Bajan fuerte los homicidios en la provincia de Buenos Aires y en Rosario cuadruplican la tasa nacional
Los homicidios dolosos en la provincia de Buenos Aires bajaron un 40% en doce años. La tendencia se da en todos los departamentos judiciales del conurbano bonaerense. También descendieron los que involucran a adolescentes y jóvenes. Al contrario de esos indicadores, en los últimos años crecieron los delitos contra la integridad sexual. En contraposición con la tendencia descendiente, en Rosario se registró la cifra más alta de homicidios: entre enero y noviembre de 2022 se contabilizaron 263 homicidios y cuadriplica la tasa media nacional.
Según el cuarto Informe sobre Delitos y Violencias en la Provincia de Buenos Aires realizado por el Observatorio de Políticas de Seguridad de la Universidad de La Plata (OPS), en el período 2009-2021, los homicidios dolosos tuvieron un descenso muy fuerte y pasaron de 1335 en 2009 a 794 en 2021.Es decir, que la tasa bajó de 8,5 cada 100 mil habitantes en 2009 a 4,5 cada 100 mil en 2021. La tendencia se da en todos los departamentos del conurbano aunque con distintas intensidades. Las principales disminuciones se registraron en San Isidro, Lomas de Zamora, Avellaneda-Lanús, La Matanza, San Martín, Quilmes, Mar del Plata, Morón y Mercedes - Moreno -General Rodríguez. Todos los departamentos judiciales tienen descensos a excepción de Trenque Lauquen.
En más de la mitad de los casos, los homicidios tienen que ver con conflictos interpersonales. Es decir, entre personas que se conocían previamente, ya sea por relaciones de vecindad, laborales, de amistad o familiares que no entran dentro de la categoría femicidio. El resto está vinculado con femicidios (entre el 8 y 10%, según el año), los homicidios en ocasión de robo (entre el 10%y el 15%) y aquellos nombrados como “legítima defensa” o “homicidios cometidos por personal policial” (entre el 5% y el 7%). Ángela Oyhandy, una de las coordinadoras del informe junto a Paz Cabral, Brunela Germán, explicó que esta última se trata de “una categoría muy polémica”. “Por algún estudio particular sabemos que es más, que en algunos años alcanza alrededor del 10%. Es uno de los puntos oscuros de la estadística de homicidios que subregistra muchos homicidios cometidos por personal policial”, explicó. Además, hay un porcentaje que varía entre el 10% y el 20% que son hechos de difícil tipificación vinculados a contextos de mercados ilegales: venta de terrenos, toma de tierras o drogas.
“Es una reducción muy importante que no tiene que ver con la pandemia. El grueso tiene que ver con la violencia interpersonal que necesita políticas específicas. No son las mismas que las vinculadas a la prevención de los robos, que no son el típico trabajo de policiamiento y saturación, sino que tiene que ver con políticas de gestión de conflictividad de manera no violenta”, le dijo Oyhandy a elDiarioAr.
El estudio se basa en los informes estadísticos del Ministerio Público de la Provincia de Buenos Aires que contabiliza la cantidad de investigaciones penales preparatorias (IPPs) que se inician anualmente en las fiscalías, delitos denunciados ante los organismos estatales. Esa información también refleja un descenso muy pronunciado en los homicidios atribuidos a adolescentes y jóvenes menores de 18 años que llega a casi la mitad menos. En el Fuero de Responsabilidad Penal Juvenil, en el 2009 las investigaciones penales representaban el 4, 3 % del total, mientras que en 2021 descendieron a 2,1%. “Se empezó la serie histórica con 152 homicidios y se pasó a 61 en el 2021, es una reducción muy importante: de un homicidio cada 2,5 días a casi 1 cada 6 días. Es un tema que también contradice la percepción de que cada vez hay más homicidios cometidos por jóvenes. Esta idea de que cada vez la sociedad es más violenta. Es un tema de discusión, que la tasa de homicidios descienda no significa que podamos decir que hay menos violencia, pero sí que es el indicador más certero y, además, es el que se usa internacionalmente. Eso no significa que no haya otra dinámica”, explicó la socióloga de la UNLP.
A diferencia del resto de los delitos, hay un crecimiento exponencial en los que atentan contra la integridad sexual. El informe muestra un primer salto importante en el 2017-2018 y otro de la misma intensidad del 2019-2020. La serie empieza con 8258 denuncias en 2009 y llega a 25.666 en 2021. Entre las consideraciones, las investigadoras destacan el impacto del movimiento de mujeres, la visibilización del tema y la existencia de políticas públicas que acompañan y facilitan el acceso para la realización de denuncias. “Aumentaron en la provincia y en el país, no para. Tienen un pico después de la denuncia de Thelam Fardin. Creemos que las estadísticas no están reflejando un incremento de los hechos sino una mayor habilitación social y cultural para denunciarlo y también políticas muy activas de los estados para generar nuevos espacios de recepción y acompañamiento de denuncias”, explicó Oyhandy.
