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Entrevista

Cecilia Todesca: “No tenemos un estudio que nos indique que el ingreso universal sea una solución”

Cecilia Todesca

Delfina Torres Cabreros / Pablo Ibáñez

17 de agosto de 2021 07:10 h

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De la carrera entre los salarios y los precios, el por qué de una inflación muy superior a la estimada y de un debate doméstico en el Frente de Todos sobre si es una herramienta válida el ingreso universal. Cecilia Todesca Bocco es vicejefa de gabinete y en una charla con elDiarioAR -realizada el jueves, cuando todavía no había estallado la crisis por la foto en Olivos- da definiciones sobre el destino de los Derechos Especiales de Giro (DEG), afirma que la devaluación no es una solución y habla de inflación, de cuánto importan los controles rígidos y cómo impacta el ruido político interno del oficialismo.

El jueves se conoció que la inflación acumuló 29% en los primeros siete meses, lo que ustedes estimaban para todo el año. ¿Qué falló para que la brecha entre el pronóstico y la realidad sea tan grande?

Tuvimos un shock de precios internacional; no es un pretexto. Si ustedes miran el índice de materia prima publicado por el Banco Central, en el último año el aumento de ese índice fue el 70%. Fue un shock muy fuerte no solo sobre alimentos sino sobre otras commodities. Y esto impacta en una economía que tiene un nivel de inercia inflacionaria muy alta. Si en algún momento fue una inercia en torno al 20%, Macri la dejó en torno al 40%. Terminamos en 2019 en 53%; en 2020, que es un año de pandemia con una primera vuelta muy dura, restricciones, economía funcionando con un esquema completamente distinto, bajó a 36%. Nosotros pensábamos que podíamos bajarlo unos puntos más, pero llegó el shock de precios internacionales y eso es inflación de costos. ¿Qué hacen otros países cuando pasa eso? Primero, no tienen una inercia del 40%. Y segundo, utilizan el tipo de cambio con apreciaciones nominales para contrarrestar parte del efecto. En Argentina es muy complicado, es una sábana corta; no te funciona, te genera el efecto contrario. Así que no es que algo falló, sino que sucedió esto. Si no, nosotros creemos que hubiésemos estado en torno al 30% y eso hubiese estado bastante bien.

¿Y ahora qué número estiman para fin de año?

No, no puedo tirar una estimación.

El Relevamiento de Expectativas de Mercado que hace el Banco Central estima más de 48%. 

No miremos proyecciones porque por ahí podemos discutir, pero si mirás el interanual, que ya lo tenés, está muy elevado. Pero tiene este shock de precios que desordenó todas las cadenas. 

Planteás una cuestión exógena y una debilidad estructural monetaria. ¿Qué pasa con el factor de los controles para evitar el alza los precios?

La debilidad estructural no es linealmente monetaria; los procesos de aceleración inflacionaria de la economía argentina tienen que ver con los problemas de estrangulamiento del sector externo normalmente. Esto no quiere decir, para nuestros amigos más ortodoxos, que nosotros creemos que no hay ninguna conexión entre la cantidad de pesos que hay en la economía y los dólares porque, de hecho, los dólares se adquieren con pesos. Una economía que funciona con alta inflación, como viene funcionando la economía argentina es muy difícil de administrar y a río revuelto, ganancia de pescadores. Por ejemplo, en la pandemia tuviste a sectores que estuvieron cerrados muchos meses y luego reabrieron. ¿Cuál es el precio de referencia que toma ese empresario para reabrir su actividad? Yo qué sé. Por supuesto que hay pícaros y nosotros creemos que los controles pueden ir ayudando, pero no es que tengamos que perseguir a los empresarios o las empresarias. La concentración y las prácticas desleales existen en todo el mundo y no todo el mundo tiene una inflación como la que se observa en Argentina. Entonces, no parecería ser la variable explicativa. 

Una economía que funciona con alta inflación, como viene funcionando la economía argentina es muy difícil de administrar y a río revuelto, ganancia de pescadores

¿En este contexto les parece que pueden cumplir el compromiso de que los salarios y las jubilaciones terminen encima de la inflación? 

