Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.
Sobre este blog

Punto de Encuentro es un espacio de Amnistía Internacional para amplificar las voces y miradas de periodistas, comunicadoras y fotógrafas que trabajan en temas relacionados con mujeres y disidencias.

En un contexto de violencia creciente contra activistas de derechos humanos y ante la reducción de estas agendas en muchos medios masivos de comunicación, Amnistía Internacional y elDiarioAR se unen para dar un espacio destacado a contenido federal e inclusivo. 

El rol de periodistas feministas ha sido clave en los avances de los últimos años y el ejercicio profesional riguroso y libre es clave para garantizar esas conquistas que son para toda la sociedad. 

Punto de Encuentro pretende ser precisamente un espacio de coincidencia, pero también de debate constructivo. Porque no se puede ser feminista en soledad.

La fuerza natural del patriarcado: por qué los fenómenos climáticos afectan más a las mujeres

Sin botones antipánico. Los problemas en el servicio de luz y telefonía pusieron en jaque el servicio habitual de los botones antipánico. Se estableció un seguimiento “manual”

1

El sábado 16 de diciembre un temporal de lluvia y vientos de hasta 150 km/h afectó a la provincia de Buenos Aires, en particular a la ciudad de Bahía Blanca. Hubo 13 víctimas fatales. Se encontraban en el Club Bahiense del Norte en un festival de patín cuando se cayó un techo. La ciudad quedó devastada, además de las pérdidas de vidas, la tormenta arrasó con casi 12.000 árboles y muchas viviendas se vieron afectadas, sobre todo las de los barrios del cordón sur de la ciudad. Este hecho tuvo lugar a cuatro días de la asunción del intendente Federico Susbielles.

Victoria Aure había asumido cuatro días antes como Directora General de Género de Bahía Blanca. La desigualdad de género económica y social quedó expuesta con el temporal de Bahía Blanca. Aure señala: “lo que demostró esta situación fue la feminización de la pobreza, porque la mayoría de las viviendas afectadas están en cabeza de mujeres y en el centro de evacuados se vieron mujeres con niñes que eran sostén de hogar”. 

Desastres “naturales”

Los desastres no son naturales. Pese a que escuchamos muchas veces términos como “catástrofes naturales” o “la fuerza de la naturaleza”, las emergencias que ocurren por fenómenos meteorológicos no se generan por causalidad externa. En 1993 dos especialistas en desastres, Gilberto Romero y Andrew Maskrey explicaron: “Una de las deformaciones más corrientes es suponer que el desastre producido se debe a fuerzas naturales poderosas o sobrenaturales que actúan irremediablemente contra los humanos. Esta mal interpretación es propalada generando también fatalismo e inmovilismo, cuando no reacciones voluntaristas e ineficaces”. Abandonar esta visión de los desastres nos permite analizar factores que eran dejados de lado, como la vulnerabilidad de las poblaciones y la responsabilidad de los Estados en los procesos de desarrollo. No somos meros receptores de un castigo divino. 

Las formas de producción, de concebir el medioambiente, y las políticas públicas que le dan la espalda a la población propician mayores eventos climatológicos. Myriam Selman, Licenciada en Trabajo Social y directora de un equipo de investigación con el que explora temas asociados a la gestión del riesgo de desastres, afirma: “los fenómenos naturales por sí solos no causan ni las vulnerabilidades ni los desastres. Desde esta perspectiva, los desastres no son naturales, sino el resultado de procesos sociales. Una lluvia intensa, un viento huracanado, entre otros fenómenos, sólo pueden convertirse en una amenaza si existe población expuesta y vulnerable”. En este sentido, estos fenómenos impactan de forma desigual en las personas según las vulnerabilidades que las atraviesan. 

