Avión Gate: impunidad, servicios de inteligencia e intereses internacionales en la trama de la aeronave venezolana y los iraníes investigados
La impunidad del atentado a la AMIA, la caldeada Triple Frontera y las internas internacionales, la falta de transparencia en las comunicaciones oficiales y la desconfianza naturalizada sobre los organismos de seguridad y control en Argentina desencadenaron el nuevo escándalo nacional: el ingreso al país de un avión de cargo de la empresa pública Emtrasur, de Venezuela, en la mira de las autoridades de los Estados Unidos por su relación con Irán y el gobierno de Nicolás Maduro; y la investigación que ahora pesa sobre la tripulación integrada por cinco iraníes y catorce venezolanos.
La oposición insiste con que fallaron los controles y el Gobierno respondió que actuaron correctamente porque las alertas llegaron cuando el avión ya estaba en Ezeiza ¿Qué está confirmado hasta el momento sobre el caso? elDiarioAR analizó en los últimos dos días documentos presentados por los organismos oficiales de aviación y denunciantes ante la Justicia, resoluciones judiciales, comunicados de los Estados Unidos y declaraciones de funcionarios de Uruguay, Paraguay y Argentina, información aportada por fuentes del caso y datos abiertos en la web para responder algunas de las preguntas del caso.
El origen
La causa judicial se originó en Lomas de Zamora la semana última por una presentación de habeas corpus del abogado argentino Rafael Resnick Brenner, exfuncionario de AFIP condenado por el caso Ciccone y quien siempre negó las acusaciones. El letrado fue contactado por Emtrasur para presentar los habeas corpus de los diecinueve integrantes de la tripulación. En un escrito, denunció ante el juez federal Federico Villena que las autoridades argentinas tenían retenidos sus pasaportes.
Los catorce venezolanos y los cinco iraníes podían podían salir del país en un vuelo de línea, pero no en su avión, debido a que las proveedoras de combustible del aeropuerto de Ezeiza se negaban a abastecer al avión de bandera venezolana.
El avión es un Boeing 747, que según los documentos oficiales argentinos consultados por elDiarioAR tiene matrícula venezolana (YV3531), no iraní. Pertenece a la compañía venezolana pública Emtrasur, línea de cargo vinculada a Conviasa, línea aérea oficial de Venezuela. En el pasado perteneció a Air France hasta que fue adquirido por Mahan Air, de Irán, en 2007, según el sitio Airfleets. Desde enero de 2022, figura como avión de Emtrasur.
Antes de que la oposición y la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas (DAIA) presentara sus denuncias por el caso, el avión y su tripulación ya estaban en problemas. Las tres compañías que proveen combustible a los aviones en Ezeiza (YPF, Shell/Raízen y Axion) se negaron a abastecer a la aeronave, confirmaron las tres compañías ante la consulta de este medio.
La información nosotros la teníamos el día lunes (6 de junio) por la tarde y el avión ya estaba en Ezeiza, con lo cual no es que nosotros tuvimos una información de la cual no hicimos utilización del tema.
Sanciones
Tanto Mahan Air como Conviasa están en las listas negras de la OFAC (Office of Foreign Assets Control), que depende del Departamento del Tesoro de los Estados Unidos. En ambos casos, las medidas fueron tomadas por el gobierno de Donald Trump.
La línea aérea iraní fue sancionada por las autoridades estadounidenses por supuestamente colaborar con el traslado de personas, fondos y armamento de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán en el conflicto de Siria y con el gobierno de Venezuela, según un comunicado del Tesoro de los Estados Unidos. Compañías y personas que prestaron colaboración con Mahan Air también han sufrido sanciones de ese país, según confirma el comunicado.
“No podemos abastecer combustible a aeronaves de países con restricciones”, informaron fuentes de Raízen sobre las razones de la decisión.
elDiarioAR se contactó con la embajada de Irán en Argentina pero aún no ha recibido respuesta sobre su posición frente a las sanciones. El avión fue vendido a una empresa venezolana hace un año, dijo Amir Hossein Zol-Anvari, gerente de la oficina de relaciones públicas de Mahan, a la Agencia de Noticias de la República Islámica (IRNA). “La detención del avión cuya propiedad fue transferida hace un año obedece a objetivos políticos -agregó- y la tripulación ha estado trabajando para la empresa venezolana y el tema no tiene relación con Mahan Air”.
En la misma línea se manifestó el portavoz del ministerio de Asuntos Exteriores de Irán, Said Khatibzadeh: “Las últimas semanas están llenas de propaganda, operaciones psicológicas, guerra de palabras para provocar un sentimiento de inseguridad (en Irán) y este caso forma parte de ello”, según reflejó DW.
“Se interpreta que las empresas petroleras no pueden proveerle combustible al avión por temor a sanciones del gobierno norteamericano, por ser una aeronave de matrícula venezolana y tripulación iraní”, explicó una fuente del sector aeronáutico.
