Vía Crucis: católicos marcharon en procesión por Avenida de Mayo
Centenares de católicos participaron esta noche del tradicional Vía Crucis en la Avenida de Mayo que volvió a realizarse después de dos años en los que debió suspenderse por la pandemia de coronavirus.
Bajo el lema “Cristo quiere la paz”, el arzobispo de Buenos Aires, cardenal Mario Poli, presidió la procesión desde la esquina de Bernardo de Irigoyen y Avenida de Mayo hasta la catedral metropolitana.
Familias, jóvenes y adultos mayores participaron de la procesión que comenzó pasadas las 20 y que fue encabezada por una cruz ceremonial y una imagen de Cristo coronado de espinas y cargando su cruz.
Las imágenes religiosas fueron acompañadas por cadetes de la Policía Federal con sus uniformes de gala, mientras que numerosos turistas y curiosos se acercaban a registrar la práctica religiosa con sus teléfonos.
La manifestación de fe llevó en andas una cruz penitencial de 15 metros de largo que pesa 130 kilos y fue presidida por el Cristo del Buen Amor y la imagen de la Virgen Dolorosa, que se venera en la Catedral desde 1870. Junto a la cruz penitencial se sumó otra cruz de iguales características con 140 luces, y la cruz penitencial para los niños.
La procesión fue guiada por la cruz que portaba el obispo auxiliar de Buenos Aires, José María Baliña, y se detuvo en cada uno de los catorce puntos que la organización previó sobre la Avenida de Mayo para rezar cada una de las estaciones del Vía Crucis.
El Vía Crucis es una de las devociones o prácticas de oración más extendidas entre los católicos, es realizada el Viernes Santo y los viernes de la Cuaresma y refiere los diferentes momentos vividos por Jesús de Nazaret desde su prendimiento hasta su crucifixión, sepultura y posterior resurrección.
También conocido como “estaciones de la cruz” y “vía dolorosa”, se trata de un acto de piedad, un camino de oración, basado en la meditación de la pasión y muerte de Jesucristo, en su camino al Calvario.
El camino se representa con una serie de catorce imágenes de la Pasión, denominadas estaciones, correspondientes a incidentes particulares que, según la tradición católica, Jesús sufrió por la salvación de la humanidad basados en los relatos evangélicos y la tradición.
MB con información de agencia de noticias Télam
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