Rubiales, al juez, sobre el beso a Jenni Hermoso: “¿Cómo le voy a pedir perdón si estábamos los dos súper contentos?”
El expresidente de la Real Federación Española de Futbol Luis Rubiales compareció el pasado 15 de septiembre ante el juez de la Audiencia Nacional que le investiga por presuntos delitos de agresión sexual y coacciones por el beso que impuso en la boca a Jenni Hermoso tras el triunfo de la selección española femenina en el mundial de Australia y las supuestas coacciones a las que sometió a la jugadora para que restara importancia a ese acto.
A las preguntas del juez Francisco de Jorge, Rubiales defendió el beso como “algo natural” entre dos personas “que tenían confianza, con una relación muy cordial de años”. “Sucedió tan natural como cuando te toca la Lotería o se acaba la guerra de Ucrania o ganas un Mundial”, dijo el exmandatario federativo, según los audios de la declaración que ha publicado este miércoles El Español. “¿Cómo le voy a pedir perdón si estábamos los dos super contentos?”, prosiguió Rubiales durante el interrogatorio para tratar de justificar ese acto. Tras esa declaración, el juez le prohibió acercarse a menos de 200 metros de la jugadora y comunicarse con ella mientras avanza la investigación
Durante el interrogatorio, Rubiales trató de apuntalar la tesis de que fue un beso de mutuo acuerdo. Según su versión, ella le dijo “eres un crack”. Y fue entonces cuando él le preguntó “¿un besito? ¿un piquito?”, a lo que ella respondió “vale”, siempre según lo afirmado por el investigado. Según El Español, la fiscal Marta Durántez le preguntó a continuación que si el beso era consentido a qué respondía agarrarle la cabeza con las manos. “Pues a la alegría”, respondió el exresponsable de la RFEF.
Rubiales respondió también a las preguntas del abogado de Hermoso, Ángel Chavarría. El letrado le preguntó si consideraba que había respetado a la jugadora en el momento de darle el beso. “Vamos...¡si es que le pregunté antes! ¿Cómo no la voy a respetar? Y ella se fue muerta de risa y dándome dos cachetes en el costado”, contestó Rubiales. “¿Considera que a una persona que le tiene agarrada la cabeza puede dar el consentimiento libremente?”, insistió Chavarría. “Hombre, pues sí”, respondió Rubiales.
Por otro lado, Rubiales también trató argumentar que las supuestas coacciones que denuncia la jugadora no ocurrieron. “Ella sabe perfectamente que está faltando a la verdad”, dijo con rotundidad. Según Rubiales, en el túnel de vestuarios el beso no era aún un motivo de preocupación. “¿Cómo voy a decirle ‘ayúdame’ con algo que no me genera ningún problema?”, expuso ante el juez.
También negó que se hubieran dado esas presuntas coacciones en el vuelo de vuelta a España. “Oye, Jenni, ¿por qué no salimos los dos? Igual que lo has dicho ya, volvemos a decirlo, acabamos con esto, que esto me va a hacer mucho daño”, aseguró Rubiales que le dijo para intentar que saliera con ella en un video restando importancia a los hechos, a lo que la jugadora se negó y finalmente grabó él solo ese video en el que ofreció excusas y una ambigua disculpa y afirmó que su gesto se produjo “sin ninguna mala fe” por “ninguna de las dos partes”.
La versión de la jugadora, recogida en la querella de la Fiscalía, es que Rubiales y su entorno la sometieron a ella y a personas de su círculo más próximo a una “presión constante y reiterada” para que justificara y aprobara públicamente un hecho cometido “contra su voluntad”. La fiscal, basándose en el testimonio de la víctima, entiende que ésta sufrió “una situación de hostigamiento, en contra del desarrollo de su vida en paz, tranquilidad y libremente”.
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