ARANCELES
La amenaza de Trump sobre una guerra comercial generalizada desata la incertidumbre mundial

En vísperas de la entrada en vigor de los aranceles prometidos por Donald Trump, en las calles de Washington se pueden ver marquesinas pagadas por Canadá con la frase: “Los aranceles son impuestos sobre la clase trabajadora estadounidense”. A pesar del duro impacto que se prevé que tendrán las tasas en el bolsillo de los estadounidenses —algo que el propio Trump ha llegado a reconocer como una pequeña “turbulencia”—, el republicano ha anunciado a bombo y platillo la entrada en vigor de los gravámenes este miércoles 2 de abril, como el “Liberation Day”. Si cumple con la promesa de imponer tasas contra la larga lista de países mencionados, la actual guerra comercial entrará en un nuevo estadio sin precedentes y con consecuencias inimaginables.
El presidente de EEUU ha convertido los índices bursátiles mundiales en una montaña rusa a la baja con su guerra comercial errática y caótica. Los denominados por Trump aranceles recíprocos, que deben entrar en vigor a partir de la medianoche del martes, son la traca final del plan de Trump para, supuestamente, lograr otros objetivos políticos, como fomentar la reindustrialización del país y convertirlo en un destino atractivo para fabricantes extranjeros. Inspirado en las políticas proteccionistas de finales del siglo XIX del expresidente William McKinley, Trump lleva defendiendo desde la campaña electoral los aranceles como la solución a todos los problemas que, según él, afectan a una nación al borde del colapso económico.
En febrero, Trump firmó un memorándum ordenando a su equipo proponer una respuesta a todos los aranceles sobre productos estadounidenses, incluidos los impuestos que sean “injustos, discriminatorios o extraterritoriales” —donde se incluiría el IVA europeo—. En ese momento no se fijó una cifra exacta, pero se baraja la posibilidad de aplicar a Europa aranceles de hasta el 30% si el presidente incluye el IVA en sus cálculos. A finales de febrero, Trump dijo que impondría aranceles del 25% a la Unión Europea en “términos generales”, después de que esta se mostrara dispuesta a rebajar los gravámenes a los coches estadounidenses y hacer otras concesiones.
El domingo, desde el Air Force One, Trump aseguró que “se empezará con todos los países”, aunque afirmó que los gravámenes serían más generosos de lo que han sido los socios comerciales con Estados Unidos. Los constantes cambios de opinión del presidente añaden aún más volatilidad a un ambiente ya de por sí inestable. La semana pasada, el secretario del Tesoro, Scott Bessent, aseguraba en Fox Business que los países más afectados serán el 15% de las naciones que más contribuyen al déficit comercial de Estados Unidos y que imponen los aranceles más altos.
Los “15 Sucios”
“Existe lo que llamaríamos los '15 Sucios' [15 Dirty]”, dijo Bessent en referencia a este 15%, afirmando que esos países imponen aranceles y otras barreras comerciales injustas a los productos estadounidenses. “Es el 15% de los países, pero representa una gran parte de nuestro volumen comercial”.
La Casa Blanca no ha publicado la lista de los países que conforman los “15 Sucios”. Sin embargo, según The Wall Street Journal, las naciones y bloques con los mayores déficits comerciales con Estados Unidos son China, la UE, México, Vietnam, Taiwán, Japón, Corea del Sur, Canadá, India, Tailandia, Suiza, Malaisia, Indonesia, Camboya y Sudáfrica.
En la entrevista, Bessent también sugirió la posibilidad de que los aranceles del “Día de la Liberación” acaben siendo más bajos de lo que se propuso en un principio. Se trata de una afirmación que iría en línea con las declaraciones de Trump. Aun así, el jueves pasado el presidente de EEUU hizo un anuncio bomba que se notificó a la prensa con tan solo tres horas de antelación, en el que se decidieron aranceles del 25% a “todos” los coches no fabricados en Estados Unidos a partir del 2 de abril.
