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Economía anunciaría la semana próxima el bono financiado con la recaudación del dólar soja

Trabajadoras de un comedor de Claypole, en el partido de Almirante Brown

Delfina Torres Cabreros

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Este viernes cierra el esquema del dólar soja, que les permitió a los exportadores de ese sector vender a un dólar equivalente a $200 y al ministro de Economía, Sergio Massa, cumplir con uno de sus primeros compromisos de gestión: el de estimular liquidaciones por al menos US$5.000 millones en el mes. Cerrada esa etapa, Massa deberá hacerle frente a otra de sus promesas y destinar parte de lo recaudado a una nueva herramienta de ayuda social. 

Será un refuerzo de alrededor de $50.000 para personas en situación de indigencia, que no perciben actualmente ayudas sociales, y que estará repartida en tres cuotas: octubre, noviembre y diciembre. 

En el Frente Patria Grande, que pidió y negoció esta medida como parte de las demandas para permanecer en el armado del Frente de Todos, aseguraron a elDiarioAR que “la política va a estar” y que es probable que se anuncie en los próximos días. Si bien evitaron sumar detalles sobre la implementación, insistieron en que existe “el compromiso” de que saldrá sin demora. En el entorno de Massa apuntaron que la semana próxima podría haber novedades. 

El Ministerio de Desarrollo Social, que por estas horas lidia con manifestantes de Unidad Piquetera que acampan en la 9 de Julio en reclamo de más ayuda social y alimentos, está afuera del planeamiento de la medida, a cargo del propio Massa y la  Administración Nacional de la Seguridad Social (Anses) de Fernanda Raverta. 

En su conferencia de prensa del domingo 4 de septiembre, Massa anticipó que la magnitud de la medida dependerá de lo que se haya logrado recaudar con el dólar soja. A juzgar por ese criterio, la medida debería ser más generosa de lo planificado inicialmente. Economía trazó como objetivo del esquema dólar soja una liquidación de US$5.000 millones a lo largo de septiembre y, cuando todavía faltan más de tres días para el cierre, el número supera los U$S6.000 millones.  

En la definición de esta ayuda social fue clave la intervención de la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, que se involucró pocos días antes de que sufriera un intento de asesinato en la puerta de su casa. Además del mensaje político que supone, al contrarrestar el beneficio al campo con una decisión que beneficia a los más vulnerables, es una herramienta para intentar aplacar malestares internos al Frente de Todos, explicitados en varias ocasiones por Juan Grabois y, sobre todo, evitar desprendimientos. 

Massa anticipó que la herramienta estará orientada a financiar sectores vulnerables que “sienten que los programas sociales no los alcanzan”. En el decreto 576/2022 precisó que será “una prestación monetaria extraordinaria no contributiva y de alcance nacional que asegure una adecuada alimentación para las personas en situación de extrema vulnerabilidad”. 

Los términos utilizados son similares a los del proyecto impulsado por los senadores del Frente de Todos Juliana Di Tullio y José Mayans y destinado a personas en situación de indigencia. Esta iniciativa, que fue presentada el 8 de agosto y alcanza a un universo aproximado de 1,7 millones de personas, prevé un costo fiscal del 0,09% del PBI para lo que resta del 2022 y de 0,44% en caso de extenderse a 2023. 

Se estima que el monto de ayuda mensual se definirá a partir de la canasta básica alimentaria, que traza la línea de indigencia, y que en agosto fue de $17.149 para un adulto. Se implementará durante tres meses –octubre, noviembre y diciembre– lo que totalizaría un monto de refuerzo de más de $50.000. Si efectivamente se limita a quienes no perciben ningún otro programa social, implicará un desafío a la hora de la instrumentación, dado que son personas que no necesariamente tienen cuentas bancarias o algún canal tendido con el Estado

Como contexto del anuncio, mañana el Indec informará el dato de pobreza e indigencia correspondiente al primer semestre del año, donde se verá el efecto de una inflación acelerada. Según proyecciones de Leopoldo Tornarolli, investigador del El Centro de Estudios Distributivos, Laborales y Sociales (Cedlas), el número de pobreza rondará el 36,3%, algo más bajo que el último semestre de 2021 (37,3%), pero más alto que un semestre “intermedio” que podría trazarse entre octubre de 2021 y marzo de 2022 (35,2%).

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