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El Gobierno y los sindicatos, entre elogios de Moyano, la defensa de las obras sociales y un solitario pedido de cláusula gatillo

Cafiero habla ante los sindicalistas.

Alejandro Rebossio

10 de febrero de 2021 20:54 h

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Una veintena de sindicalistas fueron recibidos este miércoles en la Casa Rosada por el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, su número dos, Cecilia Todesca Bocco, y los ministros de Economía, Martín Guzmán, de Trabajo, Claudio Moroni, y de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas. En un clima cordial, coincidieron en que este año el salario debe ganarle a la inflación, después de que en los últimos cinco se perdiera el 23% del poder de compra. Aunque ambas partes concordaron en que las paritarias no tendrán techo, los funcionarios hablaron de que este año los sueldos suban de 2 a 4 puntos porcentuales por encima de una inflación que el Gobierno prevé en el 29%. Unos y otros reivindicaron el rol de las obras sociales en la pandemia.

Cafiero arrancó diciendo que este es un gobierno peronista y que con él nunca iban a imponerse límites en las negociaciones salariales. Ni se mencionó que incluso durante el kirchnerismo, periodo en el que las remuneraciones recuperaron poder de compra tras los 90 y la crisis de 2001/2002, siempre rigió implícitamente una pauta que bajaba desde el Ejecutivo. El jefe de Gabinete agradeció el papel de las obras sociales.

Después Guzmán hizo un planteo técnico de qué variables influyen en la inflación. Algunos gremialistas se distrajeron en algunos de los tramos de su discurso, pero reconectaron cuando señaló que este año el salario debe ganarle a la inflación. Música poco escuchada de un ministro de Economía para los oídos sindicales. También Guzmán advirtió que es un error proyectar a todo el año la inflación que habrá en el primer trimestre, que se prevé alta, y recordó que en 2020 los pronósticos llegaban al 60% y el índice de precios terminó en el 36%. El ministró se refirió a la necesidad de instrumentar un proyecto macroeconómico con consensos políticos.

Moroni aclaró que en esa reunión no se firmaría nada y que en las próximas semanas se convocaría a encuentros sectoriales para seguir los precios y los salarios. Este jueves, los mismos funcionarios recibirán a 33 empresarios, la mayoría de ellos dueños o CEO de grandes empresas, tanto nacionales como extranjeras.

Más tarde hablaron todos los gremialistas. Uno de los dos líderes de la Confederación General del Trabajo (CGT), Héctor Daer, defendió a las obras sociales. En 2020, las prestadoras médicas de los sindicatos recibieron refuerzos del Estado para atender la emergencia, pero aún quedan reclamos pendientes.

Daer, al igual que todos los invitados, se mostró cercano al Gobierno. Los sindicalistas, la mayoría de la CGT, coincidieron en destacar el proyecto de ley para bajar el impuesto a las ganancias. Pero quien más oficialista apareció fue Hugo Moyano, jefe de Camioneros y alejado de la CGT. “Están haciendo las cosas muy bien”, les dijo a los funcionarios. “Muchos dicen que van despacio, pero no es así”, agregó Moyano.

El secretario general de la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA) de los Trabajadores, el diputado oficialista Hugo Yasky, advirtió contra los empresarios que aumentan los precios. También lo hizo el líder de la CTA Autónoma, Ricardo Peidro, que recordó que el discurso de que los salarios provocan inflación quedó desmentido en los cuatro años del gobierno de Mauricio Macri. También pidió que no sólo este año las remuneraciones recuperen parte de lo perdido en el último quinquenio sino que se planifique la mejora continúe en los próximos. Recomendó que en caso de que la inflación supere las previsiones oficiales, se active alguna cláusula gatillo para que los salarios también suban más de lo proyectado inicialmente. Por último, pidió que se convocara pronto al consejo del salario mínimo, vital y móvil, del de que dependen también los planes sociales. De todos modos, Peidro también apoyó en general la tarea y la propuesta del Gobierno.

En cambio, algunos sindicalistas de la CGT que en privado son escépticos prefirieron esta vez mostrarse alineados. “Si no sabes cómo va funcionar la economia, la discusión salarial es todo ciencia ficción. Se verá en cada actividad”, advirtió un gremialista antes de ir a la reunión.

AR

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