“Purple Hearts”, el éxito sorpresa de Netflix bajo las críticas de machismo y racismo
Netflix empapeló las ciudades de todo el mundo con lonas gigantes de su apuesta cinematográfica para este año. En todos los sitios estaba la foto de Ryan Gosling, Ana de Armas y Chris Evans con cara de pocos amigos anunciando El agente invisible, el carísimo thriller —dicen que costó más de 200 millones de dólares— con el que querían reventar los visionados y el algoritmo. Una película de acción, llena de estrellas y con voluntad de iniciar una franquicia que se ha visto superada por un drama adolescente romántico que nadie conocía, por el que Netflix no se gastó nada en publicidad y al que los jóvenes han aupado a la categoría de fenómeno sorpresa del año.
Se trata de Purple Hearts, aquí traducida como Corazones malheridos, un filme dirigido por la especialista en productos adolescentes Elizabeth Allen Rosenbaum, que ya había realizado para Disney+ Sneakerella: Cenicienta en zapatillas, versión teen y moderna del cuento infantil. Ahora cambia de plataforma y ha logrado liderar las listas de las películas más vistas de Netflix. Desde hace meses, la empresa ofrece los top ten de sus productos más vistos, y lo hace ofreciendo datos de visionados en millones de horas. Fueron estos rankings y la fuerte presencia del filme en redes sociales lo que demostraron que Purple Hearts se estaba convirtiendo en un pelotazo sin que nadie lo esperara.
En su primera semana en Netflix —del 25 al 31 de julio—, la película logró más de 48 millones de horas visionadas, unas cifras estupendas. Pero la explosión llegó en su segunda semana, fecha clave para cualquier producto. Fue en ese momento cuando dobló los datos y logró 102.590.000 de horas de visionado, colocándose como la película más vista en toda la plataforma con mucha diferencia. Esa misma fecha, El agente invisible —en su tercera semana— se quedó con 38.900.000 horas. En el último ranking ha bajado al segundo puesto debido al estreno de Turno de día, otra superproducción que ha tenido mucha más publicidad (y presupuesto). Su victoria no ha sido por mucho. El filme de Jamie Foxx logra el oro con 56,5 millones, pero Purple Hearts aguanta en segunda posición con 46,3.
El drama adolescente se encuentra a punto de entrar en el top ten histórico de las películas de Netflix solo tres semanas después de su estreno. Ahora acumula 197.190.000 millones y casi seguro que con los próximos datos supere a varias del ranking (entre ellas El irlandés de Martin Scorsese que aguanta en el octavo puesto con 214.570.000). Fácilmente podría alcanzar el top 5 en pocas semanas. Se espera que Netflix no suelte su nueva gallina de los huevos de oro e inicie una rentable franquicia.
Un amor de 'extremo centro'
La película cuenta una historia que podría definirse como un romance de 'extremo centro'. Por hacer un símil en nuestro país, Purple Hearts se plantea si sería posible que surgiera el amor entre una mujer feminista, progresista y socialmente comprometida con un militar de Vox. Esto, trasladado a EEUU, se materializa en una joven cantante (Sofia Carson) que no puede pagarse su insulina para la diabetes, que lleva camisetas de “The future es female”, tiene la bandera LGTBIQ en su casa y lucha por la justicia social. Él (Nicholas Galitzine), es un joven exdrogadicto que se alista en los marines y está a punto de ir a Irak a defender a su país. Es machista, controlador y lo que popularmente se denomina como “heteruzo”.
Según Purple Hearts el romance es posible, y de hecho ese título hace referencia al color que surge cuando se mezcla el azul demócrata y el rojo republicano. Un corazón púrpura que quiere ser un canto al entendimiento pero que acaba siendo un romance rancio, antiguo, azucarado e hiperconservador. Por mucho que ella se queje de los comentarios del chico de la película, acaba cayendo en sus brazos. El punto de inicio, cómo no, es que ambos protagonistas se odian. De hecho se arrejuntan en un matrimonio de conveniencia para que ella logre un seguro médico y él un dinero para pagar una deuda de su antigua vida. A pesar de que se odian y de que todo sea una pantomima no evitan tener sexo en la primera noche, que deben pasar juntos para continuar con la farsa, antes de que él se vaya a Irak. Un punto de partida ya inverosímil que se complica cuando él tiene que regresar a casa tras una tragedia en el campo de batalla.
El 'príncipe azul' de esta película consiente que su amigo diga a una chica que le va a tocar el culo, se ríe de las bromas machistas de sus colegas y se mofa de que ella sea “pacifista”. “Supongo que es nuestro trabajo librar esas batallas por ti”, dice sin ironía la película cuando ella expone sus argumentos e incluso llega a llamarla “progre pirada”.
La escena que ha provocado más reacciones en contra y por la que Purple Hearts ha sido acusada de “propaganda militar” y de “racista” po r el público en las redes sociales es la que reúne a todos los marines y sus parejas el día antes de marchar. Allí, uno de ellos brinda por “ir a cazar algunos malditos árabes”. La protagonista le recrimina lo que ha dicho, pero su pareja en vez de defenderla le dice gritando delante de todos que se siente. Les coloca a ambos —militar racista y feminista— de forma equidistante y golpea la mesa para que ella le haga caso. Ella obedece. Luego ambos discuten, pero se deja que él tenga la última palabra diciendo que lo que dice su compañero “es una bravuconería”. “¿Qué te gustaría, que fuéramos a enseñarles los pronombres? ¿Sin tipos como Armando crees que este país estaría a salvo de los terroristas? Llevas una camiseta que dice que el futuro es feminista pero no sabes cómo viven las mujeres en Irak. Vives en una burbuja”, le espeta minutos antes de que tengan sexo por primera vez.
La propia directora ha tenido que salir al paso de las críticas y ha argumentado que “para que los personajes crezcan deben tener fallos al comienzo”. “Tienen fallos al principio y eso fue intencional. Para que el corazón rojo y el corazón azul se vuelvan morados debían ser al comienzo un poco extremos. Ambos han sido desatendidos por el sistema; él está herido en una guerra que no parece terminar y ella se está escapando de las grietas del sistema de salud. Así que ambos están abandonados por el sistema, viven bajo el mismo techo y, en estas circunstancias extremas, aprenden a ser más moderados, a escucharse unos a otros y a amarse”, ha zanjado.
También ha hablado la protagonista y productora, Sofia Carson, ex chica Disney con una legión de fans a sus espaldas que ha dicho que esta película muestra cómo “a través del amor” dos personas “que fueron criadas para odiarse el uno al otro aprenden, a través del poder del amor, a amarse el uno al otro con empatía y compasión”. Una polémica perfecta para Netflix, que sigue sumando horas de visionado para su fenómeno sorpresa del año.
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