el proyecto se mete también en la puja histórica de las provincias por la coparticipación.
–En el 2021, Córdoba desde su sector productivo aportó en materia de retenciones alrededor de 270 mil millones de pesos, y lo que volvió fue de 60 mil millones. Esa es una muestra clara de la desproporción que hay. A ver, esto no quiere decir que uno deje de ser solidario, porque hay otras provincias que no son productoras, pero tiene que haber una manera de equilibrar eso. Y tampoco quiere decir que para el que necesita realmente ser subsidiado, no esté el Estado. Porque el Estado tiene que estar dando una mano al que necesite. Son discusiones que tenemos que dar.
–Hay una discusión interna ahora en el Gobierno sobre la suba de tarifas y su segmentación.
–A mí me parece que es correcto segmentarlas y estos momentos tan críticos nos abren la puerta para discutirlos seriamente. En esto para mí no hay ángeles ni demonios, buenos o malos, palomas o halcones. No me quiero enganchar. Yo tengo la posibilidad de hablar con dirigentes de todas las fuerzas.
–A juzgar por sus resultados, ¿debería seguir Martín Guzmán?
–Nosotros acompañamos el acuerdo con el FMI porque creíamos que teníamos que evitar el default, aunque teníamos diferencias sobre cómo implementarlo. Y creo que hay que sostener una política económica sustentable.
–En la grieta cayó la reforma del Consejo de la Magistratura y no se sabe qué va a pasar. ¿De quién es la responsabilidad?
–Nosotros no acompañamos el proyecto del oficialismo, pero porque tenemos una mirada muy concreta: en Córdoba el Consejo de la Magistratura está presidido por el Tribunal Superior de Justicia, e incluso De la Sota firmó un decreto apenas asumió donde se autoexcluyó de la posibilidad de interferir en la elección de los magistrados. Creo que al final todos tenemos responsabilidad. Estas propuestas son las que me hacen creer que hay que bajar la tensión, las internas, los extremos…
–En la polarización y la interna del Gobierno hubo voces de la oposición dudando que Alberto Fernández finalice su mandato.
–Eso me parece una irresponsabilidad, absolutamente. Hay quienes en la oposición abusan de la lógica amigo-enemigo. Nosotros tenemos claro que Alberto Fernández tiene que llegar al final de su gobierno como corresponde, y va a tener nuestro respaldo para que eso pase. Nos queda tiempo para la próxima elección y en el medio están pasando cosas graves. Y esto te lo digo antes que me lo preguntes: la reunión del gobernador Schiaretti con otras fuerza en Buenos Aires tiene que ver con eso, con ponerse de acuerdo para trabajar en conjunto, incluso en el Congreso. Esto no tiene que ver con la cuestión electoral. Y a mí no me asusta que se sienten dirigentes de distintas fuerzas.
–Pero antes de preguntarte por Schiaretti, ¿decís entonces que podría haber una relación más estrecha entre el Interbloque Federal y, por ejemplo, el espacio de Emilio Monzó, que estuvo en la cena con el gobernador?
–Por ejemplo. Se puede empezar a coordinar el trabajo en conjunto. Esa es al intención, porque ante una situación grave como la que vivimos hace falta que las fuerzas se sienten a discutir de qué manera van a abordar los temas que vienen, con previsibilidad, calma y sentido común. A eso tenemos que apostar.
–La reunión “por fuera de la grieta” significa tanto por fuera del kirchnerismo como del macrismo.
–Exactamente. Los dos extremos han hecho mucho daño. El tejido social se ha roto. Todo lo que sume a poder salir de esos extremos y sentarnos a discutir temas con moderación, nos va a ayudar. Esto no nos hace iguales, pero de esto se trata la política: ceder un poquito vos y un poquito yo.
–Está la idea de que los miembros del Interbloque Federal visiten a Schiaretti la semana próxima. ¿Tiene algo de “operativo clamor”?
–No, no… Tiene que ver con el trabajo del interbloque, con seguir dialogando y encontrar temas que nos encuentren en el camino de las soluciones comunes. Sí Schiaretti es un gobernador con una muy buena opinión en toda la política. Es importante su palabra y juntarnos con él y discutir algunas cosas.
