El dueto Scioli-Tolosa Paz le apunta a La Cámpora sin criticar a Cristina, y se prepara para un enroque sobre el final
Es una coreografía difícil: preservar a Cristina Fernández de Kirchner, incluso elogiarla y reconocerla como jefa, pero criticar la oferta electoral y los modos de La Cámpora, la agrupación amadrinada por la vice. A esa tarea, voluntariosa pero sin certezas, se entregaron Daniel Scioli y Victoria Tolosa Paz en un movimiento que corona la decisión de funcionar, de aquí y adelante, como aliados y socios en una eventual PASO para definir las listas del Frente de Todos (FdT).
Tras varios días en que el embajador en Brasil se dedicó a resistir las presiones para que se baje y deje como candidato único a Eduardo “Wado” De Pedro -o quien decida la vice-, Scioli y la ministra de Desarrollo Social hicieron un movimiento para salir de la posición defensiva. Con el exgobernador ya lanzado como precandidato presidencial, Tolosa Paz hizo un anuncio oficial, aunque genérico, de que será postulante en la provincia de Buenos Aires. No especificó para que cargo pero, dio a entender, que sería para la gobernación.
La bruma sobre ese punto no es un dato menor. La mesa de campaña en la que interactúan los equipos de Scioli y de Tolosa Paz parte de un diagnóstico y trazan una proyección: advierten que De Pedro no es buen candidato y que sobre el final, Cristina hará un movimiento para que el postulante presidencial de ese espacio sea Axel Kicillof, actual gobernador que avisa, además, que quiere buscar un nuevo mandato en la provincia.
“Salvo Axel, que es el que mejor mide en la provincia y está bien a nivel nacional, Cristina no tiene candidato”, coinciden en los búnkeres del dueto que expresa la propuesta de una PASO para resolver las principales candidaturas del Frente de Todos (FdT). Eso supone un riesgo que planteó, incluso, un kicillofista: vestir un santo para desvestir otro. Es decir: mudar a Kicillof a la nacional abre un hueco que no es sencillo de llenar en la provincia.
En esa ecuación no parece azaroso que De Pedro, excepto el viaje que hizo el miércoles a el Chaco, donde apenas se vio con Jorge Capitanich, viene concentrando su campaña casi exclusivamente en la provincia de Buenos Aires como si, a la hora de priorizar territorio, no descartase que pueda tocarle otra tarea que no sea la de candidato presidencial. “Si bajan a Wado a la provincia, el resultado de las PASO está abierto”, se envalentona un operador de Tolosa Paz desde el búnker de la ministra a 100 metros de Casa Rosada.
Pautas
A duo, Scioli y Tolosa Paz contraatacaron para instalar la idea de que la PASO es inevitable. La clave, real o ficticia, es dar a entender que Cristina podría elegir tener una postura prescindente si no se logra, al final, una fórmula de síntesis y que las maniobras para evitar una competencia las impulsa Máximo Kirchner desde La Cámpora, con el objetivo de garantizar que haya listas -sobre todo de legisladores- que permitan pureza K y den certezas para el futuro, sobre todo si vienen tiempos de despoder.
“No vamos a permitir que nos pase como nos pasó con Bossio”, se la atribuye haber dicho a Máximo en referencia al puñado de diputados que en el verano del 2016 abandonaron el bloque del Frente para la Victoria (FpV). El caso del ex titular de ANSeS, señalado como caso testigo, trafica algunas peculiaridades: una refiere a que fue, durante años, un funcionario que reportó directamente a la vice; la otra, casi olvidada, reapareció en estos días y recuerda que Bossio se bajó de un día para el otro, de manera llamativa, de una potencial candidatura a gobernador bonaerense.
Es Máximo quien aparece como el más duro para evitar una PASO. Hizo dos movimientos al respecto. Dijo, ante intendentes del conurbano, que si alguien quería competir en una primaria presidencial tendría que inscribir boletas de candidatos en todos los tramos, de presidente a concejales. Se leyó, a priori, como un aviso a los alcaldes para que no se les ocurra sacarse fotos con Scioli. Sin embargo, a los jefes comunales, siempre muy celosos de sus territorios, no les simpatiza que les armen listas enfrente.
La otra cuestión la hizo circular e, incluso, se la explicitó -medio en broma, medio en serio- a Tolosa Paz, respecto a que estaba en análisis subir el piso de las PASO a 40%. En el sciolismo hubo consultas sobre si una acción de ese tipo podría ser objetada desde el punto de vista judicial, ya que históricamente el peronismo utilizó un piso estándar de minoría de 25%.
Hay, ahí, una lógica: si Scioli y Tolosa Paz desafían el mandato de Cristina se alinearse con los candidatos K, ¿por qué el espacio que tiene mayor volumen y dirigentes le cedería eso a sus rivales internos? Si, por caso, Kicillof fuese el candidato a reelegir como gobernador y la mayoría de los intendentes estuvieran en ese armado, ¿por qué le facilitarían las boletas y la estructura a Scioli y Tolosa Paz?
En La Cámpora afirman que con el mapa actual el embajador y la ministra no están en condiciones de armar listas en la provincia, y que se trata de un despliegue para tratar de negociar espacios. Scioli, que estuvo esta semana en Brasil con Alberto Fernández y Santiago Cafiero, niega que esté en sus planes bajarse para ser candidato a diputado. Tolosa Paz no descarta, en cambio, convertirse en la compañera de fórmula de Kicillof si hubiese una decisión de armar una “lista que amplíe”, dicen. Este jueves, por lo pronto, Kicillof aseguró que en este momento se trabaja para repetir la fórmula del 2019 con Verónica Magario.
El gobernador no fue demasiado enfático sobre eso. En La Plata, además, plantearon que la prioridad es reforzar la voluntad de Kicillof de competir en la provincia y que todo lo demás se irá despejando con los días.
PI
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