Julian Assange pierde terreno en su batalla judicial para evitar la extradición a EEUU
El Tribunal Superior de Londres celebró este miércoles una vista provisional sobre el recurso que las autoridades de Washington han presentado contra la decisión de una corte británica de rechazar la extradición a EEUU del fundador de WikiLeaks, Julian Assange, (que le acusa de presunto espionaje) por considerar que había riesgo de suicidio.
Al término de la sesión, el juez Timothy Holroyde concedió a EEUU permiso para objetar la decisión de la jueza Vanessa Braitser, de la Corte de Magistrados de Londres, de no extraditar a Assange después de que ésta pusiera, según EEUU, demasiado énfasis en un informe elaborado por el médico Michael Kopelman, que en su día indicó que el periodista tenía un trastorno depresivo recurrente.
El Gobierno estadounidense considera que Assange, no está “tan enfermo” como para querer suicidarse si es extraditado. El juez también ha comunicado que el juicio de apelación de EEUU se celebrará el 27 y 28 de octubre próximo en el Tribunal Superior de Londres.
Vestido con una camisa blanca y mascarilla oscura, el periodista australiano, de 50 años, compareció ante la corte londinense por videoconferencia desde la prisión de alta seguridad de Belmarsh, al este de la capital británica, donde permanece detenido mientras se dirime la apelación estadounidense.
La abogada que representa a EEUU, Clair Dobbin, ha expuesto algunos argumentos que quiere presentar en el proceso judicial del recurso. La letrada ha informado de que parte de la apelación se centrará en que la ley exige que la persona tiene que estar muy enferma, con riesgo de suicidio, para evitar una determinada decisión judicial, que en el caso de Assange sería la extradición.
“Parte del recurso será que Assange no tenía una enfermedad mental que estuviera” cerca del suicido. La abogada ha agregado que Assange no tiene un historial de querer lesionarse y “nunca ha sufrido del tipo de enfermedad de salud mental” que “le privase de la capacidad” de tomar decisiones racionales.
También ha considerado necesario evaluar la salud mental de Assange, puesto que éste hizo todo lo posible por evitar la extradición. “Estaba dispuesto a violar la ley y ningún coste fue demasiado grande, tanto en término de costes policiales por estar en la embajada (de Ecuador en Londres) y por supuesto el coste personal”, ha dicho la abogada.
Simpatizantes de Assange
En la puerta del tribunal, Stella Moris, pareja y madre de dos hijos de Assange, ha cargado contra el Gobierno de EEUU por “prolongar arbitrariamente” su encarcelamiento.
“El Gobierno estadounidense está explotando los injustos acuerdos de extradición entre EEUU y el Reino Unido para prolongar arbitrariamente su encarcelamiento, el encarcelamiento de un hombre inocente acusado de ejercer el periodismo”, ha lamentado Moris antes de entrar al tribunal.
Un centenar de personas se ha congrewgado esta mañana a las puertas del Tribunal Superior para defender a Assange ante un caso judicial que ven como una contienda entre la “libertad” y las “mentiras”.
El exlíder laborista Jeremy Corbyn ha acudido a la protesta y se ha dirigido a los presentes en un discurso en el que ha mostrado su apoyo a Assange y al trabajo que ha hecho “revelando las verdades sobre la prisión de Guantánamo, la guerra de Irak y la toma de decisiones de las fuerzas armadas estadounidenses”.
La justicia británica decidió el pasado enero no extraditar a Assange, sobre el que pesan 18 cargos por espionaje e intrusión informática que pueden suponer hasta 175 años de cárcel en EE.UU.
Revelaciones de Wikileaks
Las revelaciones en el portal digital WikiLeaks expusieron secretos sobre las acciones estadounidenses en Irak y Afganistán, información acerca de las detenciones extrajudiciales en la prisión de Guantánamo (en la isla de Cuba) y cables diplomáticos que desvelaron abusos de derechos humanos en todo el mundo, entre otras cosas.
Assange, que no ha sido condenado por ningún delito, fue detenido en 2019 después de ser sacado por la fuerza de la embajada de Ecuador en Londres, donde se había refugiado en 2012 tratando de evitar precisamente su entrega a Estados Unidos, que finalmente, hace dos años, pidió su extradición.
Previamente, estuvo bajo arresto domiciliario en Inglaterra, hasta un total de casi 11 años de encierro desde que en diciembre de 2010 fue detenido en Londres por la Policía a petición de Suecia, que quería interrogarle por un caso de presuntos delitos sexuales de los que no fue imputado y que eventualmente se archivó.
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