Elon Musk dice ahora que comprará Twitter al precio que pactó hace meses
Elon Musk no intentará defender en los juzgados su derecho a anular la compra de Twitter que firmó en abril y de la que ha intentado escabullirse desde junio. El multimillonario ha enviado una carta a la dirección de la red social en la que afirma que pagará los 54,20 dólares por acción que pactó en un principio, según ha revelado la agencia de noticias financieras Bloomberg.
Musk se convirtió en el máximo accionista de la compañía en marzo y en abril llegó a un acuerdo para comprar todo Twitter por 44.000 millones de dólares. Apenas dos semanas después se arrepintió, asegurando que no estaba de acuerdo con la forma en la que Twitter identifica los bots y las cuentas falsas de su plataforma.
El magnate alega que Twitter ha mentido en sus comunicaciones al regulador bursátil estadounidense, al que la red social ha informado durante los últimos años que no más del 5% de los perfiles de su plataforma son falsos. Musk dice que la cifra puede estar cercana al 20%, pero no ha ofrecido ninguna prueba de ello más allá de sus impresiones personales.
Twitter denunció a Musk para que respetara el acuerdo de compra firmado y el juicio entre las dos partes estaba previsto para comenzar el 17 de octubre. Ahora el empresario ha vuelto cambiar de opinión y ha dado luz verde a la adquisición, disparando un 12% la cotización de la red social en pocos minutos. La cotización de Twitter ha tenido que ser interrumpida tras ese despegue a raíz de la publicación de la noticia de Bloomberg, que no ha sido confirmada de forma oficial por Musk.
El juicio sobre bots que no se dará
Los expertos dudaban de que el argumento de los bots fuera a ser suficiente para que el empresario anulara la compra. Recalcan que en ningún momento ha presentado pruebas sólidas de que Twitter haya mentido en sus comunicaciones sobre las cuentas falsas de su red, que además siempre ha reconocido que están basadas en una “estimación”.
Gran parte de las quejas de Musk versaban sobre el método de Twitter para hacer esa estimación. Los trabajadores de la plataforma analizan 100 cuentas al día de manera manual. Los baremos de bots que detectan en esas 3.000 cuentas que estudian al mes se mueven por debajo del 5%, y esa es la cifra que comunica a los reguladores. Sea un método más o menos válido, los analistas coincidían en que tampoco era un motivo de peso para anular la compra. Si a Musk no le gustaba, debería haberlo resuelto antes de firmar el contrato de compra.
Rebajar el precio de las acciones
Otras teorías exponían el objetivo del empresario era rebajar el precio de adquisición. Los 54,20 dólares por acción —que incluyen la cifra 420, una broma sobre el consumo de marihuana, al que Musk es aficionado— que pactó en abril se tornaron en una cifra muy por encima del precio de la acción cuando tan solo un mes después todo el sector tecnológico sufrió una importante caída en bolsa, que luego se contagió a prácticamente todos los valores bursátiles.
La depreciación de las tecnológicas afectó también a Tesla, con cuyas acciones Musk esperaba financiar la compra de Twitter. El multimillonario ha confesado su preocupación por cómo va a afectar la situación económica global al fabricante de coches eléctricos y ha congelado las contrataciones y anunciado despidos entre el personal de oficina.
La jugada de efecto que protagonizó esta semana, presentando un robot humanoide que asegura que pondrá a la venta en cinco años, tampoco le ha servido para revitalizar las acciones de Tesla. Los inversores han castigado aún más a la empresa (cayó un 8%) y los especialistas en robótica han afirmado que sus ambiciones son “irreales” al estado actual en el que se encuentra este campo tecnológico.
El último movimiento del magnate deja entrever que ha preferido evitar el juicio ante la opción de que sus reclamaciones no prosperasen y Twitter tampoco aceptara menos de los 44.000 millones de dólares pactados en un principio.
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