Una familia necesitó en junio $66.488 para no ser considerada pobre
La canasta básica alimentaria, integrada por los productos mínimos que necesita una familia para comer y no caer bajo la línea de indigencia, aumentó 3,6% en junio, mientras que la suba de la canasta básica total, que introduce otros bienes y servicios y traza la línea de la pobreza, fue de 3,2%. Los datos marcan una interrupción de la tendencia de los dos meses anteriores, en los que se registraron subas por debajo de la inflación general. En junio, mes en que la inflación fue de 3,2%, la canasta alimentaria se encareció por encima de ese número y la canasta total, en el mismo nivel.
En la comparación interanual todavía es claro que los bienes y servicios básicos se vieron más afectados por la suba de precios que el promedio de las categorías. Mientras que la inflación general acumuló 50,2% entre junio de 2020 y junio de 2021, en el mismo período la canasta básica alimentaria se encareció 57,6% y la total, 51,8%.
De acuerdo con los datos publicados este jueves por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), una familia tipo (integrada por dos adultos y dos menores) debió contar con $28.414 para no caer en la indigencia. Son $990 más que en mayo y $10.384 más que un año atrás. La misma familia necesitó generar ingresos en junio por $66.488 para no ser considerada pobre. $2.043 más que en un mes atrás y $22.677,6 por encima de junio de 2020.
Estos valores muestran que dos salarios mínimos, que partir de junio se ubican en $25.572, no alcanzan para mantener una familia de cuatro integrantes a salvo de la pobreza. Incluso si se considerara el valor que alcanzará en septiembre ($29.160), cuando se termine de aplicar el aumento de 35% negociado este año, dos salarios mínimos no alcanzarían a cubrir las necesidades mínimas que hoy tiene un hogar.
La suba de la canasta mínima por encima de la inflación se corresponde con una tendencia que, con algunas excepciones, se advierte ya desde fines de 2020. De acuerdo con el Indec, los precios de los alimentos y bebidas no alcohólicas escalaron más que la suba de precios general en el primer semestre (26,4% contra 25,3%) y también lo hicieron en la comparación interanual (53,2% contra 50,2%). En junio, sin embargo, se encarecieron en el mismo nivel que la inflación general (3,2%) y la categoría estuvo apenas 0,1 puntos porcentuales por encima del aumento registrado en mayo.
DT
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