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CONVENCIÓN DEMÓCRATA

Tim Walz acepta ser candidato a vicepresidente de Kamala Harris: “Nunca subestimes a un profesor de escuela pública”

Antònia Crespí Ferrer

Chicago —

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Tim Walz habló este miércoles desde el United Center no como un político al uso, sino como un entrenador que arengaba a su equipo antes de salir al campo de juego. “Cuando luchamos”, gritó el candidato a vicepresidente, “ganamos”, respoindió el público. Por unos segundos el United Center resonó realmente como el estadio deportivo que es y no como el espacio que esta semana hospeda la Convención Demócrata. 

Walz aceptó la nominación a la vicepresidencia sacando más pecho de su pasado como profesor, exsargento y entrenador de fútbol americano, que no como gobernador de Minnesota. “Nunca subestimes a un profesor de escuela pública”, advirtió el flamante candidato a la vicepresidencia demócrata.

La cara de Walz, incapaz de creerse que todo un estadio se deshiciera ante él, fue el claro reflejo de su autenticidad. “Gracias por devolver la alegría a este partido”, dijo dirigiéndose a los simpatizantes y delegados que lo arropaban. Este carácter de hombre sencillo y que dice las cosas por su nombre es el motivo por el cual Kamala Harris lo eligió como pareja electoral.

“Dejen que diga esto equipo, tenemos la pelota y estamos en el ataque”, aseguró Walz. “Kamala Harris tiene experiencia y Kamala Harris está lista. Nuestro trabajo -nuestro trabajo para todos los que nos miran- es bloquear y atacar, ganando cada vez un centímetro más”. La metáfora del vicepresidente no podría ser más precisa del cambio de estrategia que se produjo dentro del partido en las últimas semanas. Ahora son los demócratas los que atacan y crean juego, obligando a un Donald Trump desorientado a ir desde atrás. 

La última jugada del republicano, después de cuestionar que Harris fuera negra o decir que la multitud de sus actos está generada por IA, fue compartir fotos falsas creadas con IA donde la cantante Taylor Swift pedía el voto por él. En las pasadas elecciones Swift apoyó la candidatura de Biden.

“Crecí en Butte, Nebraska, en un pueblo de 400 personas. Tuve 24 niños en mi clase de instituto, y ninguno fue a Yale. Pero crecer en una escuela como la mía te enseña a cuidar los unos de los otros”. Walz hizo un repaso por su trayectoria vital y nada más empezar ya lanzó su primer dardo a su homólogo y rival republicano J.D Vance. El segundo de Trump, que pretende mostrarse como la voz de la clase obrera por sus orígenes humildes, estudió en Yale y se codeó con los peces gordos de Silicon Valley. En cambio, Walz estudió en la universidad estatal de Minnesota y se pasó gran parte de su vida trabajando como profesor de Geografía en Minnesota. A pesar de compartir trayectorias similares -haber nacido en el Midwest y haber servido en ejército- Walz es la antítesis de Vance. El próximo 1 de octubre, ambos candidatos a la vicepresidencia debatirán en la cadena CBS. Un duelo que genera casi tanta expectación como el de Harris contra Trump.

Uno de los temas estrella de Walz es el control de la venta de armas en Estados Unidos. “Creo en la segunda enmienda, pero también creo que nuestra principal responsabilidad es garantizar la seguridad de nuestros hijos”, sostuvo Walz desde la autoridad que le imprime su faceta de cazador y su pasado como sargento. “De eso se trata: de la responsabilidad que tenemos hacia nuestros hijos, hacia los demás y hacia el futuro que estamos construyendo juntos, en el que todos son libres de construir el tipo de vida que quieran. Pero no todo el mundo tiene el mismo sentido de la responsabilidad. Algunas personas simplemente no entienden lo que se necesita para ser un buen vecino”, afirmó.

“Era mucho mejor tirador que la mayoría de los republicanos en el Congreso, y tengo trofeos que lo demuestran”, dijo el candidato a la vicepresidencia, citando la fama que tiene como buen tirador entre los miembros del Capitolio. Los republicanos no lo tienen tan fácil a la hora de cuestionar a un político que durante años contó con la simpatía de la Asociación Nacional del Rifle.