Vulnerables es decir desiguales

Ahora bien, ¿qué implica la vulnerabilidad? El componente crucial de la vulnerabilidad social es la desigualdad. Una desigualdad que no aparece sólo entre las personas, sino también entre países: el 10% más rico de la población mundial se lleva actualmente el 52% de la renta mundial según la OIT. Al mismo tiempo, OXFAM (Comité de Oxford de Ayuda contra el Hambre) informó que el 1% más rico del mundo genera la misma cantidad de emisiones de carbono que las 5000 millones de personas que integran los dos tercios más pobres del mundo. Esto tendrá consecuencias en la calidad de vida de las poblaciones, sobre todo de las más pobres. Como en la película “No mires arriba”, algunes actúan con impunidad pensando que por ser ricos no les va a afectar, dado que ya están planeando subirse a un cohete y huir a otro planeta. 

En el caso de las poblaciones la desigualdad económica y social obviamente existe y es necesario verla desde la interseccionalidad. Es decir, cómo repercute la intersección de ciertas características identitarias (género, edad, discapacidad, clase social, pertenecer a una etnia o a un grupo racializado) en el acceso a recursos, derechos y el desarrollo de capacidades, generando opresión o privilegio. Si miramos a nuestro alrededor seguramente podamos ver que las mujeres cis blancas de clase media tienen más posibilidades de acceder a un empleo formal y una vivienda que una mujer indígena acceder a la tierra, al mismo tiempo que no solemos ver a las personas trans en empleos formales ni puestos de decisión. “Para desnaturalizar las desigualdades de género que aumentan la vulnerabilidad frente al riesgo, se requiere una perspectiva de interseccionalidad en todo el proceso de diseño e implementación de políticas e instrumentos que se orienten a la gestión del riesgo de desastres”, sostiene Selman.

Mujeres en escenario de desastre

Las mujeres y diversidades no están en igualdad de condiciones que los varones. En el caso de los desastres estas desigualdades construyen el riesgo a verse especialmente afectadas. Como afirma Andrea Suárez Maestre, Directora de Análisis y Reducción de Riesgos de la Subsecretaría de Emergencias del Ministerio de Seguridad de la Provincia de Buenos Aires, “la emergencia afecta sobre todo a las personas más vulnerables frente a la situación socioeconómica. Las mujeres son quienes sufren más las emergencias y son quienes tienen menos posibilidades de recuperar sus recursos y medios y la calidad de vida que tenían previo a la emergencia”. Según estudios la mortalidad ante desastres es mucho mayor en mujeres que en varones y esto está íntimamente ligado a la desigualdad económica.

Dentro del colectivo de mujeres y diversidades el impacto también es diferenciado. “El riesgo se distribuye más sobre poblaciones vulnerables socioeconómicamente, que son las mujeres con niños y niñas”, sostiene Suárez Maestre. Por ejemplo, el tener como responsabilidad el cuidado de personas adultas mayores e infancias, en ciertos casos produce que tengan menos tiempo para atender a las indicaciones de mitigación y preparación. Asimismo, al verse restringidas a las actividades fuera del hogar, pueden tener un acceso reducido a información de alerta temprana y preparación y limitación en el acceso a servicios públicos. Selman destaca: “la formación con perspectiva de género y derechos es una llave para lograr que las intervenciones institucionales sean inclusivas”.

En este escenario de inexistencia de “igualdad ante la ley” ni en la vida cotidiana ni ante desastres, en Argentina, ¿el impacto de los desastres tiene “cara de mujer”?

Dos veces víctimas

Según cifras del Observatorio Ahora Que Sí Nos Ven, en el 20% de los femicidios relevados en el país en 2023 las víctimas habían realizado al menos una denuncia previa y en el 12% de los casos tenían alguna medida de protección judicial, sin embargo, fueron asesinadas. Este es un dato sumamente relevante a la hora de planificar la respuesta y evacuación en emergencias para no exponer a las víctimas. Así se hizo en Bahía Blanca. “El equipo de violencias no dejó de atender. Con la Secretaría de Seguridad se trabajó el tema de los botones antipánico porque el sistema se cayó y se implementó un sistema manual. Al mismo tiempo, se sistematizaron los datos de las personas evacuadas, quienes tienen el botón estaban en el radar del equipo de violencias y hubo un acompañamiento desde el equipo de género”. Si bien Aure cree que no se dio una profundización de las violencias dado que “hubo una mirada atenta del equipo de género” y “una presencia fuerte del Estado”, pudieron detectar mujeres que eran víctimas de violencias para ser abordadas por el equipo de Políticas Sociales.