Nosotros estamos haciendo todo lo que podemos para que sea así. Una vez que se vio que no íbamos a poder cumplir la meta que habíamos puesto de inflación en el presupuesto, inmediatamente dijimos que nuestro objetivo era que los ingresos reales se recuperen. Sepamos también que la economía argentina tuvo dos crisis y necesita dos recuperaciones. La primera, es poder recuperar los niveles de actividad de empleo que teníamos en 2019 o prepandemia. En algunos sectores nosotros ya estamos ahí; necesitamos ampliar esa recuperación a todo el resto de los sectores que todavía están afectados por lo que todavía vivimos: servicio, gastronomía, cultura, turismo, comercio. Y una vez que estemos en lugar de 2019, 2019 es un año horrible. El salario real del sector privado registrado perdió 19 puntos durante la gestión anterior y perdió casi un punto en pandemia. Ahora está recuperando casi un punto, ¿y los 19 de anteriores? Es difícil que vayas a sentir un alivio por una recuperación de uno o dos puntos, pero es imposible que una economía recupere en un año lo que perdió en los últimos tres.

¿Todo este esfuerzo que se hace para que se recupere el poder adquisitivo como la revisión al alza de las paritarias o el congelamiento de tarifas puede acelerar la inflación o generar inflación futura? 

En el momento en el que vos incrementes la luz eso va a estar reflejado en el índice de precios, sí, pero los procesos de aceleración inflacionaria son otra cosa y están más vinculados con un desorden en la macroeconomía. Nosotros no creemos que la búsqueda de un salario justo sea un factor inflacionario. Sí hay puja distributiva y cuando las economías funcionan con alta inflación y se desordenan ahí eso empieza a jugar. Pero no es que nosotros pongamos el acento en la inflación explicada por salarios.

¿Cuánto te parece afecta en la inflación la incertidumbre política? O cuando los empresarios ven que dentro del Gobierno hay miradas y criterios distintos. 

En la coalición que hoy gobierna no hay grandes diferencias respecto de los objetivos de la política económica. Sí podemos tener discusiones en torno a cómo se hacen algunas cosas, en qué momento se hacen, cuál es la secuencia, pero respecto de los objetivos centrales no veo disparidad. El ruido político en general y sobre todo dado el estado de ánimo de la gente luego está más asociado a la duda respecto de si vamos a poder recuperarnos. Hay datos muy importantes: la economía este año va a crecer 7%, tal vez un poquito más. Si hubiésemos estado en otra gestión, esto sería tapa de diario. Caímos 9,9%, sí, pero vamos a crecer 7%; no estaba garantizado. Y el año que viene también vamos a crecer. ¿Es magia? ¿son las hadas de la confianza? No, es que se puso el centro en promocionar la producción y promocionar el empleo aún en un contexto de pandemia. Y si ustedes revisan todas las políticas públicas que nosotros desplegamos, todas tienen por objetivo exactamente lo que es favorecer la producción argentina, sustituir importaciones donde tenemos posibilidades porque queremos estar integrados al mundo pero con trabajo argentino, que es como se quiere insertar cualquier economía industrializada. Sin embargo siento que nos sumergimos en este estado de ánimo en el que ninguna noticia es buena. Si en la calle le preguntás a la gente si cree que la economía está creciendo, te va a decir que no. 

Es que circulan, además, otros pronósticos como el de la devaluación postelectoral. 

Eso sí está en la tapa de los diarios. 

¿Eso es una posibilidad?

Yo creo que la devaluación no resuelve los problemas que tenemos. Tenemos un tipo de cambio real elevado, no tenés un problema de competitividad por precio, y obviamente una devaluación te generaría más inflación, que además se come el tipo de cambio. Entonces, no entiendo muy bien qué recomendación de política es esa. La brecha es otra cuestión. Nosotros tenemos un mercado único y libre de cambio a través del cual pasan todas las operaciones de importaciones, de pago de deuda, de interacción con el resto del mundo y como tenemos un cepo ahí se genera una brecha respecto de otros tipos de cambio. Uno que es ilegal, el blue, y el otro que es utilizar los títulos como vehículo para convertir pesos en dólares. Y hay una brecha porque justamente vos no estás permitiendo convertir para ahorrar pesos en dólares. ¿Por qué somos perversos, porque no nos gusta que la gente sea feliz? Nada que ver. Simplemente necesitamos esos dólares para pagar las importaciones, para pagar la deuda del Gobierno, de las empresas, para seguir funcionando.

Nos sumergimos en este estado de ánimo en el que ninguna noticia es buena. Si en la calle le preguntás a la gente si cree que la economía está creciendo, te va a decir que no.

¿Qué pasó con la segmentación de tarifa? Había un plan para hacer este año una primera segmentación gruesa y avanzar luego con una más detallada. 

Nosotros seguimos siendo de la idea de que los subsidios deberían estar mejor dirigidos básicamente. Dicho esto, es verdad también que por las condiciones de la economía argentina se hace un poco difícil evaluar la situación de la gente... está todo muy heterogéneo y entonces te podés equivocar con la peor de las equivocaciones que es dejar a alguien que lo necesita afuera. Ahí me parece que la política un poco marca la cancha del trabajo técnico en este sentido: 'no nos equivoquemos con esto porque la gente no le sobra nada y a las empresas tampoco'. Si nos equivocamos con esto somos nosotros mismos los que provocamos la retracción en un momento donde necesitamos ir para adelante. Entonces, sí, seguimos teniendo ese objetivo, pero hay que hacerlo con tranquilidad.

