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SOY GORDA (ESEGÉ)

La moral del cuerpo liso

No es sencillo ser viejo en el mundo actual, menos que menos ser vieja. Sobe todo, cuando la ética de la lisura en la piel se pretende dominante.

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¿Es el cuerpo viejo un cuerpo fallado?

¿Porqué las arrugas dan vergüenza?

No es sencillo ser viejo en el mundo actual, menos que menos ser vieja. Sobe todo, cuando la ética de la lisura en la piel se pretende dominante.

Sin embargo, una fuerza antagónica avanza: la de los adultos mayores. No sólo son un grupo etario apto para gastar, sino un sector enérgico que celebra la vida y resiste contra toda forma de discriminación.

 Me olvidé cuántos años tengo, a veces pienso que 75, otras 70, total uno puede pensar lo que se le antoje. Lo único libre son los pensamientos.

Una licuadora es un buen premio, muchos jubilados comen la comida licuada. 

A los viejos nadie nos da pelota.

Lo dice el personaje de Dorita, encarnado por Gabriela Villalonga, coprotagonista junto a Luciana Procaccini, de la obra Pájaros que anidan en cualquier parte, de Miriam Russo, dirigidas por Alfredo Martin (Itaca Complejo Teatral).

“No estoy de acuerdo con usar eufemismos como Hay que morir joven lo más tarde posible, Los 60 son los nuevos 40 o Soy una joven en un cuerpo de vieja”, dice la activista de la longevidad positiva, Flora Proverbio.

Autora del libro Triángulos plateados. Inteligencia sexual para vivir el deseo en la madurez, Proverbio considera que con la vejez “se van perdiendo funcionalidades porque el paso del tiempo le pasa factura al cuerpo y a la cabeza. Negarlo también es un tabú”.

El viejismo o edadismo -la discriminación relacionada con la edad- es la tercera forma más usual de segregación después del machismo y el racismo. “Y aunque no nos damos cuenta, nosotros mismos nos lo infringimos cuando, por ejemplo, decimos me siento una vieja ridícula o cómo voy a hacer x cosa a esta edad. Cuando nos tratamos así, se deberían encender unas luces rojas”, advierte Proverbio, quien entrevistó a unas setenta mujeres y encuestó a otras 1500 en su libro, que incluye fotografías que materializan las fantasías eróticas de ellas.

Mientras el protagonista masculino de la serie Grey´s Anatomy, Patrick Dempsey, de 58 años, fue considerado por la revista People el hombre más sexy del mundo durante 2023, la modelo Cindy Crawford, de la misma edad, apareció en las revistas diciendo que está envejeciendo en paz. “Las mujeres envejecen y los hombres maduran”, había dicho con ironía Susan Sontag.

“¿Tenés muchos años? Sos vieja o viejo y está todo bien. Si lo entendemos así, podremos transitar esta etapa en paz. Lo importante es qué podés hacer con tu cuerpo y con tu cabeza. Los cortes cronológicos se han ido corriendo, esta es una conversación muy actual y está bueno mantener el debate”, señala.

Así como ser joven no es un piropo ni un halago, ser viejo tampoco debería ser un insulto “y no hay que buscar metáforas ni palabras que la reemplacen. La vejez tiene un correlato con la edad, con los años se van apagando ciertas funciones. De todos modos, tener experiencia, haber vivido mucho no te hace más sabio, más bueno, ni mejor”, agrega la especialista.

En tiempos en que la menopausia está dejando de ser un tema del que no se habla, “muchas cosas están cambiando y muchas tienen que cambiar. Los espacios a los que las mujeres podemos aspirar, los roles y las maneras de ser felices están cambiando. Disfrutar de nuestro trabajo y de hacer lo que nos gusta son signos posibles de esta época”.