–Sería una foto más de Schiaretti en esta sucesión de encuentros de alto impacto con proyección nacional: el asado en lo de Urtubey, el evento en que el estuvo con Larreta.
–Veo que está buscando construir algo superador, pero apuesto a que eso suceda muchas veces y con muchos dirigentes políticos de todas las fuerzas. Apuesto a que aparezca una instancia superadora de los extremos. Ojalá suceda. Es también coordinar los movimientos, las políticas, los proyectos, y una mirada conjunta en el Congreso de la Nación.
–En esa instancia superadora, ¿qué rol le ves a Schiaretti?
–Tendrá que ser su decisión qué rol quiere jugar, pero creo que es un gobernador sumamente respetado, con tres gestiones, un gran administración, con experiencia. Creo que va a ser una pieza importante. No te puedo decir en que lugar ni cómo, pero me parece que estaría bueno tenerlo…
–¿Como candidato?
–Estaría bueno tenerlo.
–¿Vos desearías que Schiaretti sea candidato?
–Conozco su gestión, su manera de administrar y creo que ha sido un gran gobernador. Podría sumar mucho.
–Ahí en el asado había varios presidenciables siempre anotados, como Randazzo, Morales, Urtubey.
–Sí vos me preguntas de nombres y candidaturas, está el juego abierto. En este momento es tan difícil... no sabemos qué va a pasar mañana. Después se verá cómo se acomodan las piezas.
–Cualquier proyecto político para concretarse necesita ganar elecciones. Y en un país como el nuestro, cualquier candidato necesita hacer pie en Buenos Aires, por su cantidad de electores. Algo que De la Sota tenía en su acuerdo con Massa. ¿Cómo te imaginas que puede tejer sus alianzas Schiaretti? Se ha visto con Manes, y también con Larreta, Monzó y Frigerio.
–Mi viejo no pudo, capaz que en esta última elección podía... Es muy difícil para los dirigentes del interior, pero hay que ver. Tampoco lo pongamos a Schiaretti como candidato porque nos va a retar si nos lee. Sinceramente no lo sé, es una decisión personal suya. Lo más importante es rescatar de que hay voluntad de sentarse a hablar con las otras fuerzas y, por lo menos, coordinar acciones en conjunto.
Por supuesto cuando se habla del país las complicaciones son más grandes, pero Córdoba tiene mucho para aportar, más allá de las candidaturas
–Como autocrítica, ¿no se “alambró muy alto” el peronismo cordobés en la provincia?
–Tenemos una historia y una identidad muy propia. Córdoba ha sido muy difícil para el peronismo, pero hemos logrado un modelo que funciona bien. Y me parece que eso también es trasladable: es una coalición amplia de 19 fuerzas, que tuvo transformaciones institucionales importantes, la relación respetuosa con la oposición, son todos hitos descriptivos. Por supuesto cuando se habla del país las complicaciones son más grandes, pero Córdoba tiene mucho para aportar, más allá de las candidaturas.
–Sea o no candidato a nivel nacional, Schiaretti finaliza su mandato en Córdoba en 2023. ¿Cómo ves la organización del frente interno, con figuras jóvenes como el intendente Martín Llaryora de Córdoba, el vicegobernador Manuel Calvo, vos?
–Hay una necesaria renovación general, porque evidentemente Schiaretti no puede ser re-relecto y De la Sota no está, que fueron los ordenadores. Ahora nos tenemos que hacer cargo nosotros, como generación que sigue. Tenemos que ser sumamente inteligentes y generosos para poder afrontar este desafío. Hay dirigentes muy importantes, pero se definirá después.
–¿Quién es el “sucesor natural”?
–¡No voy a decir nada! (risas). Hay quienes ya lo han dicho públicamente como el vicegobernador, Martín Llaryora o Llamosas de Río Cuarto. Y me parece bárbaro que seamos muchos los que queremos estar en esa discusión.
–¿“Queremos estar”? ¿Te anotás?
–Todos queremos estar. No importa el lugar.
MC
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