Macri se sumó a la campaña de Vidal para evitar la fuga de votos por derecha
Más que estratégica, la reaparición de Mauricio Macri era inevitable. Ya sea por vanidad, por el deseo de dejar un legado o tentado con la chance de volver a La Rosada en 2023, el expresidente se niega a tramitar la jubilación anticipada. Su corrimiento a un segundo plano durante el cierre de listas, teniendo mínima influencia en la definición de las candidaturas, fue su ofrenda en favor de la unidad cambiemita. Un gesto de humildad, para un político y magnate poco acostumbrado a realizar ese tipo de concesiones.
En el encuentro, realizado en el jardín del museo Fernández Blanco de Retiro, estuvo la ministra de Educación porteña Soledad Acuña. Macri y Vidal recibieron a un grupo de padres que militaron por la educación presencial durante las restricciones pandémicas. “Lamentablemente, el daño causado sobre los alumnos es imperdonable y tal vez irreparable”, les dijo a Macri a los papás convocados a la cita. “El kirchnerismo cruzó un barrera delicada, se metió en nuestras casas y con nuestros hijos”, se quejó María Eugenia Vidal.
Las banderas de campaña del PRO están bien diferenciadas entre Capital y Provincia. Diego Santilli hace eje en la seguridad. Vidal, en la educación. Así evitan meterse en un palo por palo con el oficialismo respecto a la crisis económica, cuando todavía está fresco el fracaso macrista en ese rubro.
El hecho de sumarse a la campaña porteña a su vez encierra un objetivo táctico: evitar la fuga de votos por derecha hacia la lista que encabeza Ricardo López Murphy en la PASO de la Capital. El economista liberal lo interpreta de esa forma. Y lo toma como un halago hacia su espacio. “Que Macri partícipe es la señal de que nos va bien. Me pone contento. Ellos están jugando con todo lo que tienen. Es comprensible y lógico que apoye a las candidatas de su partido”, opina López Murphy ante elDiarioAR.
Que Macri partícipe es la señal de que nos va bien. Me pone contento. Ellos están jugando con todo lo que tienen. Es comprensible y lógico que apoye a las candidatas de su partido.
La postulación de Vidal también está jaqueada desde afuera de la primaria de Juntos. La desafía el verborrágico Javier Milei. Tras mudarse a la Capital, la exgobernadora bonaerense todavía se encuentra bajo observación crítica por parte del núcleo más irreductible de los votantes amarillos.
Cerca de Mariu, sin embargo, minimizan el peso del espaldarazo mauricista. Aseguran que el aval del fundador del PRO estaba pautado de antemano y, agregan, que no existen datos que revelen la necesidad de invocar a Macri a las apuradas. Focus group en mano, plantean que el sello de calidad amarillo puro no inclinará la balanza electoral. O al menos no de manera tan lineal, a partir de una recorrida compartida. Una caminata sobre la que no se revelaron coordenadas para evitar la presencia de medios y escraches.
En contexto de pandemia, la campaña porteña se volvió especialmente una actividad de laboratorio. Las recorridas y encuentros con vecinos son controlados al máximo, para después difundir las fotos seleccionadas del evento.
El choque de lecturas entre macristas y vidalistas revela que la familia PRO admite miradas y ambiciones diversas. El expresidente y la exgobernadora se reunieron el martes pasado. Fue en las oficinas que Macri montó en Olivos, a tres cuadras de la quinta presidencial. Ahí también recibió a Horacio Rodríguez Larreta el jueves. “La diferencia principal que tienen es la siguiente: Mauricio ganó con el 50% de los votos y gobernó con y para el 35%. Horacio quiere ganar con el 50%, pero ir por el 70%”, resume un dirigente que se sienta a la mesa política del alcalde porteño. Se trata del núcleo que, en paralelo a la presidencia nacional del PRO encabezada por Patricia Bullrich, trabaja para que Larreta sea presidente en el 2023.
Después de su tour porteño, Macri pretende mostrarse junto al precandidato a diputado cordobés Gustavo Santos, ex ministro de Turismo durante la presidencia PRO.
Según revelan cerca del egresado del Cardenal Newman, su intención también es hacer pie en el territorio bonaerense. En concreto, Macri planifica realizar una recorrida junto a Diego Santilli. Se trata de una jugada arriesgada. En 2019 el ingeniero de la UCA perdió por más de 40 puntos contra Alberto Fernández en La Matanza. La hoja de ruta macrista incluye una caminata junto a Santilli por Tres de Febrero que aún no está confirmada. En ese municipio, el intendente macrista Diego Valenzuela logró ser reelecto en 2019, pese al triunfo de los Fernández sobre Macri por 48,5% contra 37,6%. Lo consiguió gracias al corte de boleta municipal en su favor.
“Hay un núcleo que está muy triste y decepcionado, que si hoy volviéramos al 11 de agosto de 2019, votarían muy distinto”, aseguró Macri este viernes. Se lo dijo a Radio 2 de Rosario. La imagen del expresidente, pese a ese optimismo, sigue desplomada en el Gran Buenos Aires.
En el interior agrícola de La Provincia, en cambio, la foto con el ingeniero podría resultar más beneficiosa para Santilli. El espaldarazo mauricista funcionaría, se esperanzan en el equipo de campaña PRO, como un antídoto contra el crecimiento del radical Facundo Manes.
AF
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