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Bandera blanca: la cena que impuso una tregua entre oficialismo y oposición

Bife extracotto y chutney de tomates ahumados, el menú que logró la paz por unas horas

Mauricio Caminos

2 de mayo de 2022 22:53 h

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El poder político y económico del país se encontró este lunes por la noche en la cena anual de CIPPEC, el influyente think tank que presentó los avances de su iniciativa Democracia 40 #40D, desde la cual busca construir recomendaciones concretas de políticas públicas de largo plazo, más allá de qué color partidario habite en la Casa Rosada.

Durante más de dos horas, en mesas comunitarias para fomentar el diálogo por fuera de las diferencias partidarias e ideológicas, figuras del oficialismo, la oposición, empresarios y diplomáticos se dieron cita en el Centro de Convenciones Buenos Aires (CEC).

Tan llamativo como la tregua que se impuso a lo largo de la noche fue el tema del que más se habló: el ascenso en el mundo político de Javier Milei, según contaron varios de los comensales de la jornada.

“No te diría preocupación, pero sí hubo mucho curiosidad por Milei”, aseguró una voz empresarial a la salida de la reunión, quien aventuró si lo habrán invitado al evento, aunque no trascendió si el diputado libertario estuvo en la lista de casi mil invitados que hubo. En las conversaciones también se especuló sobre la idea de los “tres tercios”: la posibilidad de que en las próximas elecciones el fenómeno Milei acumule un tercio de los votos, empardando a FdT y JxC, las principales fuerzas electorales hoy sumidas en discusiones puertas adentro.

Los encuentros interpartidarios se dieron desde el momento de la acreditación previa al ingreso, donde llegaron a cruzarse el exgobernador y actual embajador en Brasil, Daniel Scioli, con el gobernador de Jujuy, el radical Gerardo Morales. A la charla también se sumó el intendente de Tres de Febrero, el macrista Diego Valenzuela, según pudo atestiguar elDiarioAR.

Si bien hubo mayoría de figuras de la oposición –siendo presidente, Mauricio Macri llegó a abrir la cena con un discurso y miembros de CIPPEC engrosaron las filas de su gabinete–, el Gobierno aportó una cuota de invitados y desde la organización destacaron que la convocatoria de invitados políticos fue “muy pareja”. De la Casa Rosada estuvieron los ministros Juan Zabaleta (Desarrollo Social), Matías Kulfas (Producción), Claudio Moroni (Trabajo) y Carla Vizzoti (Salud), todos cercanos a Alberto Fernández. De hecho, casi al borde del comienzo del mitín ingresó Gustavo Béliz, secretario de Asuntos Estratégicos del jefe de Estado. No hubo figuras del kirchnerismo más cercano a Cristina Kirchner, aunque en la cena de noviembre pasado participó el ministro del Interior, Eduardo “Wado” de Pedro.

“Lamentablemente en Argentina hay sectores con una mirada a corto plazo. Con algunos sectores de la oposición es posible dialogar, trazar miradas en conjunto. No es fácil pero estamos saliendo de la crisis, en el sector empresario estamos viendo una recuperación clara”, dijo a la prensa Kulfas, que ponderó la convocatoria de CIPPEC y expresó: “El dialogo es un evento central de la construcción política”.

De JxC Patricia Bullrich fue de las primeras en arribar. “Estoy cansada de hablar de eso”, respondió sobre el factor Javier Milei en la interna opositora, cuando la prensa la abordó al ingreso. Rauda en la caminata, la presidenta del PRO hizo valer su peso político y se saltó la fila de ingreso, pasando por delante de unas treintena de invitados. Media hora después arribó el jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, que evitó el contacto con el periodismo.

Mientras la mayoría de los convidados al ágape atravesaban una puerta a la derecha del ingreso y caminaban sobre la alfombra azul de recepción –y donde estaban los medios de comunicación–, otras figuras del poder intentaban pasar desapercibidos en un ingreso informal por una puerta a la izquierda. Fuera del foco de las cámaras ingresó el juez de la Corte Suprema, Carlos Rosenkrantz, único representante del máximo tribunal en la cena, en medio de la avanzada de la Casa Rosada contra la Justicia, con su intención de ampliar el números de magistrados y reformar el Consejo de la Magistratura.

