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MAPA OPOSITOR

Qué implica el desdoblamiento electoral en Buenos Aires: los verdaderos motivos detrás de la discusión de Cristina y Kicillof

El gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, en una escuela secundaria de Morón.
23 de marzo de 2025 00:37 h

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La interna del peronismo se trasladó la última semana a la Legislatura bonaerense, donde se vio de manera explícita la estrategia de Cristina Fernández de Kirchner y Sergio Massa de postergar el debate por la suspensión de las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO), para poder condicionar a Axel Kicillof con la definición de la fecha electoral en la Provincia. 

El libertario Agustín Romo había pedido una sesión especial para el último jueves a las 11, con el objetivo de debatir varios proyectos para suspender o directamente eliminar las primarias, que ya fueron convocadas por el gobernador –en una mera formalidad– para el 13 de julio a través de un decreto.

Mientras que La Libertad Avanza (LLA) y el PRO ya se manifestaron a favor de la suspensión, Unión por la Patria (UP) no tiene una postura unificada al respecto. En rigor, el gobernador sostuvo que estaba de acuerdo con los argumentos de suspensión y pidió “celeridad” en el debate, pero La Cámpora y el Frente Renovador se dedicaron a demorar el tema, como una estrategia de presión para que Kicillof no desdoble las elecciones locales.

El último jueves, en la Legislatura, ocho diputados cercanos a Kicillof, alineados con el Movimiento Derecho al Futuro (MDF) decidieron bajar a dar quórum, mientras que La Cámpora y el massismo pegaron el faltazo e hicieron fracasar el debate. El episodio tiene dos lecturas posibles, no excluyentes: la primera es que Cristina y Massa buscaron presionar públicamente a Kicillof; la segunda es que los legisladores axelistas se diferenciaron del posicionamiento del resto, en un nuevo paso hacia su autonomía y una demostración de fuerza del nuevo espacio que nació en la Provincia. 

⁠Si bien se trató de un gesto público de diferenciación los distintos espacios que componen UP –Axelismo, kirchnerismo, massismo y otros dirigentes del PJ– aseguran que el bloque de legisladores que preside Facundo Tignanelli no se va a romper. En ese grupo, Kicillof tiene una minoría y necesita de los otros para aprobar proyectos: La Cámpora tiene nueve legisladores propios, que se mueven junto a otros cinco cercanos al PJ Bonaerense de Máximo Kirchner, mientras que el massismo tiene otros diez. 

Por eso, luego de lo que algunos interpretaron como un riesgo de fractura, hubo una reunión de bloque para calmar los ánimos. Cerca de Kicillof aseguran que la sesión había nacido para caerse, pero buscaron demostrar que el debate amerita un tratamiento “responsable” y “dejar de lado el circo”, en una crítica apuntada al kirchnerismo. También se muestran confiados en que lograrán tratar el tema la próxima semana, en la sesión convocada para el 27 de marzo, donde buscarán darle luz verde al último proyecto presentado por siete diputados alineados al gobernador, encabezados por Susana González. 

“Según lo conversado, la semana que viene se tratarán los proyectos presentados por UP y todos darán quórum”, afirmaron a elDiarioAR desde La Plata. El otro proyecto al que hacen referencia es el del massista Rubén Eslaiman, quien lo presentó en noviembre, mucho antes que el resto de los que tratan el tema. ¿Por qué darían quórum todos los que se negaron hace unos días? La cuestión de timing confirma la hipótesis del “apriete” –según definió un legislador axelista– para que el gobernador no defina desdoblar la elección. “Se va a resolver todo el 27. Ese día sabremos si hay desdoblamiento y cuándo será la fecha electoral”, confirmó a este medio. 

Si bien todavía no hay definiciones, Kicillof se muestra cada vez más decidido a anticipar los comicios bonaerenses. Hasta hace un tiempo, en su entorno procuraban ser muy cautos sobre el tema y afirmaban que esperarían a un debate de los distintos sectores antes de tomar una definición. Ahora admiten que, si bien se está dialogando, “hay mucha presión por adelantar”. Esa presión la ejercen los intendentes propios, pero también el grueso de los opositores, que prefieren dar batallas locales y no ser rehenes de la dirigencia nacional. 

El trasfondo de la discusión 

Los tironeos respecto a las PASO, que los distintos sectores del peronismo dan por hecho que finalmente se suspenderán este año, son sólo una excusa antes de encarar la discusión de fondo sobre cuál debería ser la fecha electoral. Cristina y Massa plantean que la elección debería realizarse en la misma fecha que la nacional, aunque este año habrá urnas concurrentes porque en el tramo nacional regirá la Boleta Única de Papel (BUP). La mayoría de los intendentes puja por despegar su campaña de la nacional y planea una campaña municipalizada, donde se ponga en juego su gestión y se haga valer su poder territorial. 

El argumento que Cristina y Massa esgrimen hacia el interior de sus espacios políticos es que no resultaría conveniente provincializar la elección, ya que le darían poder a Milei de usar todo su “aparato” contra la gestión de Kicillof, enfocándose principalmente en casos de inseguridad y en los problemas del IOMA para ocuparse de la salud de los bonaerenses. En la vereda de enfrente, el gobernador replica que es capaz de defender sus políticas, y en su mesa chica algunos también plantean que es errado suponer que llevar la discusión al plano nacional les daría una ventaja, porque ese argumento lleva la presunción de que Milei llegará debilitado a la campaña, algo que hoy no tiene correlato en la mayoría de las encuestas. 

Más allá de los argumentos, de fondo lo que existe es una pelea de poder y sobre el futuro liderazgo del peronismo. Kicillof cree que si desdobla la elección podrá medir su fuerza local y prepararse para 2027, a la vez que evitar una candidatura de Cristina que opacaría su rol en esta elección. La expresidenta, en caso de ser candidata a diputada nacional, necesita que los comicios locales no se anticipen para que los intendentes se vean obligados a militar su boleta y su dedo quede revalidado en la Provincia. Por eso, los intendentes axelistas presionan para anticipar la fecha y La Cámpora, junto a Sergio Massa, busca que haya elecciones concurrentes o un desdoblamiento para adelante: es decir, que las elecciones locales se den después de las nacionales. 

Lo cierto es que, incluso los detractores de Cristina adentro del PJ, hoy se ven forzados a admitir que ella es la candidata que más mide. “Una cosa es lo que más le conviene a Axel en términos individuales o a algunos intendentes para preservar sus municipios, y otra muy diferente es lo que le conviene al peronismo para mostrarse como una alternativa a Milei”, señaló a elDiarioAR un dirigente bonaerense referenciado en el Instituto Patria. En ese sentido, señaló que la unidad y la concurrencia de los comicios sería la mejor opción para mostrar a un espacio fortalecido. 

En caso de que Kicillof avance con el desdoblamiento, el runrún en la Provincia es que Massa podría ser el plan B para encabezar la nacional. Él lo niega, asegura que este año su rol no será el de “fronting” sino el de armador y nexo entre dos tribus que quedaron al borde de la ruptura. ¿Qué pasaría si se lo pide Cristina? La consultora Circuitos presentó en los últimos días una encuesta sobre el territorio bonaerense, donde indica que el peronismo les ganaría a los libertarios y el PRO, pero solamente llevando a Cristina o Massa de candidatos. Carlos Bianco, un nombre que podría proponer Kicillof, perdería contra José Luis Espert. Son números alentadores para el tigrense, aunque –hasta ahora– él asegura que sólo está para “ayudar”. 

LA/MG

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