Pez Banana es un club del libro que funciona así: por una suscripción mensual, recibís en tu casa un libro. La selección la hacen Florencia Ure y Santiago Llach.
Los libros son siempre de ficción y la cuota es equivalente al precio promedio de cualquier título que puedas encontrar en las librerías.
También son nuevos, nunca te va a tocar uno que ya tengas.
En sus redes entrevistan a autores, editores, traductores o charlan entre ellos sobre literatura.
Para llegar al elegido del mes, leen (casi) todo lo que se publicará, así que aprovechan y escriben un newsletter con recomendaciones. El newsletter es buen espacio para hablar de libros favoritos que pelearon la final, de otros más de nicho que no imaginaron como “libro del mes” pero que por igual les gusta, presentar editoriales no tan conocidas, rescatar algún clásico que se haya publicado con nueva traducción. En fin, contar un poco el panorama editorial según sus miradas.
Una guía de lectura: del arte y el sufrimiento a la venganza de Borges
Como todos los meses, desde Pez Banana recomiendan las novedades editoriales de ficción.
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El newsletter de este mes llega con demora POR CULPA DE SANTIAGO. Pero viene con varios libros que nos encantaron. ¡El mundo actual es la biblioteca de Babel editada, de verdad se publican muchos libros hermosos!
Recuerden siempre que si quieren hacerse socios de Pez Banana y recibir el libro del mes, casi sin costo de envío y con una guía escrita por un ser misterioso que trabaja para nosotros, pueden hacerlo en pezbanana.club.
Flor: Celia Paul es una gran artista. Su pintura me encanta y haber leído ahora su primer libro me genera una admiración sin par. Igual, me quedo con mi vida.
Autorretrato empieza cuando conoce a Lucian Freud. Ella tenía 18 y él 55. Su relación, tortuosa sin tregua, dura más o menos diez años, un hijo y muchos cuadros (que se reproducen en el libro).
En el texto, la autora salta con comodidad de la pintura a la poesía a las confesiones más dolorosas e íntimas. Su escritura es honesta y descarnada. Una joven en busca de su arte interceptada por un amor tremebundo. Nada es sin sufrimiento pero todo con la elegancia justa.
Santiago: Lucian Freud: ¿pulgares arriba o abajo?
Flor: Como pintor me encanta.
Rachel Cusk (están a tiempo de ver su entrevista en Filba. Muy interesante su postura frente a la realidad y la ficción. Y, ojota, que quizás se viene un Pez Banana de Cusk en 2022) escribió un ensayo muy bueno sobre Celia Paul en la revista del New York Times.
Quizás la increíble sensibilidad de Celia, que resulta en su obra, es la misma que la lleva a esa relación de tortura con Freud.
No me doy cuenta si para ser tan genial es necesario sufrir tanto. Estoy influida por nuestra lectura de Proust. ¡Ja!
Santiago: Un insufrible Marcel. La otra cara de la moneda es si los escritores tienen que ser malas personas. Yo creo que un poco sí. En tanto escritor, cuanto menos te importen las consecuencias de lo que decís mejor, y suele ocurrir que muchos escritores traicionan la confianza de sus íntimos. Hay que practicar la escisión entre vida y literatura para ser escritor, saber que lo que se dice no es lo que es; pero al mismo hay que practicar la fusión entre la vida y la literatura, inevitablemente uno transforma lo que vive y lo que ve y sus sueños tortuosos en literatura.
Flor: Una vez vi una entrevista al pianista James Rhodes (que la pasó mal mal en serio. Si juntan coraje lean Instrumental) y respondía a la pregunta de si hay que sufrir para ser artista con un “That’s bullshit”.
Como sea, el libro es buenísimo. La maternidad, la relación con sus padres, sus hermanas, las esperas, el tironeo entre el amor y el arte, la sumisión, la entrega. Hay partes muy siglo XIX: Flaubert o las Brontë (casualmente o no, desde su casa en Bradford se veía Haworth donde vivieron las Brontë).
Santiago: Para seguir con el sufrimiento, quiero recomendar este libro debut de poesía. Noelia nació en el conurbano, en una familia muy humilde, y es la persona que más libros lee que conozco.
Flor: ¿Más que nuestra amiga Luciana Cáncer?