La cena de CIPPEC se dividió por sectores temáticos: Justicia Educativa, Transición Verde Justa, Matriz Productiva, Estabilidad Macroeconómica, Fortalecimiento de Instituciones, y Erradicación de la Pobreza. Los discursos fueron encabezados por la directora ejecutiva, Gala Díaz Langou, y el presidente del Consejo de Administración de CIPPEC y de Accenture Argentina, Sergio Kaufman.

Díaz Langou enumeró tres propuestas concretas para llevar adelante durante la próxima gestión de gobierno: “Avanzar en reformas que hagan que el sistema previsional sea más equitativo, extender la jornada educativa en el secundario con tecnologías digitales y la boleta única, que garantiza equidad en el acceso para todos los partidos” a las elecciones. La mención de la reforma electoral fue el momento más aplaudido, justo una bandera que la oposición intentará discutir en Diputados este jueves, logrando quórum entre todos los partidos contrarios al oficialismo.

“Calculamos sumar más de 130 votos”, se confió por lo bajo un encumbrado diputado de Juntos por el Cambio, que pese a la tregua política que significaba la cena, no esquivó hablar de la interna en su espacio: “El quilombo de Milei lo tienen que arreglar en el PRO”.

También por lo bajo, uno de los ministros de la Casa Rosada alimentó el fuego de las divisiones reinantes en el Frente de Todos. Del riñón del Presidente, bancó a su par de Economía, Martín Guzmán, y abrió otra fisura en el oficialismo: se mostró sorprendido por el llamado a la reunión de Gabinete del miércoles próximo, convocada por Juan Manzur, a seis meses de la última. “Siempre son importantes los encuentros con todos los ministros. Hay que darles continuidad”, pidió.

En la cena de CIPPEC también hubo gobernadores de ambos bandos políticos. Además de Morales, también estuvo el radical Gustavo Valdés (Corrientes), así como el peronista Omar Perotti (Santa Fe), quien más temprano se había reunido con el Presidente para reforzar la seguridad en su provincia, jaqueada por la violencia del narcotráfico. También estuvieron los mandatarios de San Juan, Sergio Uñac; de Chubut, Mariano Arcioni; de Entre Ríos, Gustavo Bordet; y de Misiones, Oscar Herrera Ahuad.

Del menú, que incluyó bife extracotto con puré de humita, chutney de tomates ahumados, papa con cremolata de hierbas de arvejas, no se privaron tampoco los intendentes de Rosario, Pablo Javkin, y de Córdoba, Martín Llaryoria. Para el postre estaba pautado creme brulé de dulce de leche y helado de banana con teja de coco y salsa inglesa.

Entre los empresarios hubo un nutrido grupo vinculado a los medios, como Martín Etchevers del Grupo Clarín, Daniel Vila de América y Alfredo Scoccimarro, ex vocero durante el gobierno de Cristina Kirchner. También estuvo el empresario José Urtubey, hermano del ex gobernador salteño; Adelmo Gabbi, de la Bolsa de Comercio; Martín Cabrales, de la industria del café, y Guillermo Merediz, Secretario de la Pequeña y Mediana Empresa y los Emprendedores. Del sindicalismo estuvieron Gerardo Martínez, de la UOCRA, y de los movimientos sociales, Gildo Onorato, dirigente de la UTEP.

Ante la falta de legisladores del oficialismo –no estuvo el presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, pero sí su esposa, Malena Galmarini, directora de Aysa, y el diputado Daniel Arroyo–, JxC nutrió el evento con el titular del interbloque en Diputados, Mario Negri, entre otros legisladores nacionales como Rogelio Frigerio, Emilio Monzó, Martín Tetaz, Gerardo Millman, Martín Lousteau y Carolina Losada. Otro referente cambiemita fue el senador Alfredo De Angeli, quien llegó tan temprano que vivió un momento de confusión al querer ingresar por el sector para prensa.

También hubo figuras de peso provincial, como Joaquín de la Torre –senador bonaerense vinculado a María Eugenia Vidal–, que se estrechó en una abrazo con Diego Bossio, titular del Anses entre 2009 y 2015.

Aunque muchos de los invitados apenas estuvieron en el cóctel de bienvenida –como Scioli o Zabaleta–, el grueso de los asistentes se fue pasadas las 23. Aunque no se los vio ingresar juntos, se fueron conversando animadamente Béliz y el gobernador Perotti, así como el empresario Vila –dueño también de Edenor– y la senadora Losada.

MC/MG

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