EEUU y Reino Unido bombardean a los hutíes en Yemen y escalan el conflicto en Oriente Medio
Estados Unidos y Reino Unido bombardearon en las últimas horas varias posiciones militares de los rebeldes hutíes en al menos seis provincias de Yemen, en respuesta a los ataques de los insurgentes contra buques comerciales en el Mar Rojo, una acción que provocó que el movimiento chií respaldado por Irán declare la guerra a Washington y Londres.
El presidente estadounidense, Joe Biden, confirmó en un comunicado que, bajo su dirección, las fuerzas de EEUU, junto a las de Reino Unido –con el apoyo de Australia, Bahréin, Canadá y Países Bajos–, llevaron a cabo con éxito ataques contra varios objetivos en el Yemen. “La respuesta de la comunidad internacional a estos ataques imprudentes [de los hutíes] ha sido unida y decidida”, afirmó Biden.
Según Washington, la acción militar se da en respuesta a los ataques “sin precedentes” de los rebeldes chiíes, que este jueves lanzaron un misil balístico con el objetivo de golpear las rutas de navegación en el Golfo de Adén, una vía estratégica para el comercio marítimo entre Asia y Europa, en concreto, para el petróleo procedente del Golfo Pérsico.
Los países que han participado, junto a Dinamarca, Alemania, Nueva Zelanda y Corea han emitido un comunicado conjunto en el que subrayan que la acción se produjo en defensa del comercio internacional y de quienes transitan por el Mar Rojo, por donde circula casi el 15 % del comercio marítimo global.
Desde Teherán, cuyo Gobierno apoya a los hutíes, el Gobierno advirtió que los bombardeos de Estados Unidos aumentan la inestabilidad en la región, sacudida por la guerra de Gaza, y pidió a la comunidad internacional que actúe para evitar la propagación del conflicto. “Estos ataques arbitrarios no tendrán otro resultado que alimentar la inseguridad y la inestabilidad en la región”, ha afirmado en un comunicado el portavoz del Ministerio de Exteriores iraní, Naser Kananí.
También Moscú ha condenado los ataques aéreos estadounidenses y el Ministerio de Exteriores ruso ha afirmado que “son otro ejemplo de la tergiversación por parte de los anglosajones de las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU y del total desprecio al derecho internacional en nombre de la escalada de la situación en la región para sus propios fines destructivos”.
Objetivos militares
Según testigos consultados por la Agencia EFE, los bombardeos impactaron contra al menos seis provincias controladas por los hutíes, que se hicieron con muchas regiones del país en 2014 y actualmente dominan gran parte del noroeste, incluidos amplios tramos de la costa de Yemen en el Mar Rojo.
De acuerdo con los testigos, las zonas bombardeadas fueron la capital, Saná; la ciudad portuaria de Al Hudeida y las provincias de Saada, Damar, Taiz y Hajah, todas ellas en el norte y el oeste del Yemen. Dos de los ataques contra Saná tuvieron como objetivo la base aérea de Al Dailami, ubicada en el aeropuerto internacional, mientras que otros dos ataques en Taiz impactaron contra posiciones militares y también contra su aeródromo. Los aliados también golpearon unos cuarteles militares en la localidad de Saada, bastión de los hutíes próximo a la frontera con Arabia Saudí.
En la ciudad costera de Al Hudeida, desde donde los rebeldes han lanzado gran parte de los ataques contra las embarcaciones que navegan en el Mar Rojo, los objetivos de los bombardeos fueron diferentes posiciones cercanas a su aeropuerto. El puerto marítimo de Al Hudeida es especialmente importante porque a través de él llegan a Yemen la mayor parte de los suministros, incluida la ayuda humanitaria, que necesitan más de 21 millones de personas (cerca del 70% de la población).
La guerra entre los rebeldes y el bando gubernamental, con la intervención militar de países árabes, ha sumido al país en una grave crisis humanitaria, una de las más graves del mundo, según la ONU.
Los hutíes amenazan con una “respuesta mayor”
Los rebeldes anunciaron que cinco de sus combatientes murieron y otros seis resultaron heridos en un total de 73 bombardeos realizados por Estados Unidos y Reino Unido en las provincias de Al Hudeida, Taiz, Hajah y Saada, según el portavoz militar de los insurgentes, Yahya Sarea. Los hutíes “no dudarán en atacar las fuentes de amenaza y todos los objetivos hostiles en tierra y mar, en defensa de la soberanía y la independencia del Yemen”, ha afirmado Sarea.
