Dora Barrancos, socióloga feminista: “Estamos frente a una era catastrófica de regresión de derechos”
La socióloga e historiadora feminista Dora Barrancos se refirió a la movilización del 8M y recalcó la importancia de la participación no solo de mujeres y diversidades sino también de varones, a quiénes convocó a salir a la calle ante “una era catastrófica de regresión de derechos”. “Espero que sea un hito. No es que estamos amenazadas de retrocesos, ya ha comenzado”, afirmó la académica en esta entrevista con elDiarioAR. Se trata del primer paro internacional feminista durante el gobierno de Javier Milei, que ya tomó medidas fuertemente regresivas en cuanto a los derechos de las mujeres y diversidades.
—¿Cómo llega el movimiento feminista a este 8M?, ¿Qué se espera?
—Va a ser un hito, espero que lo sea. Una demarcación, una manera de expresar toda la resistencia que tenemos ante lo que ya no es solo la amenaza de regresión. Se trata de medidas hechas por el gobierno de retroceso en materia de derechos de las mujeres y diversidades sexogenericos. Retroceso fue aniquilar por completo el Ministerio de Mujeres, retroceso es prohibir el lenguaje inclusivo en la administración pública, algo que está entre lo patético, lo grotesco y lo extraordinariamente anti libertad humana, anti libertad individual.
También está lo del INADI, una regresión en materia de derechos adquiridos, y la intencionalidad aparente de pedir la derogación de la Ley Micaela porque el vocero presidencial anunció que se prohíbe el lenguaje y el uso de la perspectiva de género. Pues habrá que derogar una ley, porque la Ley Micaela, creo que el vocero lo sabe mal y tal vez el Presidente también, obliga a actuar al Estado, a hacer fallos y tener política con perspectiva de género.
—¿La amenaza ya se efectivizó?
—No es que estamos amenazadas de retrocesos. Seguramente estamos amenazadas de nuevos retrocesos, pero ya ha comenzado la era catastrófica de regresión de derechos para las mujeres y diversidades sexogenéricas, por lo tanto este 8 de marzo tiene que ser un hito en la movilización y concentración. También es una invitación para que muchos varones nos acompañen y que sea la plaza de las personas que piden que se respeten los derechos humanos.
—Una de las regresiones es la prohibición del lenguaje inclusivo y la perspectiva de género en el Estado ¿Qué implica?
—El lenguaje es una forma de expresión que tenemos que en realidad manifiesta nuestro albedrío. Tenemos configuraciones del lenguaje, juegos del lenguaje que tienen que ver con las notas contextuales, con la significación que le damos. Según los grupos, hay lenguajes que se utilizan en muy diversas conformaciones sociales: de jóvenes que tienen vocablos que no usamos la gente vieja, lenguaje de la vida carcelaria, el lenguaje es arbitrario. En su configuración normativa parece que no lo es, pero el lenguaje es arbitrario. Por lo tanto, debería ser un acto de absoluta libertad. Me pregunto si no es una regresión de derechos y lo es el hecho de que se conforma la comunicación pública del Poder Ejecutivo con la monolítica pretensión de la Real Academia Española del uso del lenguaje con el sujeto no marcado masculino. Tenemos una flagrante regresión en materia de nuestros derechos, de la manifestación lingüística para las mujeres y disidencias. Esa prohibición es una clara advertencia de que la libertad no avanza, la libertad retrocede.
—¿Cómo se tienen que organizar los feminismos ante este avance en su contra?
—Como lo estamos haciendo, hay mucha asamblea en todo lugar. Las mujeres más pobres son las que están sufriendo en mayor medida las injurias de las carencias, de la falta de comida, de la falta de cuidados en este desarraigo completo por la falta del estado. El 8 de marzo es el hito por la expansión pública, está habiendo mucho cabildeo de cómo se resiste, de qué forma. Con creatividad se resiste a este tsunami de antiderechos.
—En el libro “Mujeres movilizadas en América Latina”, editado por CLACSO, usted habla del impulso de los colectivos feministas en Sudamérica. ¿En qué etapa estamos ahora?
—En gran medida el triunfo de Lula en Brasil estuvo muy acompañado por movilizaciones de todo tipo y clases de personas, de sectores populares sobretodo, pero también por la decisión de muchísimas mujeres porque Bolsonaro, como hacen todas las extremas derechas, había vituperado nuestros derechos. Ese cambio fue importante como respuesta de muchas mujeres como ayudantes de la candidatura de Lula. lo mismo pasó en Colombia con Petro. Hoy esa movilización continua, a veces hay momentos de reflujos, pero no hay que confundir, un reflujo se da por determinadas condiciones, una adversidad contextual muy grande pero es pasajero. Las mujeres en general, históricamente, han sido un bastión de resistencia. En Argentina tenemos tradición con la ejemplaridad de Abuelas y Madres de Plaza de Mayo, hay una resistencia y habrá ocasiones en las que esa resistencia será más pública como espero que ocurra el próxima 8M.
—El gobierno posiciona abiertamente al feminismo como uno de sus enemigos, ¿por qué lo hace?
—Es la construcción de las extremas derechas en el mundo, planetariamente han colocado este punto en su programa. En el pasado había gente reaccionaria , conservadora, pero ahora las derechas han incorporado la fórmula contrafeminista. Se sienten muy amenazados por la conmoción que produce la movilización en estado de insurgencia anti patriarcal. Es el mayor compulsivo de la época. Antiguamente había grandes movilizaciones obreras, pero ha habido cambios muy tremendos en la vida económica. De modo que las masas más movilizadas últimamente han sido las mujeres. Esto se ha tornado una amenaza para las extremas derechas patriarcales. Lo mismo que las disidencias sexogenéricas. Porque para esas fuerzas, el mundo está puesto patas para arriba por las feministas y las diversidades. Hay un miedo patriarcal, es muy amenazante, es una amenaza de estropearlo todo y necesitan reponer el orden que adjudican a la naturaleza en su moral.
—¿Le preocupa el accionar de las fuerzas de seguridad durante la movilización?
—Somos corajosas porque tenemos miedo. El miedo es lo que finalmente condiciona la virtud del coraje. Apuesto a que haya un mínimo de racionalidad elemental en la ministra de Seguridad, estoy segura que va a hacer algo con alguna excepción posible, pero apuesto a que la minista no va a exponerse a una situación de crítica internacional. Porque esto no es un acto local, el 8M es internacional. Nomás por las consecuencias internacionales de las que ellos y ellas se cuidan, va a haber una administración discreta de las fuerzas de seguridad.
—En la semana presentó el primer pedido de juicio político contra el presidente Javier Milei por “conductas reprochables e inaceptables en las plataformas digitales, con hechos de discriminación. ¿En qué consiste?
—Encontramos que había no un exceso sino que el presidente había infligido la ley. Desconoce dos circunstancias básicas de derechos humanos: la ley antidiscriminación a propósito del meme sobre una persona con Síndrome de Down, un atropello a la dignidad humana fundamental. También la celebración de un meme en la que había una puesta en escena con periodistas de un acto sexual de violacion de donde aparecía el gobernador de Chubut con cara de niña. Encontramos que esto no podía ser así solemnemente ignorado, que teníamos que ir a pedir el juicio político, que sabemos que tiene un trámite difícil pero ha sido muy movilizador ese gesto.
CDB/DTC
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