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La guerra en Medio Oriente

Israel colocó explosivos en miles de beepers importados por Hezbollah y aceleró el ataque por temor a ser descubierto

Una ambulancia llega al Centro Médico de la Universidad Americana de Beirut (AUBMC) después de un incidente que involucró los dispositivos inalámbricos de miembros de Hizbulá en Beirut, Líbano, el 17 de septiembre de 2024.

William Christou / Helen Davidson

Beirut / Taipéi —

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Israel colocó explosivos en miles de beepers importados por Hezbollah meses antes del insólito ataque perpetrado este martes en Líbano, según varias fuentes consultadas por la agencia Reuters y medios estadounidenses.

La operación, de la que la milicia libanesa responsabilizó directamente al Mosad, la agencia de espionaje israelí, supone un enorme fallo de seguridad. Miles de dispositivos estallaron en todo Líbano, además de Siria, causando la muerte de al menos 12 personas e hiriendo a casi 3.000, incluidos combatientes de Hezbollah y el embajador iraní en Beirut. El ministro de Sanidad libanés, Firas Abiad, informó que hay dos menores entre las víctimas mortales y varios trabajadores del sector sanitario.

Hezbollah acusó a Israel de estar detrás de las explosiones. El grupo declaró que está llevando a cabo una “investigación científica y de seguridad” sobre las causas que hicieron estallar los dispositivos y que Israel recibirá “su justo castigo”. El ministro de información de Líbano, Ziad Makary, calificó el ataque como “una agresión israelí”.

Según recoge el medio Axios citando tres fuentes estadounidenses, Israel decidió hacer estallar los dispositivos por temor a que su operación secreta pudiera haber sido descubierta por el grupo libanés. “El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, sus principales ministros y los jefes de las Fuerzas de Defensa de Israel y de las agencias de inteligencia decidieron utilizar el sistema ahora en lugar de correr el riesgo de que fuera detectado por Hezbollah”, informa Axios. Antes, el medio Al-Monitor había revelado información en la misma línea, que apunta a que dos operativos de Hezbollah habían planteado sospechas sobre los beepers en los últimos días.

El Ejército de Israel no se pronunció directamente sobre las explosiones, pero sí dijo que altos cargos militares habían llevado a cabo una evaluación de la situación para determinar “el grado de preparación tanto defensiva como ofensiva en todos los ámbitos”.

Fabricados en Europa

La compañía taiwanesa vinculada con los dispositivos que estallaron aseguró que los beepers fueron fabricados por una compañía europea. En los momentos posteriores al ataque, medios locales difundieron imágenes de los beepers con etiquetas en la parte posterior que son similares a los que fabrica la empresa de Taiwán Gold Apollo, según explicaron analistas de Reuters.

Este miércoles, el fundador de la compañía, Hsu Ching-kuang, negó ser el fabricante de los beepers. También remarcó que fueron fabricados en Europa por una empresa que tiene permiso para utilizar su marca. “El producto no era nuestro. Solo tenía nuestra marca”, sostuvo el empresario. “Somos una empresa responsable. Esto es muy humillante”.

Las explosiones parecen haber aprovechado que Hezbollah emplea beepers, dispositivos con una tecnología más básica, para impedir los ataques selectivos contra sus miembros, cuyos movimientos podían ser rastreados por las señales de teléfonos móviles. Entre los heridos en el ataque se encuentra también el embajador de Irán en Beirut, Mojtaba Amani, según varias informaciones.

Una fuente de Hezbollah afirmó que consideran que el ataque es la respuesta al supuesto intento de asesinato, por parte de la milicia, contra un alto cargo de los servicios de defensa israelíes, según reveló en las últimas horas la agencia de seguridad de Israel, Shin Bet.

Hospitales de todo Líbano se vieron desbordados con la llegada de pacientes y la ciudad de Tyre, en el sur del país, tuvo que levantar un hospital de campaña para recibir a los heridos en el ataque. Las sirenas de ambulancias seguían sonando constantemente en Beirut hasta tres horas después del comienzo de las explosiones.

Miembros del Gobierno estadounidense están intentando rebajar la tensión entre las dos partes y siguen mostrando su preocupación por si el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, ordena finalmente una invasión terrestre de Líbano. El ataque se produjo apenas horas después de que Israel anunciara que ha ampliado sus objetivos en la guerra que estalló tras los ataques de Hamas del pasado 7 de octubre, y que ahora incluirá la lucha contra Hezbollah en su frontera con Líbano.

La milicia chií confirmó este martes que entre los fallecidos hay al menos dos de sus combatientes, así como una niña. Posteriormente, varios medios informaron que el hijo del diputado Ali Ammar también había muerto en una de las explosiones. Los beepers estallaron en el sur del Líbano, en los barrios al sur de Beirut conocidos como Dahie, así como el Valle la Bekaa (este), todos ellos zonas controladas por Hezbollah.

Un grave fallo de seguridad

Un dirigente de la milicia reconoció, bajo condición de anonimato, que las detonaciones constituyen “el fallo más grave de seguridad” de la milicia desde el pasado 7 de octubre, cuando Hamas lanzó varios ataques en el sur de Israel que causaron la muerte de 1.200 personas y secuestró a casi 250 personas.

Jonathan Panikoff, anterior delegado estadounidense de inteligencia nacional en Oriente Medio, afirmó que “puede tratarse del mayor fracaso en contraespionaje que sufrió Hezbollah en décadas”.

El supuesto sabotaje se produjo meses después de los ataques selectivos con los que Israel asesinó a líderes de Hezbollah y disparó las tensiones entre su Gobierno y la milicia libanesa. Una calma tensa había marcado las últimas semanas, cuando ambas partes parecían haber dado un paso atrás retirándose del precipicio de una guerra abierta en la región, especialmente después del ataque limitado de Hezbollah a finales de agosto, su respuesta al asesinato por parte de Israel de su líder militar, Fuad Shukr, en Beirut.

El ataque también podría hacer descarrilar los esfuerzos estadounidenses para impedir que Irán, que apoya a Hezbollah, tome represalias contra Israel por el atentado que perpetró el pasado mes de julio en Teherán y en el que asesinó al líder de Hamas, Ismail Haniyeh.

El portavoz del Departamento de Estado norteamericano, Matthew Miller, declaró que “es demasiado pronto” para determinar cómo va a afectar este ataque a las conversaciones de paz en Gaza. Durante su comparecencia este martes, Miller aseguró que EEUU no estuvo implicado en el ataque y desconoce quién es el responsable.

Hamas, por su parte, describió las explosiones como una “escalada” del conflicto que derivará en la derrota de Israel.

Traducción de Cristina F. Pereda

Este artículo fue actualizado por la redacción de elDiario.es.

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