Ciudad de México elige a su jefe: en la campaña municipal, la oposición se mide contra AMLO
Quien dirige la Ciudad de México (CDMX), la megalópolis capital de 22,1 millones de habitantes, se equipara a un Jefe de Estado. La carrera para ser el próximo alcalde de la Capital, modelo 2024, puede proporcionar una ventana reveladora al futuro de la oposición en el país del Estadio Azteca. La jefatura de Gobierno de la capital y la Presidencia del país se votan el mismo día, el 2 de junio. Pero la competencia por la Ciudad ofrece las ventajas de un modelo en escala reducida (y también las desventajas de una simplificación).
La república de los Estados Unidos Mexicanos, que el uso común y generalizado llama México, está dividida en 32 entidades federativas para su mejor administración y organización. Entre ellas, Ciudad de México (CDMX) que comprende 16 alcaldías y es la capital del país, hasta poco Distrito Federal o DF, residencia de los poderes de la Unión: Ejecutivo, Legislativo y Judicial, celebrará elecciones presidenciales el 2 de junio 2024. Ese día también se elegirán 128 senadores y 500 diputados federales; se renovarán nueve gubernaturas, entre ellas la de la Ciudad de México, y 30 congresos locales.
No solo acapara la atención de la cobertura mediática la sucesión del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) sino también la de la alcaldía de la Ciudad de México. El control de la mega ciudad se interpreta como las primeras señales que podría conducir a un cambio relevante a nivel nacional.
La posición del alcalde de la Ciudad de México “históricamente ha sido la segunda posición política más importante en el país. Ser alcalde de la Ciudad de México se equipara a al cargo de un jefe de estado”, sostiene Eugene Zapata Garesché, director de la Red de Ciudades Resilientes de América Latina y el Caribe (UNDRR).
El actual presidente AMLO fue alcalde de la Ciudad de México (2000-2005); también lo fue el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard en el período 1910-1912. Tanto Ebrard como Claudia Sheinbaum, la actual alcaldesa de la ciudad, son candidatos presidenciales dentro del partido de izquierda gobernante Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) impulsado por AMLO en 2011.
La ciudad más poblada y más cara del país
La población y el presupuesto de la ciudad exceden los de algunas naciones. Según la Agencia Nacional de Estadísticas (INEGI), en 2020, Ciudad de México representó el 15.8% del PIB. El presupuesto de 2023 para la CDMX es de $ 13.5 mil millones, y una encuesta gubernamental de 2020 contó con más de 90,000 funcionarios de seguridad pública en la ciudad capital. Un presupuesto y una fuerza policial cuyos números exceden a los de muchos otros países.
Las encuestas recientes sugieren que la oposición, aunque fragmentada, podría tener la oportunidad de ganar en la Ciudad de México en 2024. Los políticos de la oposición ya obtuvieron el control de la mitad de los distritos de la ciudad en las elecciones de mitad de período de junio de 2021. Pero si bien las fuerzas gubernamentales retrocedieron, no perdieron la mayoría en el Congreso y ampliaron su poder territorial.
La oposición, representada en la coalición Va por México, que incluye el Partido Acción Nacional (PAN), el Partido Revolucionario Institucional (PRI) y el Partido de la Revolución Democrática (PRD), avanzó pero no cambió de signo la composición de la Cámara de Diputados. En esa oportunidad, el obradorismo decepcionado pero no derrotado, enfrentó la insatisfacción de los votantes con la gestión de la pandemia Covid-19 y las pérdidas económicas originadas. Sumado a problemas con la infraestructura de la ciudad capital, sobre todo el colapso en la Línea 12 del anticuado sistema del metro de la CDMX, el 3 mayo de 2021 cuyo saldo letal fue de 26 personas y 100 heridos. La alcaldesa Sheinbaum denunció sabotaje, y desplegó más de 6,000 miembros de la Guardia Nacional en el sistema del metro, el pasado mes de enero.
Las elecciones carnales
La importancia de la Ciudad de México se encuentra en disponer a los dos candidatos: uno ayuda al otro. De esta manera, las elecciones entre el gobierno de la Ciudad de México y las elecciones presidenciales no son independientes. Luis Rubio, presidente del centro de análisis y monitoreo de gestión presidencial, México Evalúa, sostiene que “desde los años 90, alrededor del 89% de los mexicanos eligen al candidato para la presidencia y votan directamente en cualquier otra elección para el mismo partido.
