El tribunal electoral, la corte y exjueces supremos repudiaron a Bolsonaro por atacar al sistema de votación
El presidente del Superior Tribunal Electoral, Luiz Barroso, ocho miembros de la corte suprema y todos los extitulares de la justicia electoral desde 1988 repudiaron este lunes las afirmaciones sin pruebas sobre posible fraudes en las urnas electrónicas lanzadas por el presidente de Brasil Jair Bolsonaro en las últimas semanas.
“Desde 1996, cuando se implementó el sistema de voto electrónico, jamás se documentó cualquier episodio de fraude en las elecciones”, dice el documento un día después de que la ultraderecha bolsonarista protestara en 10 ciudades a favor de modificar el sistema electoral.
El comunicado firmado este lunes incluye a todos los exjefes de la justicia electoral, las actuales autoridades y a nueve de los diez miembros del Supremo Tribunal Federal: el que falta es Nunes Marques, el magistrado nombrado por Bolsonaro en 2020.
Bolsonaro admitió que no tiene pruebas de fraude pero que las urnas electrónicas están desfasadas y son susceptibles a manipulaciones, por lo que sugiere poner una impresora para confirmar el voto de los ciudadanos, un pedido que la oposición interpreta como una forma de intentar hacer tumulto con las elecciones de octubre de 2022.
El tribunal electoral en el documento aclaró que las urnas electrónicas son auditables por la fiscalía, los partidos políticos, los candidatos, la policía federal y observadores nacionales e internacionales y que son electrónicas y no digitales, con lo cual no están conectadas a Internet.
Bolsonaro acusó este lunes por la mañana a Luiz Barroso de querer “manipular las elecciones rechazando el cambio de sistema”.
“Están generando dudas para el futuro”, afirmó Bolsonaro, quien agregó que “los mismos que contarán los votos en una sala oscura son los mismos que liberaron” al expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, el líder opositor que aparece como favorito en las encuestas para derrotar al excapitán en primera y segunda vuelta.
Los jueces agregan que el voto impreso “no es un mecanismo adecuado de auditoria para sumarse a los ya existentes”.
En diálogo con sus seguidores y con una radio, Bolsonaro cargó nuevamente contra la situación económica de Argentina y, sin pruebas, sostuvo que la “clase alta” argentina está yéndose hacia el estado de Rio Grande do Sul (fronterizo con Misiones y Corrientes), en un intento de vincular al gobierno de Alberto Fernández con la agenda de gobierno de Lula.
“Que el agro se prepare porque si gana el borracho y corrupto de Lula vienen las expropiaciones de tierras para dárselas a los palenques (NDR: dijo 'quilombos') y a los indígenas. Yo no haré ni hice una reserva indígena. Lo que queremos es el voto transparente”, dijo.
Bolsonaro recordó que apoyó al expresidente Mauricio Macri en las elecciones de 2019 de Argentina, vencido por la fórmula Fernández-Fernández, y que actualmente existiría un flujo de personas de clase alta yéndose de Argentina hacia Rio Grande do Sul. “La clase rica está dejando el país, primero sale la clase alta y después la clase baja. Ya hay gente viviendo en Río Grande do Sul. Por el norte llegan mujeres con niños desde Venezuela, escapando del socialismo”, afirmó. Reiteró también que “pide a Dios” que se mejore la economía argentina y calificó de “absurdo” el impuesto a la exportación de productos agrícolas en Argentina.
“Los argentinos dejan sus plantaciones abandonadas porque por los impuestos no les conviene cosechar. Acá no intervenimos, la política de Argentina es la de Lula, la de Dilma Rousseff, la de Hugo Chávez, la de Fidel Castro”, subrayó.
El mandatario dijo que en cambio su gobierno ofrece “derechos humanos de verdad, como darle armas al hombre de bien para defenderse y darle tranquilidad al productor rural de que no van a tomar su tierra para los indígenas”.
Bolsonaro también dijo que su gestión “no va entorpecer el trabajo de los empresarios con regulaciones absurdas” y citó el caso de haber eliminado una serie de fiscalizaciones contra el trabajo esclavo.
“Sacamos el Estado del cuello de quien quiere producir”, sostuvo.
El mandatario avanzó en las denuncias de fraude reconociendo carecer de pruebas en medio del escándalo en el cual está investigado por prevaricato por corrupción en la frustrada compra de la vacuna Covaxin contra el coronavirus.
Con información de agencia Télam.
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