Euforia en el búnker de Milei, que soñaba con el 7% y llegó casi al doble
Al entusiasmo por los resultados electorales que se respira en el búnker del pre-candidato Javier Milei le fue creciendo el músculo con el correr de la tarde. Pasadas las 18, la idea de sacar 7 puntos recorría los pasillos. A las 20, esa estimación había crecido a la posibilidad de superar los dos dígitos y antes de que hubiera primeras informaciones sobre el escrutinio, creían que el 12% era posible.
Pero cuando los teléfonos y los televisores mostraron 13,66% para el candidato que se autodefine como un “liberal outsider”, la reacción fue potente e instantánea. Un poco en ronda y otro poco pogueando, unos 50 seguidores de Milei gritaron: “Tiene miedo, la casta tiene miedo”. Se referían a “la casta política”, como su máximo referente se refiere a los líderes de los partidos políticos más tradicionales. El envalentonamiento se institucionalizó enseguida: en los parlantes del búnker de Libertad Avanza empezó a sonar, en clave ska, “Javier Milei, el próximo presidente; Javier Milei, el último punk”.
Afuera, sobre la calle Azcuénaga, más de cien personas no se ponían de acuerdo sobre cómo alentar a la persona que habían votado. Algunos gritaban “olé olé olé, Javier, Javier” y otros, “olé, olé, olé, Milei, Milei”.
“Todavía no nos sabemos bien las canciones, somos muy nuevos, recién empezamos”, advirtió Gabriel, un votante de Barracas. “Recién empezamos, pero miranos, casi 15%”.
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