Lo que queda en suspenso: gestión menstrual, anticonceptivos y más

La continuidad del servicio de salud es fundamental para garantizar derechos, especialmente en contextos de desastres. La interrupción de la provisión de métodos anticonceptivos, kits de profilaxis, productos de gestión menstrual, acceso a la interrupción voluntaria del embarazo (IVE), controles médicos a personas gestantes, procesos de hormonización pueden poner en riesgo la salud sexual y reproductiva, física y mental de las personas. Según Selman, “para dar continuidad a estos servicios, se requiere desarrollar un conjunto de capacidades institucionales, lo que implica poder anticiparse con un proceso de planificación y preparación que es previo a una situación de desastre”. 

En el caso de Bahía Blanca, Aure explica: “desde el área de salud se organizaron centros de referencia donde se podía ir a buscar la medicación anticonceptiva y de hormonización”. Pese a que hubo un corte de energía muy grande, se recurrió a grupos electrógenos, y así los centros de salud hospitalarios y las unidades sanitarias pudieron reanudar sus servicios con rapidez. 

En el sentido común de las personas, sobre todo de los varones, los productos de gestión menstrual no son un problema a resolver, mientras que las personas menstruantes gastamos, según EcoFeminita, $14.936 al año en esos productos (septiembre 2023). En emergencia la higiene menstrual continúa siendo importante, pueden cortarse los servicios, pero no la menstruación. En este sentido, Aure cuenta que “la distribución de productos de gestión menstrual estuvo siempre presente en los bolsones entregados, tanto con donaciones como con compras que realizó el municipio”.

Organización multisectorial y feminista

El domingo 17 de diciembre Susbielles se reunió con el Gobernador de la Provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, y el Presidente de la Nación, Javier Milei quien les dijo: “estoy perfectamente confiado en que ustedes van a poder resolver esta situación” con “los recursos existentes”. Si bien el camino de la gestión del riesgo consiste primero en relevar los recursos del municipio y si no son suficientes hacer el pedido a provincia y si exceden los recursos de provincia se solicita la ayuda de Nación, esta declaración sonó a una invitación a no golpear la puerta de Casa Rosada. En las horas posteriores al desastre el municipio creó el Fondo de Recuperación con las donaciones de empresas privadas, sobre todo las del polo petroquímico, que ascendió a $9300 millones. Este dinero se utilizará para la reconstrucción de instituciones comunitarias (como clubes y sociedades de fomento), la reforestación de la ciudad, mejoramiento habitacional, seguridad alimentaria y refacciones y mejoramiento de instituciones educativas. 

Florencia Molini es Directora de la Agencia de Desarrollo Territorial, Descentralización y Participación Ciudadana de Bahía Blanca desde el 12 de diciembre. La Agencia fue creada con la llegada de Susbielles y está a cargo de la recuperación de la ciudad. Molini explica que esta nueva gestión tiene tres ejes transversales e interseccionales: derechos humanos, género y discapacidad, y que, siguiendo esa línea, la recuperación se enfoca en seguridad alimentaria y habitacional. Desde la perspectiva interseccional, Molini describe: “se llevó a cabo un relevamiento de las personas en la asistencia alimentaria y en la evacuación, a partir del cual se hizo una priorización de las personas con afectación diferenciada, por ejemplo, en la asignación de viviendas. En esa priorización se encuentran las mujeres víctimas de violencias y quienes tienen hijos a su cuidado”. Desde el municipio están llevando a cabo la construcción de viviendas modulares con la participación de las familias y vecines.

Por su parte, Aure menciona que reforzaron la tarjeta Alimentar, de $1900 a $25000 y se entregaron órdenes de compra, donación de la Cooperativa Obrera. En estas entregas también pudieron hacer un relevamiento. “Las que más retiran son las mujeres”, destaca Aure. Una expresión más de la desigualdad de género.

