Absolvieron a Telleldín en el juicio por entregar la camioneta para el atentado a la AMIA
El acusado en el juicio por el atentado a la sede de la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) Carlos Telleldín fue absuelto este miércoles por el Tribunal Oral Federal número 3. Al cabo del tercer juicio oral y público por la voladura del edificio ubicado en el barrio de Once que le costó la vida a 85 personas el 18 de julio de 1994, la absolución de Telleldin, que era investigado por haber entregado la camioneta Traffic utilizada en el ataque, signfica que no hay ningún condenado por el peor atentado de la historia argentina.
Los fundamentos de la decisión se darán a conocer el 26 de marzo. Por lo pronto, la querella encabezada por AMIA y la Delegación de Asociaciones Irsraelitas Argentinas, anticiparon que acudirán a una instancia superior.
A más de 26 años del atentado, la investigación judicial continúa abierta, en manos de la Unidad Fiscal AMIA. Tras un juicio oral anulado y ocho condenados por encubrimiento —entre ellos, un juez federal, dos fiscales y funcionarios del gobierno de Carlos Menem—, la acusación todavía no pudo juzgar a quienes considera autores materiales e intelectuales del ataque.
Los fiscales del juicio, Roberto Salum, Santiago Eyherabide y Santiago Roldán, habían solicitado que Telleldín fuera condenado a prisión perpetua, al considerarlo “partícipe necesario” del ataque. Sostenían que Telleldín —un reducidor de autos robados en el momento del atentado, que ya había sido declarado inocente en el primer juicio oral— entregó el vehículo a sabiendas de que sería destinado a fines ilícitos.
“El armado de la camioneta, las condiciones de esa operación, el contexto, las características casi a paso de comedia de quien se la llevó y haber confeccionado un documento con datos falsos, generan las condiciones necesarias y suficientes para la representación de su aporte: que la camioneta Traffic podía ser cargada con explosivos”, había sostenido Salum en su alegato a fines de noviembre.
Un grupo de familiares de las víctimas del atentado, que integran una de las querellas, reclamaron una condena a prisión perpetua como partícipe necesario de “homicidio doloso doblemente calificado por odio racial o religioso y por haber sido cometido por medio idóneo para causar peligro común”, según el alegato durante el final del juicio. La segunda querella, AMIA-DAIA, había pedido una pena de 20 años de cárcel por “estrago doloso seguido de muertes”.
Una vez conocido el veredicto, las entidades manifestaron “profunda decepción” y “rechazo”. “Las instituciones que compartieron la querella y que desde hace más de 26 años vienen bregando incansablemente por lograr Justicia por la masacre en la que fueron asesinadas 85 personas y más de 300 resultaron heridas, apelarán el fallo y agotarán todas las instancias que el Estado de derecho confiere para que se cumpla el pedido de penas que se solicitó”, agregó un texto de AMIA.
Antes de ser absuelto este mediodía y con una biblioteca de tomos jurídicos de fondo, Telleldín dio sus últimas palabras en una audiencia virtual presidida por los jueces del tribunal, Andrés Basso, Javier Ríos y Fernando Canero. “Soy inocente”, dijo Telleldín, quien se recibió de abogado en la cárcel y que actualmente está en libertad. “Me dediqué a la venta de autos desde los 17 años, vendí más de mil autos y me equivoqué en el camino al vender autopartes, pero ningún auto fue vendido para cometer delitos ni maniobras ilícitas. Siempre se los vendí a personas normales y con transferencia”, afirmó Telleldín, vestido de traje, pasadas las 10 de la mañana.
Estuve 10 años y dos meses detenido injustamente.
“No sé ya cómo decir que la camioneta se vendió de forma normal a una persona que vino por un aviso”, agregó el acusado este miércoles en su breve intervención antes del veredicto. Reprochó que la acusación planteara que se “tenía que representar que el tipo iba a cometer un atentado”, en referencia a quien le compró el vehículo.