Santiago: Sí, y más que vos, que estás tercera en el ranking.
Por otro lado, Noelia lleva la idea de vivir para escribir al extremo: escribe literalmente sin parar, en el tren, el bondi, toda la noche sin dormir. Y es como si ese exceso boicoteara la calidad de su escritura, llena de momentos hermosos. Otra forma de preguntarse lo que veníamos diciendo es si el arte va de la mano del autoboicot. Yo creo que sí. Tenía miedo de que en su primer libro Noelia no se hubiera puesto límites. Pero no, se los puso. Ella o su editora cortaron a lo pavote, y el libro está hecho de poemas breves y contundentes. Poemas en verso libre sobre el amor, la familia, el trabajo y la ciudad escritos con una energía especial, con una mirada a la vez fallida y desbordante.
Flor: Otro primer libro. Una hija y un padre enfermo. ¿Qué decirte? Es la historia de gran parte de mi vida, imposible no conmoverme.
Recapitulo y aclaro: me conmueve porque el libro es hermoso. El vínculo con su padre y la naturaleza narrados poéticamente. Grizas cuenta su historia y ubica cada anécdota en un escenario. Es muy cinematográfica, cosa que podría distraer pero no, suma. Te seduce y mete en su cápsula del tiempo y vas y venís con ella. La espiás.
Me encanta cuando la naturaleza es tan protagonista. Como Los llanos de Federico Falco (Anagrama) me estremecía su separación y también que las zanahorias no crecieran. El diálogo entre la historia y la huerta, el rabanito no como metáfora sino como personaje.
En Un temporal la geografía funciona más como marco pero le da una profundidad que resignifica. Una caja de resonancia visual. Montañas, Antártida, Beagle, nevadas. Y también leña ardiendo, rayos de sol y la ciudad que aturde y encierra.
Me emocionó mucho.
Santiago: Había visto pasar su nombre y me pregunté de qué país sería, pero veo que es sanjuanina. Dejame ir por otra novedad borgiana.
Flor: Toda tuya.
Santiago: Hablando de arte y sufrimiento, Borges tiene cosas de Javier Milei.
Flor: ¡¿Qué?!
Santiago: Acá Pola Oloixarac escribió que Milei es un buleado que hace bullying, y Borges era exactamente igual. La literatura es a veces venganza a larga distancia. ¡Era más malo Borges! El otro día me avivé de una cosa genial que hace con una nota al pie que agrega a su cuento “El inmortal” para darle una cachetada a Sábato, que acababa de publicar su primer libro, El túnel. No la puedo contar acá porque es muy larga pero es de una malicia genial.
Flor: ¡Contala!
Santiago: Muy largo. Que quien quiera me la pida a mi mail. Te tiro en cambio mis dos últimas teorías sobre Borges.
Flor: A ver.
Santiago: Una, que Ficciones y El Aleph son fruto de alguna experiencia con drogas alucinógenas. Creo que en el accidente que tiene en la Nochebuena del año 38 le dieron alguna droga y su mente voló, y ahí se lanza a escribir los cuentos de sus dos grandes libros, que básicamente son experimentos delirantes. Y volviendo al bullying, Borges delira y delira al lector. El otro día me avivé de que en el segundo párrafo de “Tlön” hay cuatro signos de dos puntos mal usados a propósito. Es hermoso. Además de las drogas estuvo el dolor, porque en 1938 también murió su papá, y por ejemplo “Tlön”, o ni hablar “El Sur”, quince años después, son cuentos dolidos sobre la muerte de su padre.
Flor: Ya sabés que a mí Borges no me llega mucho, pero esto me conmueve. ¿Y la otra teoría?
Santiago: La otra teoría es que Borges no era tan ciego y que se hacía bastante el boludo al respecto. Veía algo más que manchas amarillas, como dijo varias veces. Por más que como muchas personas no videntes haya desarrollado una memoria impresionante, hay cosas, conferencias, cuentos, que no pudo haber dado o dictado siendo ciego. Él se avivó de que exagerar la ceguera le venía bien al mito, además de que ya famoso se rodeaba de mujeres deseosas de ayudarlo.
Flor: ¿Y este libro qué tal?
