Taiana, una pieza para preservar los equilibrios en un gabinete mestizo
Jorge Taiana, 71 años, senador y ex canciller, jurará este martes como ministro de Defensa. Su nombre, aun sorpresivo, respondo a una lógica que domina casi cualquier movimiento en el gabinete de Alberto Fernández: mantener un equilibrio frágil, siempre a punto de astillarse, que minimice las esquirlas hacia dentro del dispositivo oficial.
Su nombre, aunque sugiere otros ruidos, parece resolver un intríngulis de coyuntura: la caótica salida de Agustín Rossi, en medio de PASO santafesina que parió alianzas curiosas, abrió un hueco en Defensa que no estaba en los planes del presidente al punto que demoró varios días en encontrar la pieza que, a priori, le sirve a ese fin. Es un “suelto” que gambetea algo esencial: no lo veta Cristina de Kirchner.
No siempre fue así. En 2010, siendo canciller, Taiana se fue del mal modo del staff de Cristina y aunque se mantuvo siempre dentro del espacio K -fue, por caso, electo para el Parlasur en el 2015- recién en el 2017 reconstruyó el vínculo directo, y de confianza con la ex presidente, que lo convocó para que la acompañe como segundo candidato a senador.
Fue Taiana, de estrechos vínculos con el Movimiento Evita de Emilio Pérsico y Fernando “Chino” Navarro, quien en aquellos días ofició de intermediario para facilitar el encuentro entre Cristina y Florencio Randazzo, donde la ahora vice le propuso encabezar la lista de diputados, oferta que no prosperó.
Encaja, en cierto, en una órbita política similar a la que se mueve Rossi, el ministro saliente. Es un kirchnerista, no camporista, y con pertenencias e historia en espacios autónomos. De hecho, allá lejos y hace tiempo, integró La Corriente Nacional de la Militancia, el espacio que coordina Rossi y por el que se lanzó en 2019 como precandidato presidencial. Se desvinculó de ese grupo y se acopló al Evita donde estuvo hasta el 2017, antes de convertirse en segundo de Cristina con la bandera de “frenar a Macri”.
En la era Fernández parece ser una virtud ser multitribal, es decir tener terminales y relaciones en distintos espacios del universo interno del Frente de Todos (FdT), el rasgo que allanó la entronización de Victoria Tolosa Paz y Leandro Santoro como primeros candidatos en las listas de diputados de la provincia de Buenos Aires y Capital Federal. Taiana reemplazará a Rossi, que quedó golpeado luego de que los Fernández, Alberto y Cristina, marcaron en Santa Fe clara preferencia por la lista de Omar Perotti, encabezada por Marcelo Lewandowski.
Ruidos
Enfrenta, así y todo, otros ruidos. El más reciente es haber integrado la nómina de vacunados VIP, el escándalo que le costó el cargo a Ginés González García. Taiana arguyó que por su condición de presidente de la Comisión de Asuntos Exteriores del Senado, y con agenda de viaje a México junto a Fernández, revestía la característica de personal “estratégico” y en ese marco se vacunó. Ese episodio volvió a escena en estas horas, luego de conocerse su designación como ministro de Defensa.
Sin protagonismo en un Senado donde la centralidad de Cristina es plena, Taiana acepta volver al Ejecutivo dos años y medio antes de que se le termine el mandato como senador que asumió en 2019, cuando la ex presidente juró como vice. Defensa es un área hipersensible y Taiana se convierte en el tercer ministro en diez años que llega desde la política sin tener, de modo directo, conocimiento previo de la cartera: ocurrió con Nilda Garré y luego con Rossi, que por ese antecedente fue convocado nuevamente en 2019 por Alberto Fernández.
Hay, con otro registro histórico que cruza a Taiana y tiene que ver con su participación en Montoneros, agrupación que también integró Garré que fue ministra de Defensa. El pasado de Taiana, y su supuesta participación en un atentado ocurrido en 1975, mereció incluso una consulta reservada de EE.UU, según se desprende de documentación confidencial que se conoció a través de Wikileaks. Taiana, negó la acusación. “Hay varias informaciones que me mencionan en una serie de actividades, pero sobre todo hay una que es la prueba de la irresponsabilidad con que se maneja esa información y que es una particular infamia”, dijo según consignó el diario Perfil. Su pasado como canciller aparece en el menú de Fernández como un buen indicio para hacerse cargo de Defensa.
Su banca en el Senado debería ocuparla, por orden en la boleta, la ex diputada Juliana Di Tullio, que actualmente se desempeña como directora del Banco de la Provincia de Buenos Aires. Si Di Tullio renuncia para jurar en la Cámara Alta, le genera un problema a Axel Kicillof porque en la mesa del BAPRO solo están designados cinco directores sobre nueve y si Di Tullio se va, el banco se queda sin quórum, y por tanto sin directorio, un hecho sin antecedentes y que podría tener complicaciones operativas o forzar que, de urgencia, se aprueben el pliego de un reemplazante para lo cual necesitará de un acuerdo con Juntos por el Cambio (JxC) bonaerense que tiene mayoría en el Senado provinical.
PI
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