La transición en Brasil
Lula junto a dirigentes indígenas en la COP27: “Este es uno de los momentos más importantes de mi vida”
El presidente electo Lula da Silva no piensa relegar al olvido sus compromisos de campaña. Este mediodía, en la COP 27 de Egipto, estuvo presente en el Foro de Pueblos sobre el Cambio Climático, con líderes africanos, asiáticos, europeos y americanos. Junto a él, ingresaron dirigentes brasileñas de las comunidades indígenas que se distribuyen a lo largo y ancho del país. Para él, esa cita en el foro representa “uno de los momentos más importantes de mi vida”. Coherente con esa declaración, confirmó que creará el Ministerio de Pueblos Originarios, tal como se había comprometido durante el proceso electoral.
Se trata de un proyecto original, pero también indeclinable. Lula sintetizó la importancia de esta promesa con una frase: “Es una obligación moral, ética y política”; una apuesta, según dijo, a reparar los graves daños causados a las comunidades indígenas de Brasil. En la reunión se encontraba, en la primera fila, Sonia Guajajara, una mujer de 48 años graduada en Letras y con posgrado en Educación Especial. Ella nació en la tribu amazónica homónima, de allí el apellido, y acaba de ser elegida diputada federal por el Partido Socialismo y Libertad. Hay casi total certeza de que ella será la próxima ministra del área.
Durante su discurso en el foro especial, describió la tragedia vivida por las comunidades nativas: “Mi país tiene hoy 215 millones de habitantes. Cuando fue descubierto (por los portugueses) había 5 millones de indígenas. Hoy llegan apenas a 817.000, que pertenecen a 305 etnias” relató. El futuro presidente brasileño expresó sus cuestionamientos a los jefes de Estado de países presentes en la COP, por no haberse reunido con la sociedad civil y con los movimientos sociales para discutir acciones. Recordó que durante las reuniones con representantes de los países más ricos, los problemas de los más vulnerables suelen ser dejados de lado. “Cuando fui presidente, participé de las reuniones del G8 y, después de la crisis de 2008, de aquellas del G20. Lo que sentía en esas citas era la total ausencia de los problemas de la sociedad”.
Poco después de esa conferencia, en el balneario del Mar Rojo Sharm El-Sheikh, Lula mantuvo una bilateral con el ministro de Clima y Medio Ambiente de Noruega, Espen Barth Eide. El tema es una de las prioridades del futuro Gobierno: la reactivación del Fondo Amazonia otorgada por el país nórdico. El plan es montar equipos que trabajen desde ahora en la reestructuración de esos recursos, de modo que el Fondo pueda ser lanzado en los primeros días de la futura presidencia.
La línea noruega de financiación para la preservación de la floresta tropical fue lanzada bajo el segundo período de Lula da Silva (2007-2010). Pero quedó suspendida en 2019, por alteraciones que pretendía introducir el actual presidente Jair Bolsonaro. De acuerdo a lo informado por ambas delegaciones, los recursos congelados ascienden a 540 millones de dólares.
Pero el gobierno bolsonarista, que transita su último mes y medio, no pretende facilitar ese acuerdo. El columnista del site brasileño Uol, Jamil Chade, denunció que la diplomacia de Itamaraty optó por rechazar una las demandas de Noruega que condicionan el programa: pide que “Brasil complete procesos pendientes de demarcación de tierras indígenas y garantizar que los pueblos sean protegidos de amenazas, ataques y expulsiones”, problemas que surgen con frecuencia como atestiguan hechos ocurridos este año. El periodista reveló que el equipo de transición, comandado por el vicepresidente Geraldo Alckmin, le había solicitado a los diplomáticos que no interfirieran en estas cuestiones y dejaran la misión para el gobierno entrante. En ese sentido, llegaron a formular un alerta de que cualquier decisión de ese tipo “podrá ser interpretada como no republicana”. Pero tal como indicó el presidente electo durante el foro indígena en Egipto, “Brasil fue destruido a lo largo de los últimos 4 años”.
Para los funcionarios de Noruega no habría tantas dificultades en descongelar los fondos del Amazonas, ya que estos existen y podrán ser transferidos de inmediato, a cambio de contener la deforestación.
EG
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