Tres compañeras de Jenni Hermoso en la selección española corroboran ante el juez que sufrió presiones tras el beso no consentido
Alexia Putellas, Irene Paredes y Misa Rodríguez confirmaron en la Audiencia Nacional que Luis Rubiales y personas de su entorno profesional coaccionaron a Jenni Hermoso para que justificara su versión de que el beso que le impuso en la boca tras la final del mundial fue consentido, informan fuentes jurídicas. Las tres jugadoras de la selección femenina estaban citadas este lunes en calidad de testigos en el procedimiento abierto contra el expresidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) por presuntos delitos de agresión sexual y coacciones. Rodríguez, que juega en el Real Madrid, declaró de forma presencial en la sede del tribunal especial en Madrid, mientras que Putellas y Paredes, jugadoras del F.C. Barcelona, lo hicieron por videoconferencia desde la Ciutat de la Justícia de Barcelona.
Ante el juez, las tres “han ratificado en aquello de lo que tienen conocimiento” lo manifestado por la futbolista en su declaración ante la Fiscalía, sostienen las mismas fuentes. En esa declaración, Hermoso afirmó que el beso no fue consentido y que tanto ella como su entorno más próximo —su hermano y una amiga— sufrieron “una presión constante y reiterada” por parte de Rubiales y el entorno profesional de este para que “públicamente, justificara y aprobara el acto cometido contra su voluntad”.
Las declaraciones de Putellas y Paredes duraron una hora y treinta minutos respectivamente. Al contrario de lo que ocurre con otros testigos que son personajes públicos y que tienen que comparecer ante los juzgados, los Mossos d'Esquadra acompañaron en todo momento a las dos jugadoras, incluso dentro de las dependencias judiciales.
La excesiva protección de la policía catalana a las futbolistas posibilitó que no tuvieran que pasar por la escalera principal de la Ciudad de la Justicia. Pese al trato de favor de los Mossos con Putellas y Paredes, la prensa consiguiío acercarse a ambas jugadoras y preguntarles, si bien las jugadoras rehusaron contestar.
El juez interrogó a las futbolistas sobre el beso y las presuntas presiones tras acordar la semana pasada el volcado del contenido de los teléfonos móviles de Rafael Hermoso, hermano de Jenni, y de Patricia Pérez, la jefa de prensa de la selección femenina. Además, acordó también citar como testigo al seleccionador masculino, Luis de la Fuente, y otros cinco directivos y trabajadores de la RFEF. Los testigos comparecen bajo la obligación de decir verdad, pues no hacerlo es un delito que puede acarrear incluso penas de prisión.
El magistrado acordó estas diligencias —que cuentan con el visto bueno de la Fiscalía— con el objetivo profundizar en la investigación sobre las supuestas coacciones que habría sufrido la jugadora por parte de Rubiales y personas de su entorno profesional para que justificara la versión del expresidente de la RFEF de que el beso que le impuso en la boca fue consentido.
Tanto Rafael Hermoso como Pérez comparecieron la semana pasada como testigos en la causa. El primero lo hizo el pasado 25 de septiembre, cuando apuntaló la versión de su hermana sobre las supuestas coacciones. Durante esa declaración, apuntó al exseleccionador Jorge Vilda como uno de los participantes en esa maniobra presuntamente urdida para persuadir a la futbolista. Vilda está citado para comparecer también el próximo 10 de octubre, aunque en su caso lo hará como investigado acompañado de abogado.
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