Si hay un patrón que se repite dentro del caos arancelario de Trump es el de recular, cambiar de criterio o conceder treguas o excepciones. México y Canadá lo saben bien con sus aranceles del 25%, que han sido pospuestos hasta en dos ocasiones: la primera, horas antes de su entrada en vigor, y la segunda, poco después de que se hicieran efectivos. En el caso de los llamados aranceles recíprocos, cuando se le preguntó a Trump el viernes si esperaba implementar alguna exención para medicamentos vitales, este respondió: “Bueno, lo anunciaremos pronto. Pero tenemos que traer productos farmacéuticos y fármacos de vuelta a nuestro país”.
Cabe recordar que el pasado mes de febrero Trump dijo desde Mar-a-Lago que impondría también aranceles del 25% a las importaciones de semiconductores, microchips y productos farmacéuticos antes del 2 de abril. Pero aún no los ha ejecutado. Del mismo modo, el fin de semana, desde el Air Force One, Trump también dijo a los periodistas que estaba “abierto” a hacer acuerdos con los países para evitar o recortar los gravámenes.
El Liberation Day también marca el fin de la tregua para los aranceles del 25% sobre los vehículos importados de Canadá y México que Trump concedió a las grandes automovilísticas estadounidenses. Asimismo, finaliza la tregua comercial con México y con Canadá, lo que amenaza con disparar el precio de los productos frescos en los supermercados estadounidenses.
Buena parte de los productos frescos que consumen los estadounidenses, como aguacates, fresas o tomates, proviene de México. En 2023, casi tres cuartas partes de las importaciones agrícolas de EEUU desde México eran verduras, frutas, bebidas y licores destilados, según el Departamento de Agricultura de EEUU. Buena parte de las personas que votaron por Trump lo hicieron con la esperanza de que redujera el costo de la cesta de la compra, aunque ahora se enfrentarán a un escenario distinto. A menos que el presidente vuelva a posponer por tercera vez dichos gravámenes.
Canadá ya ha puesto en marcha una campaña agresiva para advertir que a partir del 2 de abril habrá represalias a los aranceles. “El primer ministro informó al presidente de que su gobierno implementará aranceles de represalia para proteger a los trabajadores canadienses y a nuestra economía, tras el anuncio de nuevas medidas comerciales de EEUU el 2 de abril de 2025”, afirmó la Oficina del primer ministro en un comunicado de prensa.
Al otro lado del Atlántico, la UE lleva semanas preparando su respuesta a la escalada de tensiones con uno de sus principales socios comerciales. La Comisión Europea diseña medidas simétricas a las que pueda anunciar el presidente estadounidense, más allá de los aranceles al acero y al aluminio, que ya aplicó en reacción a los gravámenes del 25 % que impuso Trump sobre estos materiales.
En medio de este ambiente de incertidumbre, este lunes culminaba un ciclo turbulento para los mercados estadounidenses, con el S&P 500 encaminándose a cerrar con la mayor pérdida trimestral desde el otoño de 2022. A la apertura, el Nasdaq Composite lideraba las pérdidas, con una caída de más del 1%, mientras que el Dow Jones Industrial Average subía ligeramente. No obstante, las acciones europeas son las más castigadas, con los títulos de minería y automoción a la cabeza de las caídas.
El pesimismo también se reflejaba en los mercados asiáticos, que abrieron con retrocesos. Por ejemplo, el Nikkei japonés empezó la semana con una caída de 1.457 puntos hasta los 35.662 puntos y, en China, que ya sufre por los aranceles de Trump, el CSI 300 bajó un 0,9%. En Estados Unidos, Wall Street arrancó el día con temores.
La incertidumbre que generan los aranceles del presidente estadounidense ha impulsado el valor de activos refugio. En el caso del oro, se encaminaba a alcanzar otro máximo histórico de cierre.
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