Al interior de la coalición hay referentes, sobre todo de movimientos sociales, que piden avanzar con un ingreso básico universal, pensando en que hoy la pobreza y la informalidad no son ya problemas focalizados sino que abarcan a la mitad de la población. ¿Se evalúa avanzar con esto? 

Nosotros no tenemos un estudio hecho sobre ingreso universal. Sí en la Argentina vos tenés ingreso universal para la niñez con AUH y tenés ingreso universal para los adultos mayores porque tenés un nivel de cobertura único en América Latina. De lo que estamos hablando es de la gente en edad de trabajar. Y la pregunta es qué se hace entonces en el mercado de trabajo. Nosotros somos de la idea de que esta economía puede generar más trabajo y mejor trabajo, pero no se puede hacer un día para otro. La discusión en torno a los planes sociales... nosotros somos muy defensores de Potenciar Trabajo, porque la verdad es que fue una herramienta útil en un momento muy complicado. No tenemos hoy un estudio que a nosotros nos indique que el ingreso universal sea la solución porque universal quiere decir universal; me tocaría a mí también por ejemplo. 

Al menos en el proyecto que le presentó Claudio Lozano al Presidente hay algunas exclusiones.  

Entonces es otra cosa. No es universal y tenemos que empezar a ver de qué hablamos. Y en una economía como la argentina, con todas las heterogeneidades que hay, cuando vos empezás a querer sectorizar inmediatamente te encontrás con los problemas de la informalidad, de la inactividad y las cosas no son lo mismo. Por eso digo que no nos apresuremos porque son temas complejos. De todos modos sí entendemos el reclamo, que parte de un mercado de trabajo dual, en donde hay un conjunto muy grande de trabajadores y trabajadoras que hace muchos años que trabajan sin derechos y que trabajan entonces sin un salario ni un patrón con quién discutir ese salario. Eso es una realidad y nosotros tenemos que trabajar ahí en torno a las cooperativas y lo estamos haciendo. Y en ese sentido, el Potenciar Trabajo es una buena herramienta. Claro que como ingreso no alcanza, lo sabemos. Porque eso no es un trabajo, solo la paga por una mitad de jornada laboral y es la mitad del salario mínimo vital y móvil. Hoy $14.000 por mes. 

Juan Grabois dijo que “la paz social está en peligro” y voces internas a la coalición coinciden con esta idea de una conflictividad social ascendente, que hasta ahora estuvo contenida por la pandemia. ¿Lo tienen en el radar como una situación posible? 

Nosotros apostamos a que toda la batería de política que tenemos en el territorio... estamos rotando la política pública; parte del esfuerzo que nosotros veníamos haciendo en políticas defensivas como son el ATP, IFE, lo estamos rotando a políticas activas. Tenés el Te Sumo, Ahora 12, crédito a tasa 0% para monotributistas y muchas otras políticas. Nuestra idea es justamente ir reconduciendo el gasto público hacia hacia ese lugar y que esto tenga un impacto en el crecimiento y en empleo. En todas las condiciones de empleo, que hay son las que son y no se modifican de un día para otro. Somos bien conscientes del esfuerzo que todo el mundo hizo y dentro del esfuerzo que todos han hecho muy particularmente de los que menos tienen. 

El Gobierno ganó la elección con una propuesta de una reforma tributaria y por la pandemia eso no se cristalizó. ¿Todavía es necesario hacerla?

Nosotros habíamos pensado en una reforma estructural, un paquete entero. Salimos primero con la ley de Solidaridad y Reactivación Productiva, que tuvo ya varias cuestiones, porque la crisis era muy fuerte y no había tiempo para sentarse a estudiar 6 meses. Luego pensábamos en un paquete más general pero vino la pandemia y, con todas las modificaciones que vos tenés del funcionamiento de la economía, la verdad es que un paquete entero no nos parecía una buena política para ese momento. Sin embargo avanzamos; se trabajó en impuesto a las ganancia para los trabajadores, terminamos hoy con algo que fue prometido a lo largo de 10 años sin que nadie lo cumpliese. Avanzamos con impuesto a las ganancias para las sociedades; por primera vez vos pagas por lo que ganás y no por el tamaño de tu empresa, lo cual es muchísimo más justo y el 95% de las empresas pagan menos hoy que con Macri. Aumentamos la alícuota de Bienes Personales que es el impuesto por definición más progresivo que hay porque va sobre el patrimonio, sobre todo gravando más a lo que está fuera del país. Y así sucesivamente. La pandemia nos modificó el timing de algunas cosas, pero nosotros seguimos trabajando y generamos una gran cantidad de medidas.  A mí me preocupa un poco que se instale esta idea en contra de los impuestos y en contra del fisco; en contra del gasto público. Las sociedades más avanzadas, más productivas, tienen estados y políticas muy potentes. Me preocupa que estemos atentando contra aquello que necesitamos para desarrollarnos con un discurso de que el Estado que te agobia. El Estado te agobia si funciona mal. 