Según los registros de la Línea 144 de consultas por casos de violencia de género, tras la denuncia de la actriz a Juan Darthés las llamadas aumentaron en 1200%. “Además, hay un cambio social vinculado al movimiento de mujeres, a la visibilización de la violencia de género que estaba muy oculta en el espacio público. A partir de eso y de casos emblemáticos hay una masiva concurrencia a denunciar. Esto implicó que se abrieran fiscalías específicas, que se aumentara la dotación de personal capacitado para acompañar estas denuncias”, agregó la especialista. El primer salto se dió en 2017 con 14.912 denuncias, siguió en 2018 con 19.000 y en 2019 llegó a 24.000.
Las cifras de Rosario
Según el Observatorio de Seguridad Pública de Santa Fe, en Rosario se registró la cifra más alta de homicidios: entre enero y noviembre de 2022 se contabilizaron 263. Una cifra que cuadriplica la tasa media nacional. Según este registro dependiente del Ministerio de Seguridad de Santa Fe y la Dirección de Estadística Criminal del Ministerio de Seguridad de la Nación, si se analiza el contexto en el que sucedieron, en Rosario hay una presencia mayor que a nivel provincial de tramas asociadas a organizaciones criminales y/o economías ilegales: alcanza a casi siete de cada diez casos, mientras que el porcentaje a nivel provincial es de poco más de cinco cada diez.
El consultor en Política Criminal y director General del Observatorio de Política Criminal, Ariel Larroude, explicó que mientras en la mayoría de los distritos del país los homicidios dolosos tienden a la baja, en Rosario están en aumento y anticipó que muy posiblemente la ciudad de Rosario termine este año con el récord de homicidios dolosos de toda su historia. “Tiene 25 homicidios dolosos cada 100.000 habitantes, superando a la tasa del 2014, que hasta ahora era la más elevada de la ciudad. Respecto a la estadística que sostiene que Rosario cuadriplica la media nacional, es cierto. La tasa de homicidios de nuestro país del año 2021, la última relevada hasta el momento, fue de 5 homicidios dolosos cada cien mil habitantes mientras que la de Rosario fue de 18,5”, sostuvo en diálogo con este diario.
Las cifras sitúan a la ciudad de Rosario como la más violenta del país, muy lejos de otros distritos como Ciudad de Buenos Aires (3.5) o Córdoba Capital (3). “Lo mismo ocurrió con algunos distritos del conurbano bonaerense como Lomas de Zamora, San Martín o La Matanza, que no han superado en promedio los 5 homicidios dolosos cada 100.000 habitantes. Lejos de mejorar esta situación, muy posiblemente nos encaminemos a quintuplicar ese índice”, agregó el abogado.
Según el informe “Rosario, un sueño de paz” del Observatorio de Política Criminal, el mayor porcentaje de los homicidios dolosos, más allá de distribuirse a lo largo de todo el territorio, se condensó en los barrios periféricos principalmente, los creados alrededor de las viejas industrias y frigoríficos que cerraron durante la década del 80' y principios de la década del 90'. En cuanto a las causas,, Larroude considera que existe un mercado de drogas en expansión que ya lleva años y que no está monitoreado por las autoridades. “La gente consume más que hace diez años y, esto que parece una cuestión inocente, es parte de la explicación del problema. Algo que debería hacer repensar respecto a la estrategia sobre el control de drogas que toma el país, que hasta ahora se mantiene en una mirada represiva de la venta y del consumo”, indicó.
Además, detalló otras cuestiones vinculadas a las fuerzas de seguridad. “Desde hace una década hay una policía atomizada, que no solo no controla el territorio sino que es parte del mercado que tiene como objetivo reprimir. A eso se suma un acceso alarmante a las armas de fuego por parte de la ciudadanía. Casi la totalidad de las muertes ocurren por uso de armas. Asimismo, coexiste una preeminencia en resolver a los tiros cualquier disputa, lo que habla de una notable falta de gerenciamiento por parte de las estructuras criminales que lleva a que todas los conflictos terminen en muertes violentas. Esto es algo que no sucede en otras ciudades de la Argentina, no por ser mejores o peores, o más o menos violentas, sino por el hecho de saber que la violencia letal va en contra de la rentabilidad del mercado”, describió Larroude.
CDB
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