Una marcha contra la OTAN recorrió Madrid por la paz y frente a la militarización
Varios miles de personas -2.200 según Delegación de Gobierno y 30.000 según la organización- de una decena larga de colectivos diversos de izquierda desfilaron este domingo al mediodía por Madrid para protestar contra la OTAN, en vísperas de la cumbre de la alianza atlántica que comenzará este martes en la capital española. Bajo el Lema ‘No a las guerras. No a la OTAN. Por la paz’, la comitiva recorrió el trayecto entre Atocha y Plaza de España recuperando los cánticos de las manifestaciones de los 80 contra la organización militar, como “bases fuera”, sin que se produjesen incidentes.
Promovida por Desarma Madrid, plataforma antimilitarista en la que participan colectivos que van desde Ecologistas en Acción al grupo de mayores Yayoflautas, a la marcha acudieron Izquierda Unida y el Partido comunista, además de varias formaciones a la izquierda del PCE. No acudió nadie de la cúpula de Podemos. Colectivos venidos de distintos puntos de España se sumaron a la protesta, como la asociación Catalunya vol pau o la Plataforma Galega contra la OTAN, con la participación del diputado del BNG en el Congreso, Néstor Rego. Las distintas agrupaciones desfilaban en el mismo sentido, pero guardando cierta distancia entre ellas en algunos puntos, con equipos de sonido y megafonía independientes.
El grito de “OTAN no, bases fuera” fue el más coreado. A Concha de la Torre y Charo Rosales, de 66 y 68 años, respectivamente, la consigna les evocaba recuerdos de juventud. “Estuvimos en esas, cómo no íbamos a estar ahora. Además, es una oportunidad estupenda porque están aquí todos los mandatarios”, decía Concha en referencia a la reunión de la alianza atlántica de la próxima semana. “Más armamento de mis impuestos, no me apetece”, protestaba Charo. La conexión histórica entre las movilizaciones ciudadanas contra la guerra también la recordaba Emilio Díaz, de 86 años, vestido con un chaleco amarillo de los colectivos en defensa de las pensiones y una gorra con el lema no a la guerra de hace casi dos décadas, cuando los bombardeos estadounidenses en Irak. “Como interesa vender armas, se montan las guerras, una sucede a otra”, señalaba, para añadir: “Las guerras son una industria que perjudica a toda la humanidad”. Del conflicto en Ucrania, apuntaba que se venía “fraguando y orquestando” desde antes de la invasión rusa.
El carácter internacional de la cumbre de la OTAN tuvo su reflejo en la manifestación en la presencia de colectivos de diversos países, siquiera con carácter testimonial. Había una representación del KKE griego, comunista ortodoxo, y del muy minoritario DPD de Corea del Sur, también comunista, así como de la organización de origen belga Intal, cuyos jóvenes militantes cantaban en inglés.
La ausencia de juventud que se viene achacando a algunas manifestaciones antibelicistas de los últimos tiempos no fue tal en la de hoy, con presencia de numerosos rostros sin arrugas. Alejandro T, de 29 años y militante de CGT, daba su opinión al paso de la marcha por la glorieta de Cibeles: “La OTAN no tenía ningún sentido ni cuando se entró ni ahora. Es una organización que sirve a los intereses de EE UU y en la que Europa va a la zaga”, censuraba. Sobre el carácter más que tranquilo de la marcha y la notable presencia policial lamentaba que los cuerpos de seguridad “vendiesen la idea de que iba a ser muy problemática”.
Antidisturbios sin casco y 15 furgonetas de policía en la cabecera
La presencia policial era, en efecto, muy notable. Hasta 15 furgonetas de la policía nacional precedían a los manifestantes, con numerosos agentes antidisturbios vigilando los flancos. Como el tono pacífico de los presentes era evidente, en seguida recibieron aviso de ponerse la gorra reglamentaria y llevar el casco colgado del brazo. La manifestación, de hecho, resultaba casi festiva por momentos, con música ska sonando por los altavoces de la camioneta principal o el ‘Cuervo ingenuo’ de Javier Krahe, otro referente ochentero, sobre los cambios de postura del PSOE de Felipe González respecto a la alianza militar.
“Gastos militares para escuelas y hospitales”, clamaban los asistentes. “Fuera de Rota, fuera de Morón”, sonaba un megáfono. Los defensores del argumento de que criticar a la OTAN es ponerse de parte de Rusia en la guerra de Ucrania no encontraron eco en la marcha, donde las referencias explícitas a los bandos fueron mínimas. Acaso algún mensaje escrito a bolígrafo sobre cartón que criticaba las veleidades nazis del batallón Azov ucraniano, acompañado de otros explícitamente equidistantes: “Ni OTAN, ni Putin”.
Junto a la crítica a la OTAN se filtraron otros temas de protesta, como las recientes muertes de migrantes en la valla de Melilla o las luchas de los sin tierra de Brasil o Suráfrica, de los colectivos indigenistas en América Latina o de colectivos propalestinos contra la ocupación israelí. La manifestación concluyó al final de la Gran Vía, antes de entrar en la Plaza de España sin que, como viene siendo habitual, el constante fluir de turistas se viese particularmente alterado.
VH
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