Santiago: Bueno, vos sabés que María Kodama no es la única viuda de Borges. Somos varias las viudas (me sumo como viudita porque Borges también me da de comer). Martín Hadis es una de sus grandes viudas. Escribió un libro interesantísimo sobre los ancestros británicos de Borges, y después de Borges profesor, en el que rescataba uno de sus cursos de literatura inglesa en la UBA a partir de desgrabaciones y apuntes de alumnos, llega este de las famosas charlas de Borges en universidades norteamericanas. Al igual que Sigmund Freud, sus giras por los Estados Unidos fueron fundamentales para cimentar la fama de Borges. Este Borges viejo y ciego (o no totalmente ciego, vaya uno a saber) es muy divertido. Siempre está provocando amablemente a sus interlocutores, desarmando malentendidos. A un amigo mío, Esteban Serrano, Borges tampoco lo convence tanto como escritor, pero le encanta escuchar sus conferencias. Es el Borges espectacular, performático y accesible. Que cosa hermosa.
Flor: ¿Puedo una última recomendación?
Santiago: ¿Me dejás una cortita a mí?
Flor: Obvio.
Santiago: Otra vez, el dolor como motor. Sigrid Nunez fue mi gran descubrimiento de 2019 con El amigo. Era un libro sobre la muerte de un amigo/maestro, y lo leí con un nivel de adicción que sólo me provocan Piglia y Houellebecq. Pero Piglia y Houellebecq me dejan con resaca, como habiéndome tragado mierda neurótica. Sigrid en algún punto me deja más calmo. Pero, como dice ella al final de Cuál es tu tormento citando a Walter Benjamin, “lo que atrae al lector a la novela es la esperanza de templar su vida al abrigo de una muerte”.
Flor: El otro día una socia del club me decía que elegíamos libros tristes. No tengo respuesta porque la literatura me pone en un estado de emoción y felicidad al mismo tiempo que me cuesta pensar en términos tristes o alegres. Ese estado de gracia, de sensibilidad sin nubarrones que solo puedo asociar con alegría. Si me preguntás si los libros de Celia Paul o de Ansilta Grizas son tristes, no sé qué contestarte, Sé que yo fui muy feliz leyéndolo.
Santiago: Con el de Sigrid Nunez pasa algo parecido. Al igual que su libro anterior, es un libro sobre el duelo por la muerte de una amiga, con mucha reflexión sobre la literatura y la vida literaria, pero escrito de una manera muy atractiva. Mientras escribo esto estoy escuchando a los Ramones, que escribieron siempre una misma canción. Cuál es tu tormento es muy parecido a su libro anterior en muchos sentidos, pero a mí eso me encanta. Me encanta cuando un autor se repite una y otra vez.
Flor: ¿Voy por mi última recomendación?
Santiago: ¡Dale!
Flor: Así como los otros libros de los que hablé refuerzan los detalles y podrían ser una pintura o una película, este es todo lo contrario. La historia es onírica y fragmentada. Se va cerrando a medida que avanzás. Un perro, un femicidio, Uruguay, cambios de idiomas, portazos. Como dice su editora: el lenguaje llevado a la mínima expresión. Y así, saltando de piedra en piedra se cruza el arroyo y se lee esta novela buenísima que se termina de armar en la cabeza a medida que pasan los días.
Santiago: Tengo un problema: todos los libros que recomendás los tengo en mi casa. Y la verdad que confío en tu gusto, salvo contadas ocasiones. ¡A la mesa de luz entonces!
FU/SL
Sobre este blog
Pez Banana es un club del libro que funciona así: por una suscripción mensual, recibís en tu casa un libro. La selección la hacen Florencia Ure y Santiago Llach.
Los libros son siempre de ficción y la cuota es equivalente al precio promedio de cualquier título que puedas encontrar en las librerías.
También son nuevos, nunca te va a tocar uno que ya tengas.
En sus redes entrevistan a autores, editores, traductores o charlan entre ellos sobre literatura.
Para llegar al elegido del mes, leen (casi) todo lo que se publicará, así que aprovechan y escriben un newsletter con recomendaciones. El newsletter es buen espacio para hablar de libros favoritos que pelearon la final, de otros más de nicho que no imaginaron como “libro del mes” pero que por igual les gusta, presentar editoriales no tan conocidas, rescatar algún clásico que se haya publicado con nueva traducción. En fin, contar un poco el panorama editorial según sus miradas.
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