Aceleran la bicameral de Inteligencia para acotar el rechazo al DNU de los $100.000 millones para la SIDE
En un salón a puertas cerradas en el sexto piso del Senado, con una celosa custodia de seguridad, sin prensa ni transmisión pública. En ese contexto de fuerte hermetismo se reunirá hoy a las 16 la comisión bicameral de Inteligencia del Congreso para elegir a su nuevo presidente tras una larga demora.
La definición del sensible cargo se da en un contexto por demás complejo para el Gobierno: Javier Milei acaba de refundar la SIDE y está en el ojo de la tormenta la partida presupuestaria de $100.000 millones destinada a gastos reservados, de los que el organismo de inteligencia ya se habría dilapidado casi el 80% en apenas un mes, según denunció la oposición. De hecho, justo para mañana está agendada en Diputados una sesión especial para voltear ese DNU de financiamiento y fuentes parlamentarias consultadas por elDiarioAR anticiparon que la misma suerte podría correr en el Senado.
El primer escollo que tendrá que sortear este martes la Casa Rosada será delegar la bicameral a un extralibertario. No puede estar al frente ningún legislador de La Libertad Avanza ya que no habrá senadores propios y este año la presidencia tiene que quedar en manos de la Cámara alta. Tal dificultad obligó al Gobierno a abrir una negociación con bloques aliados: la nominación está entre el macrista Martín Göerling (PRO-Misiones) y el peronista disidente Edgardo Kueider (Unidad Federal-Entre Ríos).
El deseo de Santiago Caputo, mano derecha de Milei y el hombre detrás del director de la SIDE, Sergio Neiffert, es que sea Kueider. Ayer en Balcarce 50 esa aspiración se mantenía intacta. Y en el despacho de Victoria Villarruel evitar pronunciarse al respecto, en medio de la tensión de la vice con el Presidente.
Parece difícil que los libertarios le den a Mauricio Macri semejante resorte de poder que tiene la potestad, entre otras prerrogativas, de “supervisar y controlar” los gastos reservados asignados al Sistema de Inteligencia Nacional. La comisión podría entonces –en reuniones secretas y de las cuales está prohibido hacer cualquier tipo de difusión– poner la lupa sobre en qué y cómo se gastan los flamantes $100.000 millones, de los que solo quedaría un 20%, de acuerdo a la Coalición Cívica de Elisa Carrió.
Junto con Kueider o Göerling trascendió un tercero en discordia en los últimos días para capitanear la comisión: el radical Martín Lousteau (CABA). En su círculo negaron esa posibilidad, pero su nombre podría esconder una estrategia opositora para arrebatarle al oficialismo el control de la bicameral: el presidente tiene que conseguir el apoyo de al menos ocho de los 14 miembros, y el kirchnerismo ostenta seis.
Por Unión por la Patria integrarán la comisión los diputados Germán Martínez, Leopoldo Moreau y Paula Penacca, y los senadores Oscar Parrilli (Río Negro), Wado de Pedro (Buenos Aires) y Florencia López (La Rioja). Por el radicalismo, además de Lousteau, se sumará la diputada María Coletta, referenciada en el economista. Los libertarios serán los diputados Gabriel Bornoroni y César Treffinger. Por el PRO estará, junto con Göerling, el diputado Cristian Ritondo. Y además de Kueider, también será de la partida la senadora Edith Terenzi (Chubut-Cambio Federal).
El DNU de la SIDE en Diputados
Casi sin peso propio, el oficialismo aceleró para hoy la conformación de la comisión –que estaba demorada desde principios de la gestión libertaria– para contrarrestar la avanzada opositora que se concretará mañana sobre el DNU 656/24 que financió la SIDE. Fue la “zanahoria” que le ofreció el oficialismo a los aliados para que ese decreto de necesidad y urgencia no se discuta en el ámbito de la otra comisión bicameral de importancia: la de Trámite Legislativo, que avala o no los DNU. Como ya se cumplió el plazo de diez días para su tratamiento en comisión, ahora las cámaras parlamentarias están habilitadas para votarlo en los recintos. Si tanto Diputados como el Senado lo rechazan, el decreto se cae.
Diputados avanzará primero este miércoles desde el mediodía. Fue una propuesta del espacio de Miguel Pichetto, Encuentro Federal, luego de que Martín Menem dejara a Emilio Monzó afuera de la bicameral de Inteligencia. En la oposición estiman que el poroteo les da a favor, gracias al apoyo del kirchnerismo, la izquierda y parte del radicalismo. “Si tiene quórum, lo van a voltear”, aventuró a elDiarioAR una diputada ligada a Milei. Se necesitan dos tercios para el rechazo. “Espero que el Gobierno no opere sobre el bloque radical u otros bloques para bajar diputados, porque el número tendría que estar ya consolidado”, alertó el lilito Juan Manuel López en CNN Radio.
Ayer la Coalición Cívica ajustó la convocatoria formal a la sesión al agregar que la resolución que se va a discutir declarará “nulo de nulidad absoluta e insanable” el DNU. Ese detalle busca pelear “los efectos jurídicos” del decreto, explicaron en la bancada de Carrió, para que en caso de ser rechazado se puedan recuperar los fondos ya gastados.
“Nuestra Constitución Nacional es clara: el Poder Ejecutivo no podrá en ningún caso, bajo pena de nulidad absoluta e insanable, emitir disposiciones de carácter legislativo. El DNU por lo tanto, es nulo de nulidad absoluta. Frente a una declaración de este tipo sobre el DNU, el efecto implicará que el mismo nunca existió. El Poder Legislativo, en este caso la Cámara de Diputados, tiene el derecho de declarar que se han usurpado sus funciones legislativas”, apuntó a elDiarioAR Maximiliano Ferraro, quien reveló la semana pasada cómo se habían esfumado casi la totalidad de los fondos reservados. En menos de un mes, apuntó ayer, se gastaron un total de $80.060 millones, lo que representa el 77.57% del presupuesto ampliado de la SIDE.
La polémica por el funcionamiento de la nueva-vieja SIDE traspasa al Congreso y expertos de la sociedad civil también cuestionan la reestructuración que tuvo el área de Inteligencia –también a través de otro DNU– y sus usos en el mileísmo. “El tema con los 100 mil millones de pesos en fondos reservados es que los asignan después de haber reformado el sistema por DNU y de haber decidido que el sistema de inteligencia vuelva a regir casi exclusivamente bajo el parámetro del secreto. Entonces la discusión no es tanto cuánto financiamiento requiere la agencia de inteligencia ni un planteo de que no hay que financiarla, sino que es un financiamiento secreto, apuntó a este medio Paula Litvachky, directora ejecutiva del CELS.
Para la experta son varios los cuestionamientos sobre el organismo de los espías: “¿Por qué la SIDE tiene que tener el 75% de los fondos reservados, para qué los van a usar, cómo los van a rendir, quién va a controlar eso, cómo se sabe que no van a usar esos fondos para operaciones ilegales o para sostener una práctica bastante histórica de la estructura de las agencias de inteligencia de la Argentina que está dedicadas más al espionaje político que a los objetivos estratégicos de una agencia?”. En ese sentido, señaló: “Hay una línea que plantea que la clave hoy no es necesariamente el secreto sino la inteligencia y la estrategia a partir de la cual se plantea el funcionamiento de estas agencias, cuáles son los objetivos estratégicos del país y qué tipo de análisis de la información se hace más que la posibilidad de trabajar bajo el secreto y funcionar con fondos secretos y, hasta donde sabemos, discrecionales”.
MC/JJD
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