En este escenario, el rol de las organizaciones territoriales y feministas es fundamental. Organizaciones como La Poderosa, que trabaja hace varios años en territorio y que está integrada por vecines de los barrios, y Socorristas en Red, que acompaña abortos de forma segura, estuvieron asistiendo a la gente de los barrios más afectados como Martín Fierro, Puertas del Sur, Tierras Argentinas, entre otros. Según cuenta Griselda Cifuentes de Socorristas, ellas se unieron al trabajo que hizo La Poderosa, cuyes integrantes también se vieron afectades por el temporal. Rocío Soto, referente de comunicación de La Poderosa Bahía Blanca, cuenta que la evacuación la hicieron les mismes vecines y que elles realizaron ollas populares, organizaron el voluntariado y gestionaron donaciones de chapas, colchones, comida y productos de higiene menstrual. Además, ante la falta de luz se encargaron de la entrega de agua. Rocío cuenta: “también entregamos muchas velas, ya que aquí los comerciantes vendían 4 velas a casi $3000”. Parece que en los desastres también aparece la mano invisible del mercado.

Abortos y embarazos en contexto de emergencia

El trabajo que realizan las Socorristas de acompañamiento de abortos se vio interrumpido ante la falta de luz y señal telefónica. Esto no es menor, ya que como declara Molini “cuando asumimos encontramos que había muchos médicos objetores de conciencia”. De todas maneras, tanto ella como Aure afirman que tienen un compromiso con el cumplimiento de la Ley 27.610 y el protocolo de IVE. Desde el Ministerio de las Mujeres, Políticas de Género y Diversidad Sexual bonaerense, la directora de la Región Sexta (que comprende a Bahía Blanca), Silvia Zaballa, afirma que realizan un trabajo conjunto con dicha región en los casos en que se ha obstaculizado el acceso a anticonceptivos, IVE y tratamientos de hormonización.

Por otro lado, una de las poblaciones más vulnerables son las personas embarazadas. Rocío explica que desde La Poderosa asistieron a este grupo “para que tengan su bolso completo, hielo y mucha agua fresca, mercadería si la necesitaban, colchones, frazadas, medirle la presión y visitarlas diariamente para ver si necesitan algo”. 

Respecto del rol de las mujeres en esos contextos, Suárez Maestre asegura: “si la agenda de género no entra en la de gestión del riesgo las personas son pensadas como víctimas o pasivas. Lo que demuestra la agenda de género es que siempre hay organización comunitaria y se debe tomar la voz de las comunidades afectadas”. En esta línea, Selman afirma que “la participación activa de mujeres y poblaciones diversas y disidentes, rompe con esta lógica patriarcal instituida”. En este sentido, Griselda reflexiona: “esta situación manifestó cómo se potencia el trabajo colectivo y de las mujeres de sostener sus hogares y el compromiso de acompañar a otras vecinas y familias”. Pero estos lazos solidarios no se generaron de manera espontánea: “Ese trabajo de la marea verde, del Ni Una Menos tiene una correspondencia en esta situación. Es importante resaltar cómo estos sectores se organizan y crean lazos de confianza, de articulación con otras mujeres y organizaciones”, sostiene Griselda. 

Como se evidencia, el riesgo al que mujeres y diversidades están expuestas radica en las mismas desigualdades que hoy algunos niegan. Ante esto y frente al recrudecimiento de los eventos climáticos extremos, parece que transversalizar el enfoque de género y pensar un Estado feminista es la tarea. 

LO/MA

Sobre este blog

Punto de Encuentro es un espacio de Amnistía Internacional para amplificar las voces y miradas de periodistas, comunicadoras y fotógrafas que trabajan en temas relacionados con mujeres y disidencias.

En un contexto de violencia creciente contra activistas de derechos humanos y ante la reducción de estas agendas en muchos medios masivos de comunicación, Amnistía Internacional y elDiarioAR se unen para dar un espacio destacado a contenido federal e inclusivo. 

El rol de periodistas feministas ha sido clave en los avances de los últimos años y el ejercicio profesional riguroso y libre es clave para garantizar esas conquistas que son para toda la sociedad. 

Punto de Encuentro pretende ser precisamente un espacio de coincidencia, pero también de debate constructivo. Porque no se puede ser feminista en soledad.

Etiquetas
stats