Crisis económica y coronavirus en la Argentina
Durante la pandemia cerraron más de 20.000 empresas, la mayoría PyMEs
“80 días cerrado, fue imposible de sostener. Cerramos definitivamente”. Ese fue el mensaje que el empresario gastronómico Santiago Olivera colgó frente a su bar Bad Toro en junio del año pasado, cuando ya acumulaba casi tres meses sin poder abrir por las restricciones dispuestas para contener la expansión del coronavirus.
“Cerramos tres locales en Palermo que hasta la pandemia no tenían ningún problema, pero con la cuarentena entraron en una vorágine de deudas”, recuerda Olivera, que un año después todavía no terminó de saldarlas. “Seguimos cancelando préstamos que tomamos para afrontar gastos corrientes, servicios, moratorias y juicios al 10% del personal que no aceptó las indemnizaciones”, enumera.
A lo largo de 2020, el año en que estalló la pandemia, cerraron más de 20.000 empresas en la Argentina, según los números de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) analizados en un informe de Ecolatina. Así la plaza total se redujo 4,2% entre febrero de 2020 y marzo de 2021 y, con las bajas acumuladas también en los dos años previos a la pandemia, volvió a los niveles de 2008.
En marzo de este año, casi un año después del piso del nivel de actividad se advierte que el número de empresas netas no volvió a crecer de manera significativa. Por el contrario, su número sigue estancado en torno a 520.000. ¿Puede ser que la baja tenga que ver, en parte, con empresas que continúan con sus actividades pero pasaron a operar en la informalidad? “Puede haber algo de eso, aunque pasarse a la informalidad en medio de la pandemia implicaría perder la posibilidad de acceder a algunos beneficios como el ATP o el Repro II, lo que no tiene mucho sentido”, dijo a elDiarioAR el economista Joaquín Waldman, uno de los autores del informe.
El cierre de empresas tiene un correlato directo en el empleo. De hecho, la consultora estima que la pérdida de aproximadamente 20.000 firmas fue acompañada por una destrucción de alrededor de 100.000 puestos formales de trabajo (-1,6%).
Si se mira por actividad, se advierte que el segmento más afectado es el de las empresas proveedoras de servicios: el 95% de las firmas que cerraron pertenecían a este rubro, representando una caída de 5%. Más de la mitad de los cierres se concentró en empresas de comercio (-4,1%), transporte (-8,1%) y gastronomía y hotelería (-13,8%), los rubros más golpeados por las restricciones. Por otra parte, en las empresas productoras de bienes la contracción fue mucho menor: de 0,8%, con una pérdida neta de 700 firmas.
El golpe tampoco fue de la misma magnitud para empresas de distinto tamaño. Mientras que las firmas de hasta 25 empleados formales se redujeron en un 4,2% —lo que implicó una caída de casi 4% del empleo en este segmento—, las razones sociales de más de 500 empleados apenas cayeron 0,4% interanual marcando un avance de 0,7% en la nómina de trabajadores. Por eso el estudio habla de una “pymedemia”: se puede trazar una relación directa entre la performance durante los últimos meses y el tamaño de las firmas, evidenciando que las pymes fueron las que peor parte se llevaron.
El escenario sobre el que desembarcó la pandemia era ya un escenario frágil, que acumulaba dos años de destrucción de firmas. Según el mismo registro de AFIP, entre 2018 y 2019 cerraron cerca de 18.000 empresas netas (-3,9%).
El análisis de Ecolatina identifica tres etapas bien diferenciadas durante los últimos 20 años. Entre 2003 y 2011 la cantidad de empresas del sector privado formal saltó 60%, ayudada principalmente por una economía pujante. Entre 2012 y 2018, el estancamiento del PBI tuvo su correlato en la cantidad de firmas, que permaneció sin variaciones. Finalmente, durante los últimos dos años del gobierno de Mauricio Macri, el universo de las empresas sufrió una contracción similar a la de la pandemia.
“El empleo privado de calidad no se recuperará sensiblemente si no hay una creación neta de empresas relevante que lo permita antes”, anticipa el documento, y agrega: “En la actualidad, la cantidad de firmas está en los niveles del primer año del primer gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, y, si bien la cantidad de trabajadores creció un 6% desde entonces, la población habría saltado alrededor de 15% en el período, no alcanzando para absorber a todos los nuevos ingresantes al mercado laboral”. “Sin un crecimiento sostenido de la cantidad de empresas, pequeñas, medianas y grandes, dedicadas a bienes y a servicios, es muy difícil proyectar una recuperación sostenida del empleo y la economía en nuestro país”.
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