Mito derribado: el “fantasma de Kiev” no existe
Un vengador aéreo bautizado como el “fantasma de Kiev”, un supuesto as de la aviación con una habilidad destacable para derribar aeronaves enemigas, ha sobrevolado el imaginario colectivo ucraniano desde que comenzó la invasión rusa. Nadie sabía quién era el piloto y el mito fue alimentado por el propio Ejército ucraniano, que ahora se ha visto obligado a aclarar que el personaje “es tan solo una leyenda”.
El 24 de febrero Rusia se lanzó a la invasión de Ucrania con una superioridad numérica abrumadora en todos los frentes: más soldados, más tanques, más misiles, más aviones. La superioridad aérea fue una de las grandes preocupaciones del Ejército ucraniano desde el comienzo y el presidente Volodímir Zelenski pedía una y otra vez a las potencias occidentales un espacio de exclusión aérea que nunca le concedieron.
Se estima que Rusia contaba con una fuerza aérea de cerca de 1.400 aviones, frente a los 137 que Ucrania tenía al inicio de la ofensiva, según cifra el último informe Balance Militar 2022 del IISS (Instituto Internacional para Estudios Estratégicos) y recoge el Parlamento Europeo.
El mismo día que la aviación rusa comenzó a lanzar misiles sobre las ciudades ucranianas, el Ejército de Ucrania informaba de los aviones enemigos derribados por sus combatientes. Es aquí cuando comenzó a fraguarse la leyenda del “fantasma de Kiev”, un piloto experimentado que era capaz por sí solo de dejar fuera de combate a un gran número de objetivos rusos.
Su historia empezó a difundirse en las redes sociales y los supuestos vídeos de sus hazañas se hicieron virales: el “fantasma de Kiev” pilotaba un MiG-29 de fabricación rusa y había derribado sin ayuda de nadie al menos seis aviones de combate en un solo día.
El “fantasma de Kiev” era reivindicado por los ucranianos como un símbolo de la resistencia frente a Rusia, algo en lo que la propaganda del Ejército ucraniano tuvo gran parte de culpa.
El Ejército de Ucrania compartió un post en redes sobre el piloto con una foto del supuesto “fantasma” sin desvelar su identidad: aparecía con gafas de sol, casco y una máscara de oxígeno que le cubrían la cara en la cabina de un avión de combate. También el Estado Mayor ucraniano difundió en redes una imagen del supuesto héroe con un mensaje para las tropas rusas: “Hola, invasor, voy a por tu alma”.
Tres días después del comienzo de la invasión, el 27 de febrero, el Servicio de Seguridad de Ucrania publicaba un post donde hacía alusión al supuesto piloto y lo calificaba de “un ángel” que protege el cielo ucraniano.
Petro Poroshenko, ex presidente de Ucrania, tuiteó la imagen del piloto acompañada del mensaje: “Aterroriza a los enemigos y enorgullece a los ucranianos”. La cuenta oficial de Ucrania en Twitter también compartió sus supuestas hazañas.
Más tarde se descubrió que las fotos utilizadas por las autoridades para referirse al “fantasma” eran imágenes antiguas del ministerio de Defensa ucraniano, que mostraban a un piloto probando un nuevo casco en 2019.
Durante semanas, el mito siguió recorriendo las redes. Según informa la BBC, fue utilizado por un fabricante de aviones italianos como estrategia de marketing y una ucraniana llegó a diseñar una medalla militar inspirada en su leyenda. Comenzó entonces a especularse sobre quién se escondía detrás de la máscara.
El 29 de abril, el Times de Londres ponía nombre y apellidos al piloto enmascarado, citando a “fuentes ucranianas”. La leyenda del “fantasma de Kiev” le otorgaba el mérito de haber derribado hasta 40 aviones de combate. Según este diario, el “fantasma” era el comandante Stepan Tarabalka, de 29 años, un piloto cuya muerte el 13 de marzo habían confirmado las autoridades y que recibió póstumamente la Medalla de Héroe de Ucrania.
Tras la difusión de esta noticia, las fuerzas aéreas ucranianas han aclarado oficialmente, dos meses después, que el “fantasma de Kiev” no existe.
En una publicación en Facebook, las fuerzas aéreas explican que el “fantasma de Kiev es una leyenda de superhéroes creada por los ucranianos” y hace un llamamiento a la comunidad a no caer en la desinformación, instando a la gente a “comprobar las fuentes antes de difundir” cualquier noticia. El mensaje desmiente que Tarabalka sea el “fantasma” y que hubiera derribado 40 aviones enemigos.
La división aérea olvida en su mensaje que la leyenda fue alimentada por el propio Ejército y describe al héroe anónimo como “una imagen colectiva de los pilotos de la Fuerza Aérea que defienden el cielo de la capital” ucraniana.
El historiador militar ucraniano Mikhail Zhirohov describe, en declaraciones a la BBC, la historia del “fantasma de Kiev” como “propaganda para levantar la moral”.
“Es esencial tener esta propaganda, porque nuestras fuerzas armadas son más pequeñas y muchos piensan que no podemos ser iguales a ellos [los rusos]. Necesitamos esto en tiempos de guerra”, defiende.
Adam G. Klein, profesor asociado de estudios de comunicación en el campus de la ciudad de Nueva York de la Universidad Pace, explica al Washington Post cuáles cree que son los motivos que llevaron al Ejército ucraniano a desmontar el mito.
“Quizás la leyenda que crearon ya no era necesaria. Sospecho que en algún momento es más valioso recordar a los combatientes ucranianos que esta hazaña no es obra de un mito o de un superhéroe, sino la realidad de los combatientes ucranianos reales que defienden su espacio aéreo juntos”, señala.
Samuel C. Woolley, profesor asistente de la escuela de periodismo y la escuela de información de la Universidad de Texas en Austin, explica al Post que puede que las autoridades ucranianas hayan recibido críticas por el uso de este tipo de “propaganda”, que define como “información políticamente sesgada que se difunde con la intención de influir en la opinión pública o la acción social”.
El experto equipara al “fantasma de Kiev” con la figura de Rosie la Remachadora durante la Segunda Guerra Mundial o el Tío Sam, personajes creados para persuadir al público de que apoyen la guerra y evocar sentimientos patrióticos.
El “fantasma de Kiev” no desentona en un relato de la guerra en el que Rusia hace uso continuo de la propaganda en sus medios de comunicación y ambos países informan de las pérdidas del bando contrario, pero no de las propias.
El último informe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas de Ucrania asegura que Rusia ha perdido en la contienda 194 aviones y 155 helicópteros.
Rusia, por su parte, reclama haber derribado 146 aviones y 112 helicópteros ucranianos.
Oryx, sitio web de código abierto especializado en inteligencia militar, documenta minuciosamente con imágenes las pérdidas militares. Su último recuento señala que Rusia ha perdido 126 aviones en combate y Ucrania, 46.
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