Telledín también planteó al inicio de su presentación previa al veredicto supuestas irregularidades sobre cómo llegaron las esquirlas de una Traffic al reservorio de pruebas del atentado, que estaban incrustados en algunos de los cuerpos de las víctimas. La defensa planteó durante el juicio que considera que no está acreditado que en el atentado se haya utilizado un coche bomba.
“Estuve 10 años y dos meses detenido injustamente”, afirmó Telleldín frente a los jueces del tribunal. “AMIA, DAIA y otros sectores siguen presionando para que yo arme una historia trucha como la de los policías”. “Estuve, estoy y estaré siempre a disposición de la Justicia”, culminó.
AMIA: 26 años
Por el caso AMIA, hay cinco iraníes, estrechamente vinculados al poder político en el país persa, acusados de ordenar el atentado, aunque la teocracia niega cualquier tipo de responsabilidad en el hecho. La Justicia también tiene pendiente la causa por la muerte del fiscal del caso hasta 2015, Alberto Nisman, y un juicio por el memorándum con Irán contra la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner y otros acusados de supuesto encubrimiento del atentado.
Este fue el tercer juicio que atravesó Telleldín por el atentado. En 2004, el primer proceso judicial fue anulado por graves irregularidades, de las cuales había participado el propio exreducidor de autos, al recibir un pago de US$400.000 de la entonces Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE) para involucrar en la entrega de la camioneta a un grupo de policías bonaerenses, según determinó un segundo juicio por encubrimiento en 2019.
No sé ya cómo decir que la camioneta se vendió de forma normal a una persona que vino por un aviso.
Telleldín había estado preso en el marco de esa investigación y su defensora oficial solicitó que el acusado fuera absuelto, y que este nuevo juicio sea anulado porque consideró que ya había sido juzgado por la entrega de la camioneta en el primer proceso. El tribunal rechazó todas las nulidades antes de emitir la sentencia.
Por haber acusado falsamente a los policías a cambio de dinero de la ex-SIDE, Telleldín ya tiene una condena a tres años y seis meses de prisión por el delito de peculado, en el marco del juicio AMIA II, por el encubrimiento del atentado y el desvío de la investigación durante los años 90.
En febrero de 2019, el primer juez de la causa, Juan José Galano, también fue condenado a seis años por “peculado, privación ilegal de la libertad, prevaricato, encubrimiento por favorecimiento personal y violación de medios de prueba”.
El entonces jefe de la SIDE, Hugo Anzorreguy, recibió una condena de cuatro años y seis meses de prisión por “peculado y encubrimiento por favorecimiento personal”. Entre otros de los condenados estaban también los exfiscales federales Eamon Müllen y José Barbaccia fueron condenados a dos años de prisión de ejecución condicional e inhabilitación especial por cuatro años. A todos ellos se los consideró culpables de armar una causa para acusar a un grupo de policías, entre otros blancos, y desviar la investigación de los verdaderos autores del atentado.
Una investigación abierta
Para la UFI AMIA, el uso de un “coche bomba entregado por Telleldín” está probado, según sostuvieron los fiscales durante el juicio y el alegato final. “Se estima que se usaron unos 300 kilos de nitrato de amonio, que es generalmente utilizado como fertilizante, para armar la bomba”, explicó una fuente directa de la investigación.
En la Argentina, referentes de la comunidad islámica cercanos a algunos de los iraníes acusados y al Hezbollah niegan sus participaciones en el atentado.
“Se sabe que el grupo de terroristas que ejecutaron el hecho pertenecen al Hezbollah y que Salman Raouf Salman (también conocido como Samuel Salman El Reda) estuvo en Buenos Aires en julio de 1994 en ese grupo”, sostuvo una fuente del caso. Durante el gobierno de Donald Trump, Estados Unidos fijó una recompensa de hasta US$7 millones por información sobre el acusado.
La fiscalía sostiene que el ciudadano libanés, que tiene pedido de captura internacional, integraba “esa organización especialmente en el despliegue por Latinoamérica”.
ED
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