Rusia condena al opositor Navalny a 19 años de cárcel por “extremismo”
La Justicia rusa condenó este viernes a 19 años de prisión al ya encarcelado líder opositor ruso, Alexéi Navalny, por “extremismo” y otros cargos. Tendrá que cumplir la pena en una colonia de régimen especial, donde se recluye a los presos reincidentes o aquellos que recibieron cadenas perpetuas.
Navalny había afirmado este jueves que la condena que le impondría la Justicia rusa iba a ser “estalinista” y dirigida a “amedrentar” a otros opositores. El líder opositor y sus partidarios aseguran que se trata de un caso falso para mantenerlo entre rejas y fuera de la política durante aún más tiempo.
Navalny, férreo crítico del presidente Vladímir Putin, ya cumple condenas por “estafa” –por la que fue sentenciado a nueve años– y otros cargos que, según él, son falsos. Esta última es la pena de prisión que se le impuso. No queda claro si cumplirá esta nueva condena simultáneamente con la que ya pesa sobre él, es decir, si se suma a las anteriores, o si ahora se enfrenta a un total de 19 años de cárcel.
A su vez, el líder opositor recordó que aún debe ser juzgado por un tribunal militar por terrorismo, lo que podría acarrearle, según sus previsiones, otros diez años.
El juicio tuvo lugar en la prisión de la región de Vladímir –a unos 200 kilómetros de Moscú–, en la que cumple condena.
El juicio fue visto y no visto. Comenzó el 19 de junio y un mes después, tras varias vistas a puerta cerrada –con una honrosa excepción–, el fiscal pidió 20 años para el acusado. El juez del Tribunal Urbano de Moscú, Andréi Suvórov, apenas tardó unos pocos minutos en dictar la pena contra Navalny, que compareció en la sala vestido con uniforme de presidiario.
Los servicios penitenciarios impidieron a la prensa estar presente en la sala y los periodistas tuvieron que seguir la audiencia por televisión desde otra habitación.
En este nuevo caso penal, Navalny fue acusado de financiar e instigar acciones extremistas y de crear una organización, el Fondo de Lucha contra la Corrupción (FBK), que según las autoridades rusas atentó contra los derechos de los ciudadanos.
El Fondo de Lucha contra la Corrupción, fundado en 2011 e ilegalizado hace dos años, irritó al Kremlin porque denunció el enriquecimiento ilícito de los altos cargos, incluido Vladímir Putin, al que acusó en 2021 de tener un suntuoso palacio a orillas del mar Negro.
Según el opositor, “el principal objetivo” de la nueva condena es meter miedo, pero no a él, sino a otros opositores y sus seguidores.
Navalny pidió a sus correligionarios que no se rindan y que sigan protestando contra el Kremlin, aunque esa protesta sea silenciosa. “No hay nada vergonzoso en elegir la forma más segura de la protesta. Es vergonzoso no hacer nada y dejarse intimidar”, continuó antes de dar las gracias a sus seguidores y su equipo de defensa.
Por lo pronto, su equipo convocó una campaña mundial de protesta que transcurrirá el 20 de agosto con ocasión del tercer aniversario del envenenamiento de su líder. Los correligionarios de Navalny llaman a sus partidarios a salir a la calle y también a grabar vídeos con el mensaje “Putin, asesino”.
Según la oposición extraparlamentaria, Navalny no saldrá en libertad mientras Putin, que muy probablemente se presentará a la reelección en 2024, siga en el poder.
El líder encarcelado condenó duramente la invasión rusa de Ucrania, aunque llevaba en el punto de mira de las autoridades rusas desde mucho antes, especialmente después de que hiciera temblar en 2011 los cimientos del Kremlin al sacar a más de 100.000 personas a la calle.
En 2020, el opositor recibió tratamiento en Alemania tras haber sobrevivido a un envenenamiento mediante un agente nervioso, del que responsabilizó a Putin. Después de varias semanas en coma y varios meses de rehabilitación, Navalny regresó a su país, donde fue inmediatamente detenido y encarcelado.
La UE, la ONU y AI piden su liberación
La UE condenó la nueva sentencia contra Navalny y ha pedido su liberación “inmediata e incondicional”. El jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, aseguró en Twitter que el veredicto “tiene motivaciones políticas y demuestra la continua instrumentalización del sistema jurídico ruso”.
El alto comisionado de la ONU para los derechos humanos, Volker Türk, se sumó a la condena y a la petición de liberación de Navalny. La nueva sentencia, dice en un comunicado, “renueva los temores sobre un acoso judicial y un uso con fines políticos del sistema de justicia ruso”.
“Pido a las autoridades rusas a respetar sus obligaciones, poniendo fin a las violaciones de los derechos humanos contra Navalny y que lo pongan en liberad”, dice Türk. El jefe de derechos humanos de la ONU añade que la sentencia se produce en un contexto de creciente represión de la libertad de expresión y de persecución de la oposición política en Rusia.
Por su parte, Marie Struthers, directora del Programa Regional para Europa Oriental y Asia Central de Amnistía Internacional, declaró que la nueva condena de Navalny “es poco más que una cadena perpetua impuesta furtivamente”. “Es también un siniestro acto de venganza política que no solo se dirige personalmente contra Navalny, sino que sirve de advertencia a los críticos con el Estado en todo el país”.
“El resultado del simulacro de juicio de hoy no es más que el último ejemplo de la opresión sistemática de la sociedad civil rusa, que se ha intensificado desde la invasión rusa de Ucrania el año pasado”, dice Struthers, quien también pide a las autoridades rusas que pongan fin al “injusto encarcelamiento” de Navalny y sea liberado “de inmediato”.
LC
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