La desocupación bajó en el tercer trimestre de 7,6% a 6,9%, aunque sigue por arriba de 2023 y preocupa la precarización

En el tercer trimestre de 2024, la tasa de desocupación en Argentina se ubicó en un 6,9%, según el informe publicado por el Indec en la tarde de este miércoles. Si bien el porcentaje muestra un descenso respecto del trimestre anterior (7,6%) y del primer trimestre de este año (7,7%), persiste la preocupación sobre el deterioro de las condiciones laborales bajo la gestión de Javier Milei. Además, la cifra sigue por encima de las de 2023: 6,9% en el primer trimestre; 6,2% en el segundo; 5,7% en el tercero, y 5,7% en el cuarto, que es el porcentaje que heredó la gestión de La Libertad Avanza de la del Frente de Todos.

Uno de los datos más alarmantes del último informe del Indec es el aumento de la presión sobre el mercado laboral, que alcanza al 30,2% de la población económicamente activa. Este indicador incluye a los desocupados, los subocupados y a quienes, pese a tener empleo, buscan otro trabajo debido a ingresos insuficientes o malas condiciones laborales. En comparación con el mismo trimestre de 2023, esta presión ha crecido en 3,4 puntos porcentuales, lo que revela el impacto de una economía estancada y un mercado laboral cada vez más precario.

La tasa de subocupación, que mide a quienes trabajan menos de 35 horas semanales y están dispuestos a trabajar más, llegó al 11,4%. Dentro de este grupo, los subocupados demandantes representan un 8,1%, una tendencia ascendente que pone en evidencia la incapacidad de la economía para generar empleo de calidad.

La precariedad como norma

Las promesas de Milei de una reactivación económica rápida a través de su enfoque de ajuste fiscal y dolarización (ya abandonada) quedaron muy lejos de la realidad. El Gobierno celebra la reducción de la desocupación abierta respecto al trimestre anterior pero buena parte de los nuevos empleos son precarios.

El 36,7% de los asalariados no cuentan con aportes jubilatorios, un porcentaje que aumentó en comparación con años anteriores. Además, los trabajadores por cuenta propia, que suelen estar en situaciones de alta inestabilidad, representan el 23,3% de los ocupados. Con el modelo económico propuesto y ejecutado por La Libertad Avanza se consolidera la tendencia hacia la informalidad laboral en la Argentina.

El informe del instituto de estadísticas oficial también destaca que el 8,6% de los ocupados trabajó desde su hogar y que solo el 41,5% de los ocupados tiene estudios superiores o universitarios, lo que subraya la falta de empleo calificado en un contexto de debilidad estructural del mercado laboral.

Las disparidades entre regiones y grupos sociales también son motivo de preocupación. La desocupación en el Gran Buenos Aires, donde vive casi un tercio de la población, es del 7,6%, superior al promedio nacional. En contraste, regiones como el NOA (4,2%) y Cuyo (4,9%) muestran menores tasas, pero esto puede responder más a la emigración de mano de obra que a una mejora real en las condiciones laborales.

A su vez, las mujeres jóvenes siguen siendo las más afectadas, con una tasa de desocupación del 16,1%, muy por encima del promedio general. Este dato, sumado al hecho de que el 69,5% de los desocupados tiene como máximo el nivel secundario completo, evidencia un sistema laboral excluyente que perpetúa las desigualdades estructurales.

La contracción del gasto público y la reducción de la actividad estatal, pilares de las políticas de ajuste de Milei, han golpeado especialmente a sectores clave como la construcción y la industria manufacturera. Estos sectores registraron caídas en el empleo respecto de trimestres anteriores, mientras que las áreas vinculadas a servicios financieros y empresariales mostraron una leve recuperación, beneficiando principalmente a las clases más altas.

JJD