Cristina Kirchner en Plaza de Mayo: sin definiciones electorales y una reivindicación “kuka”
“Muchas gracias por tanto, amor, es lo que me ha sostenido, chau”. Luego de una hora y media de discurso, y cuando los rayos amenazaban con traer otro diluvio, Cristina Fernández de Kirchner cerró el acto en Plaza de Mayo por los 20 años de la llegada de Néstor Kirchner al poder. Así, sin definiciones, el kirchnerismo continúa inmerso en la incertidumbre de no saber quien será finalmente el elegido por la Vicepresidenta para competir en las elecciones presidenciales de octubre.
“Fuimos los kukas, Néstor y Cristina, los que devolvimos la plata del corralito”. En el arranque del acto en Plaza de Mayo, Cristina Fernández eligió centrarse en la gestión de su esposo. Ante una multitud, dijo: “Fuimos los kukas los que pagamos los depósitos a plaza fijo con el Boden, que no es una oferta para ir al shopping el viernes por la tarde”.
La lluvia torrencial que cayó desde las 15 empapó a todos y obligó a adelantar el discurso de la única oradora. Vestida con los colores patrios -polera y pantalón blanco y chaleco celeste-, la Vicepresidenta subió al escenario a las 15:30, media hora antes de lo previsto, a donde llegó caminando desde la Casa Rosada.
Desde allí desplegó todas sus dotes de animadora. “¿Cómo están?”, preguntó a la multitud. “¡¿Cómo están?!, no los escucho”, insistió.
Un incesante “¡Presidenta, Cristina presidenta!”, fue lo primero que se escuchó apenas terminó el himno. El canto la acompaña en cada uno de sus silencios, interrumpido sólo cuando la multitud cantaba “una más, y no jodemos mas”.
Ella, en cambio, prefiere concentrarse en la gestión de su marido y los dos períodos de su propio gobierno. “Cuando él llego en el 2001, el Estado era así de chiquitito pero la deuda externa que le habían dejado era así de grande compañeros”, arrancó la vicepresidenta, quien, como suele hacer, se refiere a su esposo sin nombrarlo. Luego siguió: “Genios de la economía, la deuda la pagamos nosotros”.
“No es pecado pagar buenos salarios, al contrario, es de buenos cristianos”, dijo para referirse al salario que cobraban los trabajos durante sus mandatos.
Arriba del escenario la acompañaban varios de los posibles precandidatos: el gobernador bonaerense Axel Kicillof, y los ministros del Interior, Eduardo “Wado” de Pedro, y de Economía, Sergio Massa. A ellos les tocó la primera línea de una centena de dirigentes kirchneristas encabezados por Máximo Kirchner, entre los que también se mezclaron el ministro de Seguridad bonaerense, Sergio Berni, el actor Pablo Echarri, la gobernadora de Santa Cruz, Alicia Kirchner, Estela Carlotto, de Abuelas de Plaza de Mayo, y Taty Almeida de las Madres de Plaza de Mayo.
La reivindicación “kuka”, la forma en que despectivamente se llama a los peronistas, fue otra parte importante de su discurso y de su habilidades como animadora. “Gracias a los kukas también recuperamos Vaca Muerta”, afirmó, y enseguida, con una sonrisa, enfatizó: “Recuperación kuka”.
En un discurso que pareció concentrarse más en el pasado, también tuvo un gesto de conciliación con el presidente Alberto Fernández: “A pesar de las diferencias y de los errores este Gobierno es infinitamente de lo que hubiese sido otro de Mauricio Macri”, dijo.
Luego, volvió sobre su situación judicial y los ataques a la Corte Suprema de Justicia. “Me proscriben porque nunca fui de ellos, yo soy del pueblo”, dijo sobre su condena en la causa que investigó la concesión en la obra pública durante su gestión. Y remató: “Esta Corte es un verdadero mamarracho”.
El modelo de Cristina
En esa fecha, la dirigenta también rememoró a los jóvenes convocados por el entonces presidente Raúl Alfonsín “horrorizados por la tragedia de la dictadura reclamaban un país diferente” y quedaba “erradicado y prohibido quitarle la vida al que no pensaba igual”.
“Hay que volver a renovar ese pacto. Cuando escucho y dicen hay que acabar con el peronismo o con el kirchnerismo... por favor...si con ganar me alcanza, ¿por qué tenemos que llegar al exterminio del otro?”, preguntó Fernández de Kirchner.
Acompañada en el escenario por funcionarios, legisladores y dirigentes del oficialismo y por sus nietos, quienes se mostraron con ella por primera vez en un acto político, la exmandataria propuso “tres ejes” para la etapa próxima, aunque no designó precandidatos para las elecciones.
El primero de los ejes propuestos fue rediscutir el acuerdo con el FMI porque, dijo, “si no logramos que sea dejado de lado y nos permita elaborar un programa propio de crecimiento, industrialización e innovación tecnológica va a ser imposible pagarlo, por más que digan lo que digan”. La exmandataria señaló que el préstamo de ese organismo al Gobierno de Juntos por el Cambio en 2018 “fue político” y “política tiene que ser la solución”, y citó a Néstor Kirchner cuando “decía que los muertos no pagan la deuda”.
En segundo término planteó repensar la administración de los recursos naturales al advertir que el país “no puede seguir atado a una economía primarizada y los precios internacionales aunque llueva o salga el sol”, razón por la que se impone, subrayó un “salto cualitativo, articular lo publico y lo privado”. “¡Esta es la discusión que necesitamos los argentinos y no las boludeces que escuchamos todos los días por la televisión!”, exclamó.
Sobre la refundación del “pacto democrático”, consideró “necesario” volver a “darle al país un Poder Judicial que se ha evaporado entre las tramoyas de una camarilla indigna para la historia argentina”. Planteó que la Corte Suprema es un “mamarracho indigno” y que “los argentinos se merecen” un máximo tribunal que “sea llamado como tal sin ponerse colorado; a todos los partidos se los pido”, añadió.
En una nota de autocrítica, la exmandataria recordó que en 2008, a poco de asumir su primer mandato, “casi se pone el país de sombrero” por “otro genio de la economía”, en referencia al entonces ministro de Economía Martín Lousteau, quien impulsó las retenciones a las exportaciones agropecuarias que motivaron la crisis por la Resolución 125.
Al convocar a la “alianza” entre lo público y lo privado, citó el caso de recursos como el litio en las provincias del norte y expuso: “Que vengan a explotarlos. No digo que los autos eléctricos los hagan acá, pero por lo menos, hermano, una parte de la batería o la batería háganla acá, si se la están llevando toda”.
Además hizo referencia, aunque sin nombrarlo, al saliente gobernador jujeño, Gerardo Morales, la vicepresidenta habló de los dirigentes a los que, si bien “respeta” porque fueron elegidos en las urnas, “se ponen contentos porque en Bolivia y Chile sacaron legislaciones que cuidan el litio”. “Se piensan que entonces van a venir acá”, dijo sobre las inversiones extranjeras en ese sector, y añadió: “¡Qué vocación de colonia! Ponete en la cabeza ser Malasia, Corea, pero no Potosí, por favor”.
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