Armenios terminan su éxodo de Nagorno Karabaj y Azerbaiyán reafirma su control sobre la región
El último grupo de armenios salió este lunes en un colectivo de Nagorno Karabaj, lo que completó un agotador éxodo luego de que más de 100.000 personas -más del 80% de la población- abandonara el enclave. La semana pasada, Azerbaiyán lo había recuperado con una fugaz ofensiva militar.
El colectivo, que llegó a la vecina Armenia, transportaba a 15 pasajeros con enfermedades graves y problemas de movilidad, detalló Gegham Stepanyan, el defensor del pueblo de Nagorno Karabaj. Agregó que estaba recabando información sobre otros residentes que puedan haber quedado por no haber conseguido medios para irse.
Unas 400 personas murieron en la ofensiva lanzada por Azerbaiyán el 19 y el 20 de septiembre en Nagorno Karabaj, la cual duró apenas 24 horas hasta la capitulación de las fuerzas armenias locales. Días después, anunciaron la disolución para fin de año de la república sin reconocimiento internacional que habían fundado hace más de 30 años en el enclave del suroeste azerbaiyano.
Azerbaiyán se comprometió a respetar los derechos de las personas de etnia armenia de Nagorno Karabaj. Sin embargo, virtualmente todos ellos huyeron apresurada y desordenadamente de la región por temor a represalias o a perder la libertad de usar su idioma y practicar su religión y costumbres.
El Gobierno de la vecina Armenia, destino de los huidos, dijo hoy que 100.514 de los 120.000 residentes la región ya ingresaron al país. La ministra de Salud armenia, Anahit Avanesyan, dijo que algunas personas habían muerto durante el extenuante y lento viaje por la única carretera de montaña hacia Armenia, que en algunos casos duró hasta 40 horas.
La ofensiva y el consecuente éxodo llegaron luego de que Azerbaiyán bloqueara durante diez meses la región, lo que dejó a muchos de sus habitantes sufriendo de desnutrición y falta de medicamentos.
Sergey Astsetryan de 40 años, uno de los últimos residentes de Nagorno Karabaj que abandonó la región en su propio vehículo, dijo que algunas personas mayores decidieron quedarse y añadió que otras podrían regresar si ven que es seguro para los armenios, que son cristianos, vivir bajo el dominio de los azerbaiyanos, que son musulmanes. “Mi padre me dijo que regresará cuando tenga la oportunidad”, dijo a periodistas en un puesto de control en la frontera, informó la cadena BBC.
Las autoridades azerbaiyanas dijeron haber recuperado “plena soberanía” sobre el territorio, arrestaron a varios ex miembros de su Gobierno y lanzaron una campaña para el retorno a Nagorno Karabaj de residentes azerbaiyanos. A fines de los 80, muchos habían huido de allí en medio de una primera guerra de seis años por el territorio.
Las calles de la capital regional, Stepanakert, que los azerbaiyanos llaman Khankendi, quedaron vacías y llenas de basura, con las puertas de las tiendas desiertas abiertas de par en par y autos abandonados estacionados en la calle. La Policía azerbaiyana estableció puestos de control en las afueras de la ciudad.
Tropas de paz rusas desplegadas en la región desde otra guerra librada en 2020 podían ser vistas en algunas partes de la ciudad, aunque el grueso sigue acantonada en una base en las afueras de la ciudad, donde estaban sus vehículos.
Ayer domingo, fiscales de Azerbaiyán emitieron una orden de arresto contra el ex líder de Nagorno Karabaj, Arayik Harutyunyan, quien dirigió la región antes de dimitir a principios de septiembre. La semana pasada, la policía azerbaiyana arrestó a uno de los ex primeros ministros de Harutyunyan, Ruben Vardanyan, cuando intentaba cruzar a Armenia.
Hoy lunes, los líderes del actual Gobierno de facto armenio de Nagorno Karabaj prometieron quedarse hasta el final de las operaciones de socorro de las víctimas de la ofensiva de Azerbaiyán. El presidente, Samvel Shahramanián, “permanecerá en Stepanakert junto a un grupo de altos cargos hasta el final de las operaciones de búsqueda y de socorro de los muertos y de las personas desaparecidas por las operaciones militares”, dijo el Gobierno en un comunicado.
En Azerbaiyán, el presidente Ilham Aliyev dio el conflicto por terminado. “Ponemos fin al conflicto. Protegimos nuestra dignidad, restauramos la justicia y el derecho internacional”, dijo en un discurso. Añadió que “nuestra agenda es la paz en el Cáucaso, la paz en la región, la cooperación, los beneficios compartidos, y hoy lo demostramos”.
Después de seis años de lucha separatista que terminaron en 1994 tras el colapso de la Unión Soviética, Nagorno-Karabaj quedó bajo el control de fuerzas armenias, respaldadas militarmente por ese país. Históricamente, Nagorno Karabaj estuvo poblada por una mayoría armenia, aunque cambió de manos varias veces y fue escenario de matanzas de ambas partes.
Después de una guerra de seis semanas en 2020, Azerbaiyán recuperó partes de la región de las montañas del sur del Cáucaso, junto con territorios circundante que las fuerzas armenias habían capturado en otra guerra anterior que duró de 1988 a 1994.
Las autoridades armenias acusaron a las fuerzas de paz rusas de permanecer inactivas y de no detener el ataque azerbaiyano. Las afirmaciones fueron rechazadas por Moscú, que argumentó que sus tropas no tenían mandato para intervenir.
Las acusaciones mutuas tensaron aún más las relaciones entre Armenia y su antiguo aliado Rusia, que acusó al Gobierno armenio de tener una inclinación prooccidental.
El primer ministro armenio, Nikol Pashinian, alegó la semana pasada que el éxodo de personas de etnia armenia de Nagorno Karabaj equivalía a “un acto directo de limpieza étnica y de privación de su patria”.
El Ministerio de Asuntos Exteriores de Azerbaiyán rechazó enérgicamente las acusaciones de Pashinian, argumentando que su salida fue “su decisión personal e individual y no tiene nada que ver con una reubicación forzada”.
Una misión de las Naciones Unidas llegó ayer a Nagorno Karabaj para monitorear la situación. Es la primera de la organización a la región en tres décadas, debido a la “situación geopolítica muy complicada y delicada” que existe allí, dijo la semana pasada el portavoz de la ONU, Stéphane Dujarric.
Funcionarios locales desestimaron la visita como una formalidad.
Hunan Tadevosyan, portavoz de los servicios de emergencia de Nagorno Karabaj, dijo que los representantes de la ONU habían llegado demasiado tarde y que el número de civiles que quedaban en la capital regional de Stepanakert se podía “contar con una mano”. “Caminamos por toda la ciudad pero no encontramos a nadie. No queda población general”, dijo.
También hoy martes, Armenia acusó a Azerbaiyán de disparar a contra un automóvil que transportaba alimentos para sus tropas en una zona fronteriza, cerca de la ciudad armenia de Kut, y dijo que el tiroteo dejó un muerto y dos heridos. El Ministerio de Defensa de Azerbaiyán rechazó la acusación.
En Rusia, el Ministerio de Defensa dijo que una patrulla mixta rusa y azerbaiyana recibió hoy disparos en Nagorno Karabaj, en un incidente que no dejó víctimas y que estaba siendo investigado por las tres partes.
LC con información de agencia Télam
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