Siete recetas sencillas y saludables para hacer con la borra del café
La borra o restos del café tienen mucha vida más allá de la cafetera (y la basura). Los científicos nos invitan a cocinar y a convertirlos en ingredientes de galletitas caseras, entre otros platos.
El motivo: la borra del café, además de conservar buena parte de su sabor, posee propiedades antioxidantes, benefician a nuestra salud gastrointestinal y además sacian. Es decir, regulan el apetito y pueden ayudarnos a evitar que acabemos como una bola.
500 veces más potente que la vitamina C
Científicos de la Universidad de Granada y del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) sostienen que los restos del café tienen una capacidad antioxidante 500 veces más potente que la vitamina C, presente en frutas y verduras. Pero los potenciales beneficios para la salud no acaban aquí.
Según un estudio del Instituto de Investigación de Ciencias de la Alimentación de la Universidad Autónoma de Madrid, publicado en Food Chemistry, los sedimentos que quedan en la cafetera, y que solemos tirar a la basura, resultan una fuente excelente de fibra dietética además de contener aminoácidos esenciales, carbohidratos con bajo índice glicémico y otros compuestos que pueden mejorar nuestra salud gastrointestinal.
Y aun así lo tiramos, y lo hacemos en enormes cantidades. Sin embargo, los restos de café pueden reducir el poder calórico de las recetas al requerir menos azúcar, puesto que el café añade sabor mientras que la fibra antioxidante que contienen estimula la secreción de hormonas saciantes.
En otras palabras: cocinar con la borra del café puede hacer que engordemos menos y que nos sintamos llenos.
Puesto que en Argentina consumimos de media 1 kilo de café por persona por año hemos rastreado en busca de ideas y recetas que nos permitan sacar a los restos provecho culinario.
Secar y conservar
Para aprovechar los restos que quedan en el filtro de la cafetera (o en las cápsulas), lo primero es secarlos bien, a no ser que los vayamos a utilizar de inmediato, ya que es fácil que junten moho. Si no es así, hay que pasarlos a un colador grande para que pierdan el agua. Si los movés de vez en cuando, ayudás a que se aireen y se secarán antes.
Cuando estén casi secos, extendelos en una bandeja para permitir que sequen del todo. Lo ideal es al sol. Una vez que hayan perdido toda la humedad (en caso contrario, aparecería moho), podés conservarlos en frascos de vidrio limpios hasta que los necesites.
Recetas con los restos de café
- Brownies 'espresso': añade café a tu receta preferida de brownie: unos 80 gramos por cada 120 gramos de harina, seguro encandilará a chocomaníacos y cafetoadictos.
- Elaborar panes y bizcochuelos: incorporalos junto con los ingredientes secos del pan o de tu postre, es decir, con la harina, la sal, el azúcar y la levadura. Y sorprendete del resultado. También podés aprovechar los restos del café para dar un aspecto diferente a la cobertura de tus recetas, y además potencia su sabor.
- Galletitas: los restos del café parecen un aliado natural en la elaboración de galletitas caseras para el desayuno o con las que acompañar el café de la sobremesa. Un toque adicional de cafeína en los momentos bajos.
- Cereales del desayuno o muesli: probá de agregarlos a los copos de avena, frutos secos o cítricos deshidratados. Podés incorporar la mezcla a la leche o tomarla con yogur.
- Aromatizar platos: podés añadir un puñado de restos de café a tus combinados de especias para darles un toque original. Por ejemplo, al chili o a los currys. Experimentá para dar con tus mezclas imbatibles.
- 'Smooties': con licuados de banana o crema de maní. Para hacer los smoothies veganos y más amables con el planeta, probalos con leches vegetales.
- Marinar alimentos: si vas a preparar un marinado de carne, de pescado o de tofu, es decir, sumergir los alimentos en una mezcla aromática para que absorban el sabor de sus ingredientes, el blog milrecetasparatriunfar propone añadir posos del café, con moderación, a la pimienta y otras especias que uses.
Recetas sencillas que nos permiten alargar la vida de esa taza de café, y aprovechar un poco más lo que tenemos en casa.
E.S.M.
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