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MAPA OPOSITOR

El límite de Cristina Kirchner: sin votos peronistas, no hay juicio político

Cristina Fernández de Kirchner está en contra de un juicio político a Javier Milei.

Lucía Aisicoff

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Cristina Kirchner buscó clausurar cualquier especulación sobre la posibilidad de que el peronismo aporte los votos en un juicio político contra Javier Milei. Lo hizo porque olfateó movimientos y frases que la alteraron, en los que detectó la voluntad —en rigor, la fantasía— de un sector de complotarse Victoria Villarruel para forzar una salida anticipada del Presidente

Entonces dio un mensaje contundente: sin nuestros votos, no hay juicio posible. Sin embargo, hubo cierta eficacia previa en algunos dirigentes peronistas al instalar el tema en la agenda y volverlo parte de la discusión pública, al punto de impulsar a la propia Cristina a dar un posicionamiento. La aparición de algunas voces disonantes en los últimos días demuestra que el discurso no terminó de ordenarse. 

“Hay que respetar la voluntad popular. El límite a Milei se le pone en el Congreso, con acuerdos parlamentarios. Cristina entiende que para convertirnos en una opción debemos salir a juntar votos, no armar complots para voltear a un presidente”, explicó a elDiarioAR un hombre cercano a la expresidenta.  

Cristina escuchó con incredulidad los incontables elogios que hizo Guillermo Moreno sobre Villarruel y se quedó callada cuando Sergio Berni dijo que quería a la vice en su “equipo”. El caso de José Mayans implicó un límite por ser el único de los tres que tiene un rol importante en términos institucionales como jefe del interbloque en el Senado. Además, el formoseño decidió elogiar a Villarruel en la misma entrevista en la que trató a Milei de “psiquiátrico”. Si bien el juicio político es una herramienta democrática, también tiene que haber una causal. Para Cristina, cuestionar el estado de salud mental del Presidente no es un argumento atendible. 

Luego de que Cristina tuiteara que habría que pedir “una pericia psiquiátrica” a “todos los que dicen que Villarruel es peronista”, Mayans recogió el guante y se despachó con cuestionamientos a quienes impulsaron a Alberto Fernández como titular del PJ. Cristina retuiteó a Mayra Mendoza, que presentó una lista de nombres que pidieron poner al expresidente al frente del partido, entre los que había gobernadores, sindicalistas y exfuncionarios. Luego de eso, la expresidenta decidió hacer un gesto de conciliación y mandó a sus senadoras Juliana Di Tullio y Anabel Fernández Sagasti a cerrar el tema en un zoom con Mayans. 

Hay que ser prudentes, no se puede decir cualquier cosa cuando ocupás un cargo importante”, sostuvo a este medio una legisladora cercana a Cristina y sumó que, cerca de la figura de la Villarruel y los movimientos contra la Casa Rosada, algunos ubican también la sombra de Mauricio Macri. En ese sector recuerdan que cuando en diciembre sonaban como posibles presidentes de la Cámara de Diputados algunos nombres ajenos a La Libertad Avanza (LLA), la expresidenta se opuso y afirmó que en ese lugar debería estar alguien de confianza de Milei. 

Los nuevos ruidos 

En coincidencia con las discusiones opositoras, Villarruel también salió a despegarse fuerte del kirchnerismo. Lo hizo en su acto por el Día internacional de conmemoración y homenaje a las víctimas del terrorismo, donde llamó reabrir las causas judiciales por los asesinatos de las organizaciones guerrilleras y se refirió a Montoneros como “los protegidos de Néstor y Cristina Kirchner”. Un día después, el diputado Eduardo Valdés aprovechó para plantear que según él no habría que enjuiciar a Milei, pero sí a la vice.

La voluntad de cristina fue cerrar el tema, pero no logró ordenar a todos. La confusión refleja un desorden discursivo que todavía no se acomodó. “Le tenemos un gran cariño a Eduardo, pero dice cosas de librepensador que no nos representan. Se confunde: lo del juicio político es un tema cerrado, ni a Milei ni a Villarruel”, dijo alguien cercano a Cristina. 

El viernes, Moreno volvió a desafiar: “Villarruel no va a destruir la industria como Kicillof”, lanzó, en un nuevo capítulo de su lucha contra los “progres”, una lista en la que suma al gobernador bonaerense. Las ofensas de Moreno y sus intervenciones a favor de la vicepresidenta lograron clausurar, antes de que pudiera desarrollarse, sus reuniones para intentar generar un programa económico común en el peronismo. El dirigente de Principios y Valores se había encargado de juntar en dos oportunidades a los referentes de los distintos sectores internos; sin embargo, en la segunda reunión ni siquiera pudieron sacar un comunicado conjunto. “Que Moreno hable de juicio político, sin tener ningún rol institucional, nos parece una payasada. Sus reuniones son irrelevantes”, afirmó un dirigente de la mesa chica de Cristina, desinflando el sentido de esas cumbres, a las que ahora dicen que mandaron a un representante sólo como “gesto de buena voluntad”. 

En la Casa Rosada, estas discusiones generaron sospechas. “Juegan con la idea del juicio político, hablan del tema en los medios, son perversos. No le creemos a Cristina, hacen de policía bueno y policía malo”, señaló a elDiarioAR un funcionario de trato cotidiano con Milei y sintetizó: “Son el club del helicóptero”

Los entredichos se producen justo cuando el kirchnerismo intenta negociar con el Gobierno para definir los nombres de los nuevos jueces de la Corte Suprema y su la eventual ampliación. “Lo peor que le puede pasar a la política es entrar en las discusiones del panelismo”, opinan cerca de Cristina e insisten en que la expresidenta buscó remarcar los límites democráticos hacia adentro del movimiento y también hacia afuera. El problema es que no pudo esquivarlo porque la discusión, como un elefante en la sala, ya había salido de la tele y las redes para entrar en la política.

LA/JJD

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