Crisis económica y envío de armas a Ucrania: se rompe el gobierno de coalición en Alemania
Mientras todo el mundo miraba hacia Estados Unidos, en Alemania hubo un verdadero colapso. El miércoles por la noche (hora local), se rompió el gobierno de coalición. En una sesión entre la cúpula del gobierno, que ya estaba planeada desde hace varios días, el canciller socialdemócrata Olaf Scholz (SPD) despidió al ministro de Hacienda, el liberal Christian Lindner (FDP). El gobierno de coalición, formado por SPD, FDP y los Verdes, llamado “coalición semáforo” (por los colores de sus socios: rojo, verde y amarillo), es historia.
El tema de la reunión fue la política económica en un país que entra cada vez más en un escenario de recesión. Según la prensa alemana, el canciller Scholz quería convencer a su ministro de hacienda Lindner de que suspendiera el freno a la deuda, el “Schuldenbremse” que está regulado en la constitución. La idea del socialdemócrata: gastar más dinero para incentivar la economía en Alemania. Los destinos principales de ese dinero hubieran sido una reducción de los costes de la electricidad, ayudas para la industria automovilística y primas a las empresas que inviertan en Alemania. Paralelamente, Scholz quería aumentar la ayuda a Ucrania para financiar la guerra contra Rusia, con la elección de Donald Trump en Estados Unidos y la expectativa de que él podría reducir la financiación para Kiev como telón de fondo.
El neoliberal Lindner se opuso contundentemente. Defendió el freno a la deuda y exigió recortes en los servicios sociales y para los pensionistas. A Scholz le propuso la anticipación de las elecciones generales planeadas originalmente para septiembre del 2025.
El conflicto se había agravado en los últimos días después de que el ministro de Finanzas publicara un documento con el título “Giro económico en Alemania: concepto de crecimiento y justicia intergeneracional” en el que pidió un cambio radical en las políticas económicas y financieras. El documento fue filtrado a la prensa, una provocación para Scholz, su partido SPD y los Verdes.
En una conferencia de prensa que pareció el inicio de la campaña electoral, Scholz cargó duramente contra Lindner. Según el Canciller, no había mostrado ninguna disposición a responder a las propuestas económicas. “Demasiadas veces ha recurrido a tácticas partidistas mezquinas. Demasiadas veces ha roto mi confianza”, exclamó refiriéndose a Lindner y su partido, FDP. “Semejante egoísmo es incomprensible”, “Así no es posible un trabajo de gobierno serio”, agregó.
El plan de Scholz: presentar una moción de confianza en el parlamento “Bundestag” el 15 de enero y perderla, lo que es lo más probable. Así, las elecciones generales tendrían lugar más tardar a finales de marzo, es decir seis meses antes de lo previsto. Hasta esa fecha seguiría en funciones el gobierno actual sin los liberales del FDP. El Canciller intentaría promover proyectos y leyes que no se pueden postergar, entre otros el presupuesto de 2025. En el Bundestag, socialdemócratas y verdes representan una minoría de los diputados por lo que es poco probable que tenga éxito el plan.
La oposición pide elecciones inmediatas
La oposición pide elecciones generales inmediatas. Los democristianos del CDU y su jefe, Friedrich Merz, le pidieron a Scholz presentar su moción de confianza la semana que viene a más tardar. A cambio, Merz le ofreció al canciller que su grupo parlamentario examine qué proyectos legislativos puede ayudar a aprobar antes. “Por supuesto que estamos dispuestos a mantener conversaciones, por supuesto que estamos dispuestos a asumir la responsabilidad de nuestro país”, dijo Merz. Según las últimas encuestas, el CDU ganaría las próximas elecciones con entre 30% y 34% de los votos.
El partido ultra Alternativa para Alemania (AfD por sus siglas en alemán) se sumó a los pedidos de Merz. Los líderes de su grupo parlamentario, Alice Weidel y Tino Chrupalla, opinaron que la “coalición semáforo” había llevado al país “al abismo económico a pasos agigantados”. “Tras meses de freno e innumerables sesiones de terapia egocéntrica, ahora necesitamos rápidamente un nuevo comienzo político fundamental para sacar a la economía y a todo el país de la grave crisis en la que ha caído como consecuencia de la política ideologizada del SPD, los Verdes y el FDP”, prosiguieron. En las encuestas, el AfD ocupa el segundo o tercer puesto con un porcentaje entre 16% y 19% de los votos. Hasta ahora, todos los otros partidos con representación en el Bundestag se niegan a trabajar con el partido de ultraderecha.
La jefa del BSW, Sahra Wagenknecht, le reprochó a Scholz “demora en la declaración de insolvencia política”. Criticó duramente el plan del Canciller de aumentar la ayuda a Ucrania “mientras en Alemania los puentes y las vías férreas se caen a pedazos y millones de pensionistas viven en la pobreza”. El BSW, que se fundó hace apenas un año pero que ya juega un papel fundamental en la política partidaria alemana, obtendría entre el 6% y el 9% de los votos en unas elecciones anticipadas.
Es muy posible que Scholz calcule que en unas elecciones anticipadas su partido podría aprovechar la confrontación con una derecha cada vez más fuerte y agresiva, como lo pudo hacer el jefe de gobierno español, Pedro Sánchez, cuando disolvió el parlamento en marzo del 2023. No obstante, es poco probable que funciona. Las encuestas proyectan un resultado entre 14% y 18% para el SPD. Los verdes obtendrían entre un 9% y un 12%. La FDP tiene posibilidad de quedarse fuera del Bundestag. Para tener representación en el Parlamento alemán es necesario un resultado mayor del 5%; las encuestas predicen entre 3% y 5% para los liberales.
La economía alemana se encuentra en su segundo año de recesión. En los últimos días varias empresas, especialmente del sector automovilístico, anunciaron despidos masivos. El caso más emblemático, pero por nada único, es la empresa Volkswagen que quiere despedir unos 30.000 empleados, cerrar tres plantas en el país y recortar los salarios de sus trabajadores por un 20%. El sector automovilístico emplea a unas 770.000 personas en Alemania y sigue siendo la columna vertebral de la economía del país.
FS/DTC
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