¿Funciona bien?

En algunas cosas han funcionado bien y en otras funciona mal y hay que seguir mejorando. 

Porque en la comparación de la carga tributaria de Argentina respecto a otros países el lugar común es decir “en otros lugares se pagan más o los mismos impuestos, pero vuelve en más prestaciones”.  

Acá tenés garantizado un montón de cosas. Te da mal la comparación con la región, donde se pagan menos impuestos, pero vos no tenés ahí acceso irrestricto a la salud, a la educación, incluida a la universidad, como en la Argentina y si no hiciste los aportes te jubilás igual. Es algo que tenemos que defender. 

Al mismo tiempo, hay un debate respecto del nivel de gasto en este contexto y críticas internas a Martín Guzmán por terminar el semestre casi en equilibrio primario; por sobrecumplir las metas de déficit en plena crisis. ¿Se gastó de menos, de más?

El primer semestre del año no se parece al segundo. El primero suele ser mejor y el segundo tiene más gasto y más déficit. Nosotros vamos a cumplir con la meta del presupuesto y esto es lo que el ministro Guzmán dijo desde el primer día. La pregunta que es si la política fiscal está siendo expansiva o no, que se mide en términos reales, es decir, descontada la inflación. Ahora el problema que vos tenés es que en el 2020 vos tuviste un paquete de asistencia Covid que fue enorme, de cuatro puntos del PBI en forma directa y tres puntos adicionales por crédito. Entonces si yo comparo el gasto de este año en términos reales con el gasto del año pasado me da caída. Pero obviamente, si no tengo ATP, IFE. Pero el país no está cerrado como el año pasado, es otra circunstancia. Entonces, si la política fiscal está siendo expansiva o no es una discusión técnica en este punto; lo lógico era compararlo sin paquete Covid y ahí nosotros tenemos una recuperación en términos reales y la política está siendo expansiva. De todos modos, nosotros tenemos acomodado un financiamiento en torno a 4,5% de déficit primario, que es lo que teníamos previsto en el presupuesto. Tampoco tenemos mucho margen de maniobra más que esto, porque esta economía nos llegó sin acceso al financiamiento, ni en peso ni en dólares.

Me preocupa que estemos atentando contra aquello que necesitamos para desarrollarnos con un discurso de que el Estado que te agobia. El Estado te agobia si funciona mal

¿Se definió a dónde van a ir los US$4.350 millones de Derechos Especiales de Giro (DEG) que enviará el FMI a fin de mes? 

Llegan a la cuenta del Tesoro del Banco Central, vas a tener un aumento de las reservas porque se contabilizan allí. Vamos a utilizarlos para el pago de la deuda que tenemos con el Fondo Monetario Internacional, de los vencimientos que hay de acá a fin de año. 

La UIA avaló que los empresarios no le paguen los salarios a los trabajadores que decidan no vacunarse y no puedan incorporarse al trabajo, otros sectores pidieron que el Estado defina sobre esos casos. ¿Qué creen conveniente hacer?

No nos anticipemos. Por suerte, el plan de vacunación avanza fuerte y ojalá durante lo que queda de agosto, principios de septiembre, logremos completarlos los esquemas en una gran cantidad de personas. 80% de los mayores de 18 ya están vacunados. En la Argentina hay tradición con las vacunas; la gente en la Argentina respeta los calendarios de vacunación y lo sienten como un derecho. Entonces en la Argentina no hay movimiento antivacunas, no compremos un problema que no es nuestro. No tomar los peces antes que las redes. Tenemos que seguir con el plan de vacunación, ver si hay algunas personas que no se pudieron vacunar, no se quisieron vacunar y tratar de entender cuál es el motivo, las dudas. Y veremos más adelante si hace falta algo de tipo compulsivo. Este no parecería el momento, venimos bien. 

¿Pero los empresarios hoy tienen la capacidad de decidir no pagarle a alguien porque no quiere vacunarse?

No, por supuesto que no.

DTC/PI

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