Contra la narrativa estereotipada, Proverbio sostiene que “el rol más importante de la mujer no es la maternidad, no desaparecemos si no tenemos hijos, la menopausia ya no es una patología sino una etapa más, gracias a las publicaciones de muchas influencers o divulgadoras que nos enseñan a gestionar los cambios en nuestros cuerpos. En la edad plateada tomás conciencia de que la vida pasa rápido, que el tiempo es finito y que el momento para hacer lo que querés es ahora”.

Si los seres humanos somos sexuales, lo somos no sólo para reproducirnos sino para el placer y hay tantas sexualidades como personas. “Cada uno es un universo, con su erotismo, su goce, su morbo, su fantasía. Entre un estímulo y su respuesta todo es más lento, sola o con alguien que te da ganas. Incluso, si no te interesa el sexo, tampoco es una obligación, podés bajar la persiana y es súper válido”.

En Triángulos plateados, publicado por editorial Galerna, se despliegan variantes del deseo en la madurez, las respuestas, las acciones para erotizarse para tener el cuerpo listo para una situación sexual en procesos más lentos, tal como ocurre cuando tratás de correr el colectivo o hacés la digestión. Si hay menos erecciones en los varones, no importa porque se pueden hacer muchas otras cosas y en es reside la inteligencia sexual, en incorporar los cambios necesarios para seguir disfrutando.

“Esta es una de las mejores etapas de mi vida, por la estabilidad emocional y por el deseo de transmitir cosas y seguir aprendiendo. A mis 85 años, me resulta muy importante estar rodeada de mis afectos, me da mucha felicidad la presencia de mis cinco nietes. Por otra parte, las fantasías y los deseos siguen funcionando a pleno”, dice la actriz e infuencer Martha Spivak quien encarna todas las semanas el personaje virtual de Abuela TV.

Para seguir leyendo sobre la vejez, Proverbio recomienda el último libro de Pacho O´Donnell, Elogio de la vejez de Carl Honoré y los textos de la antropóloga brasileña Mirian Goldenberg.

El viejo poeta que interpreta Víctor Laplace en El sentido de las cosas (Centro Cultural de la Cooperación) le dice al bardo joven, que interpreta Gastón Ricaud: “Yo no muestro nada, para eso me interné en la isla, me interné en mi adentro y más profundo. La poesía duele, me hace llaga acá. Me vine a curar y estoy cada vez más enfermo de poemas, me brotan por todos los agujeros, como gusanos de las heridas. Dame más papel, pibe, dame más papel que quiero escribir. Lo mejor sería que yo muriera, así ustedes los buitres pueden hacer museo con mis cosas. Es eso lo que andan buscando, ¿no?” 

El joven que ha ido a visitarlo le responde: “No maestro, queremos hacerle saber lo mucho que lo admiramos”.

“Patrañas, antes de que nos llegue el agua a los sobacos sincérese, la sinceridad limpia la sangre, la hace correr más fluida, bombea el bobo y no hace embolia. La verdad siempre sana, frase de perogrullo si las hay, hasta bíblica es. Otra frase de perogrullo: en vida no saben qué escribís, no importa mucho porque no vale ni una guita. Enfermo te empiezan a averiguar, muerto hacen números y cagadas, ningún pariente sabe qué carajo hacer con la obra del deudo”.

En ese encabalgamiento y galope de palabras, el escriba veterano que arrima el verso al diálogo, “apretadito y picoso como ramito de abrojo”, instala una erótica rica, compleja y contradictoria. Ha podido convertir en sabiduría su vasta experiencia, dulce y furiosa. “Pessoa metió todo en su baúl y prohibió que lo editen, lo jorobaron, Kafka se lo dio todo a su amigo Max Brod para que lo traicione, Borges se casó. ¿Usted qué va a hacer, poeta? Viste qué linda la flor del lapacho, Josecito. También tiene espinas. Para el lado que se mira, la naturaleza enseña, si es que se quiere ser un buen aprendido. Si no, no enseña una mierda. ¿Qué te importa lo que voy a hacer pibe? ¿Qué carajo te importa?”

LH/MF

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