Si la palabra con la que se asocia Harris en esta campaña es “esperanza”, la de Walz es “optimismo”. El carácter alegre de Walz y los años caminando por los pasillos de instituto han insuflado una energía que, una vez terminado el discurso, se mantuvo. Con el estadio ya medio vacío una vez finalizado el tercer día de convención, los delegados de Minnesota celebraron el discurso de su gobernador como se celebraría una victoria de un partido de fútbol americano. 

Clinton y el contraste con los republicanos

Con voluntad de crear un contraste sobre cómo evolucionó el partido o bien por un pequeño descuido organizativo, el expresidente Bill Clinton habló la misma noche que Walz. Mientras que el expresidente firmó en el 96 una ley de defensa del matrimonio, la cual prohibía el reconocimiento federal del matrimonio homosexual, Walz participaba en la creación de una alianza entre homosexuales y heterosexuales para luchar por los derechos del colectivo.

Clinton se sumó al frente de los Obama y Biden para arropar la candidatura de Harris. A estas alturas de la convención, Harris ya tuvo dos expresidentes y un presidente en el cargo que salieron a defender su candidatura. Trump no puede decir lo mismo. Durante su coronación en Milwaukee, unas de las grandes ausencias fueron las figuras como el expresidente Bush, algo que antes de la era Trump sí que era recurrente ver en las convenciones republicanas.

Si la ausencia de expresidentes en el Fiserv Forum era una señal de cómo el Partido Republicano se había convertido en el partido de Trump, la presencia de Clinton, Obama y Biden refuerza esa imagen de pluralidad de voces y de una estructura que va más allá de Harris. 

“La próxima vez que lo escuchen, no cuenten las mentiras. Cuenten los 'yo'”, dijo Clinton sobre Trump, sumándose al nuevo retrato colectivo que están haciendo los demócratas sobre el republicano: mostrarlo como un magnate egoísta y que solo piensa en él. 

El expresidente también apeló al humor, uno más seco e irónico, para ir por Trump. “Hace dos días, cumplí 78 años. Y la única vanidad personal que quiero afirmar es que sigo siendo más joven que Donald Trump”.

Tampoco faltó la mención a Biden. Clinton comparó al actual presidente con George Washington por hacer algo “realmente difícil para un político: renunciar voluntariamente al poder político”. Clinton, que no se sumó a las voces críticas contra Biden, intentó obviar las presiones del partido para que dejara paso a Harris. 

Dos tótems: Nancy Pelosi y Oprah Winfrey 

La antigua speaker de la Cámara de los Representantes, Nancy Pelosi, fue una de las figuras claves en esas presiones. Cuando los demócratas cayeron presas del pánico después del desastroso debate de Biden en la CNN, Pelosi tomó las riendas de la situación. Este miércoles subió al escenario bajo los ensordecedores aplausos del estadio que por poco no se pone a corear “Gracias Nancy”. 

Como hizo Harris, los Obama y la gran mayoría de figuras que han desfilado estos tres días por el United Center, Pelosi también agradeció a Biden el servicio prestado. “Con Joe Biden y Kamala Harris, establecimos una de las presidencias más exitosas de los tiempos modernos”, aseguró. Pero lo remató en unas pocas líneas, dándole un espacio mucho menor de lo que hicieron sus predecesores. Posiblemente, la relación entre ambos después de la campaña para sacarlo del ticket no sea la mejor. Aun así, no faltaron los coros de “Gracias Joe”. 

Pelosi recordó el punto de inflexión que supuso el asalto al Capitolio del 6 de enero. La demócrata estaba dentro del edificio cuando se produjo. “No nos olvidemos de quién salvó la democracia ese día. Nosotros lo hicimos”, remarcó. 

La gran sorpresa de la noche fue la presentadora Oprah Winfrey, quien pidió el voto por Harris. “No podemos esperar a irnos de aquí y hacer algo, y lo que vamos a hacer es elegir a Kamala Harris como la próxima presidenta de Estados Unidos”, proclamó. El respaldo a Harris fue otro guiño a la energía de la campaña de Barack Obama en 2007. En ese momento, Oprah también pidió el voto para el que acabaría siendo el primer presidente negro de Estados Unidos. 

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