En 2020, Steven T. Mnuchin, secretario del Tesoro de la administración de Trump, afirmó que “el régimen iraní utiliza Mahan Air como una herramienta para difundir su agenda desestabilizadora en todo el mundo, incluidos los regímenes corruptos de Siria y Venezuela, así como los grupos terroristas en todo el Medio Oriente” y alertó que Estados Unidos tomaría medidas contra quienes “apoyen a esta aerolínea”. De hecho, sancionó, por ejemplo, a las empresas Parthia Cargo and Delta Parts Supply FZC por “apoyo material” a Mahan Air, según un comunicado del Tesoro.
En el caso de Conviasa, la sanción fue impuesta en febrero de 2020. “El régimen ilegítimo de Maduro depende de la aerolínea estatal venezolana Conviasa para transportar a funcionarios corruptos del régimen por todo el mundo para impulsar el apoyo a sus esfuerzos antidemocráticos”, dijo entonces Mnuchin.
En el sitio web de la aerolínea venezolana se pueden adquirir pasajes para Buenos Aires-Caracas para el 28 de junio, saliendo de Ezeiza, y regresar a Argentina el 11 de julio. La línea aérea realiza viajes a países aliados de Maduro: tiene vuelos a La Habana, Moscú, Viru Viru, Teherán y Managua. También a Cancún e incluso a Lima, Santiago de Chile, Quito, Madrid, Panamá, Guayaquil, Santa Lucía y San Vicente.
Conviasa no ha hecho declaraciones sobre el caso del avión hasta el momento. El 11 de junio mientras el abogado de la compañía solicitaba los habeas corpus, la cuenta oficial de la empresa en Twitter republicó a Maduro: “¡Tremenda Noticia! A partir del #18Jul, se abrirá el vuelo Caracas–Teherán, con el fin de promover el turismo y la unión entre ambos países, a través de paquetes que nos permitan compartir turistas. Sin duda, las relaciones entre Irán y Venezuela, se fortalecen y expanden”.
El arribo a Ezeiza
El avión de Emtrasur aterrizó en Argentina el 6 de junio a las 12.12 del mediodía. Llegó desde México, previa escala en Caracas, de acuerdo con un reporte de la estatal Empresa Argentina de Navegación Aérea (EANA) que consta en el expediente.
La aeronave fue contratada para transportar autopartes fabricadas en la ciudad mexicana de Querétaro y adquiridas por la empresa privada argentina SAS Automotriz SA, proveedora de la automotriz Volkswagen.
El lunes, SAS Automotriz SA y Volskswagen desconocieron cualquier nexo con la contratación del avión en distintos comunicados. La automotriz informó que encargó las autopartes a SAS Automotriz y la proveedora sostuvo que “la contratación se realizó para el transporte de componentes destinados a la producción de paneles de instrumento y asientos para el modelo Taos” y responsabilizó al forwarder: Fracht, una compañía estadounidense con oficinas en Buenos Aires.
En un tercer comunicado, Fracht sostuvo: “Con la única intención de mover la carga aérea desde México para su cliente, Fracht contrató a la empresa Aerocharter México, quien asumió la completa responsabilidad sobre este vuelo”. Aerocharter México aún no se ha pronunciado sobre el caso.
Aquel 6 de junio, el avión no pudo aterrizar por la intensa niebla en Ezeiza y solicitó descender en Córdoba, según el documento oficial. Más tarde, a las 14.35, cuando las condiciones meteorológicas mejoraron, partió hacia Ezeiza. En las siguientes 48 horas, el avión presentaría cuatro planes de vuelo distintos.
Planes de vuelo
Al día siguiente, la tripulación presentó un plan de vuelo de regreso, con destino al aeropuerto de Maiquetía, Caracas. A lo largo del día debió modificarlo y solicitó dos extensiones de vuelo. Las autoridades no informan las razones de la demora. Ese día no pudo despegar.
El avión partió (de Ciudad del Este) para Aruba con un cargamento de cigarrillos de Tabesa (empresa del expresidente Horacio Cartes).
El miércoles 8, el avión fue revisado. Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA), Policía Federal (PFA) y Aduana participaron de la revisión de la carga “restante” -se entiende que no es la original destinada a la automotriz, que informó que se despachó el cargamento con todos los controles aduaneros- con perros, escáneres y rayos X para detectar explosivos o drogas. “Todos los procedimientos realizados dieron resultado negativo”, comunicaron en un documento al juzgado.
Ese mismo día, el avión presentó un nuevo plan de vuelo con destino al aeropuerto de Montevideo, Uruguay. Partió de Ezeiza a las 14.45, pero cuando estaba por ingresar al espacio aéreo uruguayo, las autoridades de ese país le denegaron el permiso para aterrizar. Debió regresar a Buenos Aires, donde está varado desde entonces. “Este país no lo acepta por no tener las autorizaciones de sobrevuelo para Uruguay”, dice el documento de EANA. No menciona cuestiones relativas a sanciones internacionales.