Desde 1997, la CDMX ha sido gobernada por dos partidos de izquierda: el PRD o Morena. Sin embargo, esta tradición puede estar amenazada por los problemas originados en la fatiga material del sistema subterráneo metropolitano, que han continuado desde la tragedia de 2021. La insatisfacción de larga data con la calidad de otros servicios públicos, especialmente la gestión del agua, puede causar el alejamiento del apoyo de los votantes de Morena. Los movimientos feministas han expresado su frustración en manifestaciones masivas realizadas en la CDMX contra la inacción del gobierno en medio de los crecientes femicidios y la violencia contra las mujeres.
Todos contra AMLO
La oposición encuentra una oportunidad. Alejandra Soto, directora asociada de la consultoría Control Risks, sostiene que “a medida que se acerca la elección presidencial, hay muchos incentivos de los rivales políticos de Sheinbaum para arrojar luz sobre todo lo que no va bien en la ciudad”.
La oposición de VA Por México ofrece varios candidatos potenciales. El PAN se quedó con la candidatura de la CDMX, y el anuncio trajo una ráfaga de optimismo en la oposición. Todos unidos tienen chances más sólidas para competirle al oficialismo. Y cada partido puede celebrar sus propias victorias: hay grandes ganadores en cada espacio político.
Uno de esos ganadores es Jorge Romero, el principal liderazgo del PAN en la Ciudad de México. Además de coordinar a los diputados federales en San Lázaro, Romero es el referente para la mayoría de los alcaldes de oposición en la CDMX y al mismo tiempo suspirante para la candidatura ‘chilanga’. Romero mantiene una amistad estrecha con Santiago Taboada del PAN, otro de los suspirantes para la Jefatura de Gobierno y con Mauricio Tabe, el alcalde de la poderosa Miguel Hidalgo. Estrechó en los últimos años un vínculo de cooperación con Lía Limón, la alcaldesa de otro territorio clave: la populosa Álvaro Obregón, ayudó para que Santiago Creel fuera Presidente de la Mesa Directiva de San Lázaro. E influyó para que Andrés Atayde -de su equipo político- asuma en el PAN de la CDMX.
Los próximos meses serán clave para una definición que también incluirá a Xóchitl Gálvez, otro perfil que promete competir para la candidatura. Muchos analistas políticos consideran que Gálvez, nacida en comunidad indígena, experta en inteligencia artificial, ex líderesa del distrito de Miguel Hidalgo de la capital y defensora de los derechos indígenas, como principal contendiente. Sin embargo, serán las negociaciones en búsqueda de la unidad el factor determinante de quién será el opositor elegido frente a un Morena que aún no ofrece garantía en uno de los principales distritos del país.
Las candidaturas oficialistas, y las que no
En el lado de Morena, los posibles candidatos incluyen a la alcaldesa de Iztapalapa, Clara Brugada, la titular de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana Rosa Icela Rodríguez, el presidente de Morena Mario Delgado y el senador por la Ciudad de México, Martí Batres. Brugada es una alcaldesa cuya popularidad se ha centrado en las medidas adoptadas para fortalecer la de su distrito con 1.8 millones de personas ubicado en el este de la Ciudad de México, con ventaja temprana en las encuestas.
El congresista nacional Salomón Chertorivski, del partido de centroizquierda Movimiento Ciudadano (MC), también ha arrojado su guante al ring. Su partido, hasta ahora, se ha resistido a los intentos de VA Por México para que se uniera a esa coalición. La relevancia de MC no depende de su importancia numérica - menor en comparación a sus rivales- sino de la circunstancia que se plantearía si entra en las elecciones por sí solo y no formando parte de la coalición, podría desviar los votos tanto de la oposición como de Morena.
Siempre a la vanguardia
La Ciudad de México tiende a ser más progresista que el resto del país. Sin embargo, las posibilidades de la oposición serán mayores ahora que nunca antes en la ciudad capital que generalmente no se ha mostrado atracción por agenda alguna de derecha.
Más allá de 2024, el futuro líder de la capital, como lo fue AMLO anteriormente, también puede aspirar al cargo más alto de la nación. La Ciudad de México podrá ser la partera para la presidencia en 2024, y esta vez más que nunca.
AGB
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