Escalada en el conflicto entre Armenia y Azerbaiyán por el Nagorno Karabaj
Armenia y Azerbaiyán se acusaron el miércoles de romper mutuamente el alto al fuego en la región del Nagorno Karabaj, cuyo control está en las manos de separatistas armenios bajo la autoproclamada República de Arzaj. El enclave en disputa, ubicado en la Cordillera del Cáucaso, está bajo la tutela de fuerzas de paz rusas. Ambas partes reportaron víctimas mortales por los enfrentamientos, en una nueva escalada de violencia desde la guerra de 2020.
“En las últimas 24 horas, se detectaron cuatro violaciones del alto el fuego por parte de las Fuerzas Armadas de Azerbaiyán (...) lo que provocó dos muertos y 14 heridos entre los miembros de las formaciones armadas de Nagorno Karabaj”, informó el Ministerio de Defensa de Rusia. El comunicado difundido por la agencia Sputnik precisó que no se detectaron violaciones de las partes en la línea de contacto.
Estos incidentes ponen en riesgo las conversaciones de paz que desde hace meses mantienen Azerbaiyán y Armenia, dos exrepúblicas soviéticas rivales, con la mediación de la Unión Europea.
Un largo conflicto postsoviético
En septiembre de 2020, estos países volvieron a enfrentarse en la región de población mayoritariamente armenia, foco de conflicto desde que esta decidió separarse en 1988 de la entonces República Socialista Soviética de Azerbaiyán. Las hostilidades cesaron en noviembre del 2020, tras una declaración adoptada por los líderes de Armenia, Azerbaiyán y Rusia. Más de 6.500 personas murieron en la contienda bélica, perdida por Armenia.
A partir del acuerdo entre las partes, Rusia emplazó en la zona un contingente de paz, mientras que las fuerzas armenias se retiraban de los distritos de Agdam, Kelbecer (Kalbajar) y Lachín, los cuales le fueron arrebatados a Azerbaiyán durante la guerra de 1992 a 1994. Sin embargo, en noviembre de 2021 las tensiones en la frontera se agudizaron de nuevo, con ambos lados denunciando ataques.
Negociaciones de paz truncas
En mayo pasado, los presidentes de ambos países acordaron comenzar los preparativos para unas negociaciones de paz, y en el mismo mes los vice primeros ministros se reunieron en una comisión para delimitar y determinar la seguridad de las fronteras. Pese a ese proceso de normalización de las relaciones bilaterales, continúan acusándose mutuamente de ataques en la frontera.
La Cancillería rusa llamó a la moderación: “estamos sumamente preocupados por la escalada de las tensiones (...) y hacemos un llamamiento a las partes para que den muestras de moderación y respeten el alto el fuego”. Moscú, que auspició y es garante del alto el fuego que puso fin a las mayores hostilidades en la región en décadas, aseguró que estaba en “estrecho contacto” con ambos países.
El acuerdo, una humillación para Armenia
El tratado fue visto como una vergüenza para Armenia, ya que varios partidos de la oposición piden desde entonces la dimisión del primer ministro, Nikol Pashinian, al que acusan de haber hecho demasiadas concesiones. Este jueves, el primer ministro pidió ayuda al personal de mantenimiento de la paz ruso, y dijo que la operación de mantenimiento de la paz debe “aclararse”, porque Azerbaiyán se niega a firmar “un documento sobre el mandato” de las fuerzas rusas desplegadas.
“En Nagorno Karabaj hay una línea de contacto en la que se despliegan efectivos de mantenimiento de la paz (rusos), y este territorio está bajo su responsabilidad. Esperamos que el contingente de mantenimiento de la paz impida cualquier intento de violarla”, subrayó en una reunión de Gobierno. También pidió a Azerbaiyán que reconozca “la existencia de Nagorno Karabaj”, respetar la línea de contacto y reconocer el “corredor de Lachin”, que une el enclave separatista con Armenia.
LC con información de agencia Télam
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