Por su parte, el viceministro de Exteriores del Gobierno rebelde, Husein Al Ezzi, advirtió en X (antes Twitter) que “no hay duda de que Estados Unidos y Gran Bretaña tendrán que estar preparados para pagar un alto precio” por sus ataques contra Yemen, asegurando que tanto Washington como Londres “soportarán las terribles consecuencias de esta flagrante agresión”.
Mientras, un portavoz de los rebeldes, Mohamed Abdelsalam, ha dicho que “no hay ninguna justificación para esta agresión contra Yemen, puesto que no había peligro para la navegación marítima internacional en el Mar Rojo y Arábigo”.
El líder de los hutíes, Abdelmalik Al Huti, prometió en un discurso que “cualquier agresión estadounidense no quedará sin respuesta” y que esa respuesta “no sólo estará a la altura de la operación que se llevó a cabo con más de 24 drones y varios misiles, sino que será mayor”.
“Quien quiera atacar a nuestro pueblo corre el riesgo, a nivel militar, de entrar en un enfrentamiento cuyo precio pagará”, ha remarcado Al Huti, agregando que no se echarán para atrás frente a “ningún enemigo, independientemente de sus capacidades y capacidades”.
El líder de los rebeldes ha advertido de que “el perdedor” en este conflicto “es aquel que ataca a nuestro pueblo para servir a Israel y contribuir a la continuación de los crímenes israelíes contra el pueblo palestino”.
Poco después de que se produjera los primeros bombardeos, el miembro de la oficina política del movimiento hutí, Ali Al Quhom, ha asegurado que sus hombres “están respondiendo enérgicamente a los acorazados estadounidenses y británicos en el Mar Rojo”, donde se está desarrollando “una guerra furiosa”, según ha apuntado en X. Fuentes de los hutíes informaron a EFE de que los rebeldeslanzaron una andanada de misiles de crucero y balísticos contra buques de guerra de Estados Unidos y Reino Unido en el Mar Rojo en respuesta a los bombardeos de los aliados atlánticos.
La guerra de Gaza incendia la región
Los hutíes han estado lanzando ataques en el Mar Rojo desde el 19 de noviembre contra embarcaciones supuestamente vinculadas a Israel, en apoyo a los palestinos de Gaza. Los ataques se han extendido también a barcos no relacionados directamente con Israel y han forzado la desviación de importantes rutas comerciales.
Según la Casa Blanca, más de 50 naciones se han visto afectadas por los ataques, mientras que más de 2.000 barcos se han visto obligados a desviarse para evitar el Mar Rojo, lo que eleva los costes del transporte y puede causar semanas de retrasos en los tiempos de envío de productos. “No dudaré en ordenar medidas adicionales para proteger a nuestra gente y el libre flujo del comercio internacional según sea necesario”, afirmó Biden.
Las principales navieras a nivel mundial continúan ajustando sus rutas para evitar navegar por esta vía marítima, por donde transita casi el 15% del comercio marítimo global, incluyendo el 8% del comercio mundial de cereales, el 12% del comercio de petróleo y el 8% del comercio mundial de gas natural licuado.
La UE ultima una misión en el Mar Rojo
Washington anunció la creación de una misión naval en el Mar Rojo para hacer frente a la amenaza de los hutíes y proteger a los buques mercantes. La intención inicial es que la UE colaborara a través de la Operación Atalanta, que se dedica a combatir la piratería. Sin embargo, España vetó esa posibilidad sin dar muchas explicaciones públicamente. Fuentes diplomáticas apuntaron en diciembre a que se trataba de discrepancias con los socios del PSOE.
Desde entonces, el Servicio Europeo de Acción Exterior que dirige Josep Borrell se puso a trabajar en una operación específica para el Mar Rojo. Este jueves, horas antes de que se produjera el bombardeo estadounidense sobre los hutíes, envió a los 27 una propuesta que se discutirá en la reunión de ministros del próximo 22 de enero.
La misión pretende patrullar en la zona para aumentar la seguridad de los buques que están sufriendo ataques de los hutíes y colaboraría con la operación de Estados Unidos, aunque sería independiente. La idea es que comience a funcionar en febrero y se prolongue un año con el envío de al menos tres destructores antiaéreos o fragatas con capacidades multimisión, según publicó El País. El departamento de Borrell calcula que su coste sería de alrededor de 5,1 millones de euros al año.
España ya dijo que no se opondría a una operación de estas características, aunque adelantó que no participaría por carecer de recursos disponibles para ello.
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