El ministro de Defensa uruguayo, Javier García, dijo el lunes a la prensa que dio la orden de que el avión no ingresara por información recibida de “agencias extranjeras”. Paraguay, más tarde, se atribuyó esa información.
Medidas judiciales
La causa dio un giro de 180 grados este lunes, cuando los iraníes de la tripulación pasaron de denunciantes a denunciados. El juez Villena ordenó retener durante 72 horas sus pasaportes y solicitó a la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) que “que informe sobre cualquier movimiento” del avión. Por la tarde, la fiscal federal Cecilia Incardona abrió formalmente una causa y solicitó el secreto de sumario. Por la noche y durante toda la madrugada y parte de la mañana del martes, la división antiterrorismo de la Federal allanó el hotel donde se encuentra hospedada la tripulación y secuestró documentos y dispositivos electrónicos.
Villena dio la orden luego de la presentación de la DAIA para que se investigue si los tripulantes iraníes pertenecen a las fuerzas Al-Quds, declaradas como terroristas por los Estados Unidos. La brigada responde a la Guardia Revolucionaria Islámica, rama de las Fuerzas Armadas de Irán. Argentina no tiene a esta organización en su lista de sospechosos de terrorismo aunque exautoridades y dirigentes de ese país están acusados en Argentina de haber ordenado el atentado a la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) en 1994.
Ese mismo lunes, el ministro de Seguridad, Aníbal Fernández, afirmó a radio Perfil que uno de los cinco ciudadanos iraníes sería homónimo de un integrante de Al-Quds. Fernández también aseguró que Argentina permitió que la tripulación ingresara al país porque no pesa sobre ellos ninguna alerta o restricción.
Cuando ingresaron a Buenos Aires por Ezeiza, las autoridades les dieron una estadía provisoria, “so pretexto de definir la situación de la aeronave” y se les impuso que sólo podían salir del país mediante avión de línea, lo que los obligaba a dejar “abandonada” la aeronave, según el escrito de su primer abogado. elDiarioAR no ha podido contactar a sus nuevos defensores por el momento.
Las alertas
El ministro Fernández dijo el lunes que el avión había realizado sólo dos vuelos en América Latina. El primero fue el 13 de mayo, cuando aterrizó en el Aeropuerto Guaraní, en Ciudad del Este, Triple Frontera, Paraguay, afirmó ese mismo día el ministro de Interior paraguayo, Federico González.
Todos los procedimientos realizados dieron resultado negativo.
En declaraciones a la radio ABC Color, el funcionario guaraní dijo que en aquel vuelo la tripulación estaba integrada por dieciocho personas (seis iraníes y doce venezolanos) y que parte de ellos coincide con los tripulantes que se encuentran en Argentina.
Los iraníes que ingresaron el mes último al Paraguay serían “miembros de la unidad Al-Quds, que forma parte de la Guardía Revolucionaria (Islámica) de Irán”, aseguró González y detalló que la fuente del gobierno de Asunción fue “un servicio de Inteligencia extranjero”. En la misma entrevista, aclaró poco después que se trata de los Estados Unidos.
En mayo, la aeronave permaneció en ese país durante el fin de semana del 13 al 16. Desde allí, el avión “partió para Aruba con un cargamento de cigarrillos de Tabesa”, dijo el funcionario. Se trata de una tabacalera del expresidente paraguayo Horacio Cartes. “Los dieciocho tripulantes partieron en esa fecha en el avión”, agregó.
Cuándo fue la alerta
El avión de Emtrasur intentó volver a aterrizar en Paraguay dos oportunidades más pero las autoridades de ese país se lo prohibieron, según González. Sostuvo que la última vez fue el 8 de junio, el mismo día en que Uruguay denegó el sobrevuelo en su territorio.
“El Servicio de Inteligencia del Paraguay fue el que alertó a los otros servicios de Inteligencia de la Región sobre la situación de esa aeronave y de la empresa que fue sancionada por el Tesoro de los Estados Unidos”, aseguró González.
El funcionario no precisó en qué fecha alertó a Argentina en la entrevista con ABC Color. Aún no ha respondido las consultas de elDiarioAR, pero Fernández dijo este martes que fue el mismo 6 de junio y que cuando Argentina fue notificada el avión ya estaba en Ezeiza.
Este último punto es el más confuso, hasta el momento.
“La información nosotros la teníamos el día lunes por la tarde y el avión ya estaba en Ezeiza, con lo cual no es que nosotros tuvimos una información de la cual no hicimos utilización del tema”, afirmó el ministro de Seguridad.
Mientras tanto, el Gobierno paraguayo enfrenta actualmente su propio frente por el ingreso del avión a Ciudad del Este.
*Este artículo se actualizó el 14 de junio de 2022 para corregir el modelo del avión definido en un documento de la ANAC. El documento se refiere a un “Boeing 747 Dreamliner” pero el nombre del modelo es “Boeing 747-300” y se lo conoce como Dreamlifter.
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