Del teatro de Gerardo Morales al libro de Mauricio Macri: JxC pone en escena la disputa interna que protagonizan el PRO y la UCR
El hombre, de camisa blanca, atravesó las puertas de ingreso al Gran Rex y megáfono en mano les habló a las personas que se agolpaban en la vereda y en plena calle Corrientes. “Para que esto sea una fiesta, mantengamos la calma y la tranquilidad”, suplicó. “Si se abren las puertas, en la manera en que estamos todos, esto puede ser una tragedia”, advirtió, y se ganó un rápido abucheo de los que se apretujaban para ingresar. La temperatura superaba los treinta grados, y entre el millar de militantes y dirigentes radicales que querían entrar estaban los diputados Ricardo Buryaile y Emiliano Yacobitti.
Aún faltaba al menos una hora para que el gobernador de Jujuy, Gerardo Morales, lanzara desde ese emblemático escenario porteño su precandidatura presidencial, pero sus correligionarios ya pasaban el mal trago con ácidos comentarios. “Si no puede gestionar el ingreso a un acto, ¿cómo quiere gestionar el país?”, se lo escuchó a un operador que camina constantemente por la provincia de Buenos Aires. “Qué mal que estuvo organizado esto”, se quejó una voz que conoce la rutina laboral del mandatario en su provincia. Muchos habían viajado toda la noche en colectivo desde la provincia norteña.
Las quejas se colaron incluso en el mismísimo discurso del titular del partido: ante un grito desde el auditorio, prometió que el próximo acto será en el Luna Park. Es probable que una cantidad similar al público que copó el teatro –tiene 3.262 butacas– se haya quedado afuera. Siendo el jefe del radicalismo un aliado de Horacio Rodríguez Larreta, no hubo críticas desde la Ciudad por el corte en el microcentro que generaron las distintas facciones de boinas blancas, cuando ese mismo día la Unidad Piquetera levantaba un acampe de tres días en la avenida 9 de Julio.
En tiempos de política por redes sociales, Morales armó un mitin político de los de antes, pero con rasgos de los de hoy: la G de su nombre con estética de Google fue el ícono de esa intención. Detrás de esa puesta en escena, la rosca política se manejó como lo hace habitualmente: entre bambalinas y con gestos entrelíneas. Porque en medio de la tensión UCR-PRO por el sinuoso armado en distintas provincias, y ante la necesidad del centenario partido de no ser “furgón de cola” del macrismo como en 2015, Morales buscó mostrar musculatura para una difícil pulseada que tiene a dos manos: convencer a las propias boinas blancas y desafiar a los aliados amarillos.
“El Gran Rex fue la despedida de soltero del que no se va a casar”, graficó una voz radical que se ubicó entre las primeras filas del teatro. Y como si hiciera falta evitar los eufemismos, aclaró: “Nadie le cree a Morales que sea candidato a presidente, porque el propio partido no quiere un candidato como Ernesto Sanz”. En la facción Evolución de Martín Lousteau –aliado del jujeño– fueron menos dramáticos: “Juega una ficha a ver si sale, esto es crecer en las próximas dos semanas para ver hasta dónde puede llegar”.
El Gran Rex fue la despedida de soltero del que no se va a casar
Al menos para la foto, Morales logró sentar en las butacas principales a los accionistas radicales más importantes. Pero la unidad tiene sus sombras. El espacio de Lousteau ocupó un nutrido grupo de la primera línea de gradas a la derecha –con el propio senador y candidato en CABA junto a los diputados Rodrigo de Loredo, Martín Tetaz, Martín Berhongaray y Maxi Pullaro–. El disidente “grupo Malbec” cedió lugares y apenas contó con los gobernadores Rodolfo Suárez (Mendoza) y Gustavo Valdés (Corrientes), y los senadores Alfredo Cornejo y Luis Naidenoff, mentores del coqueteo con Patricia Bullrich. La ausencia más notoria fue la de Facundo Manes, que si bien no es orgánico, fue el radical más votado en 2021 con su expertise en PBA.
“La tensión –que se notó en las caras de los ilustres– es porque el eje Lousteau-Morales expulsa a los demás de la mesa de Larreta. Entonces se armó el polo Malbec, porque encima Patricia ‘da la impresión’ de que anda mejor que el Pelado”, leyó la postal un vocero radical neutro. “El acto estuvo bien y fue muy distinto al discurso de Costa Salguero que despertó enojo en el partido”, comentaron entre los disidentes al jujeño, recordando cuando Larreta se apareció en el homenaje a Raúl Alfonsín.
Otra fuente que también asistió a la obra teatral de Morales lo analizó, por la opuesta, en tres actos: “1) Le demostró a Manes que está solo y que el sector que más moviliza es Evolución. 2) Le mostró a Larreta la extensión federal de la UCR. 3) Le dejó en claro a Bullrich que los Malbec no sacan los pies del plato”. El espacio de Lousteau festejó su convocatoria con un ágape post-teatro en una parrillada de Palermo.
Un “coto” al PRO
Quien sí estuvo –pero no– fue Elisa Carrió. Mientras muchos se agolpaban en la entrada principal, la líder de la Coalición Cívica entró al teatro por un ingreso exclusivo. En el estacionamiento lateral al Gran Rex hay –flanqueados por seguridad– accesos directos al teatro vía ascensor y escalera. La dirigente fue directamente hasta el camarín de Morales, acompañada por el diputado Maximiliano Ferraro, también presidente de su partido; la diputada provincial Maricel Etchecoin, y el concejal por La Matanza Héctor Toty Flores –quien luego se ubicó en la primera fila de las butacas–. Lilita estuvo el tiempo suficiente para las fotos y terminó la jornada en el clásico bar Los Inmortales. “Carrió nunca va a ir a un acto sin buscar cierto protagonismo. Ella no se iba a exponer en un lugar donde mucho no la quieren. Era lógico que entrara de canuto”, comentó una voz que conoce su recorrido.
“Fórmula no hay nada. Son dos precandidatos”, aseguró un testigo de la foto con el gobernador jujeño. La visita de Carrió fue pensada para dar un mensaje hacia la interna de JxC: reforzó el pacto bilateral que forjaron en el verano y fue un tiro por elevación al PRO, principalmente al polo Macri-Bullrich. “La preservación de su identidad (por la UCR), como la de la nuestra (por la CC), es indispensable para que la alianza de JxC no se aleje ni a los extremos de la derecha y a los extremos de la izquierda”, tuiteó Lilita tras verse con Morales.
Conscientes de que juegan desde atrás contra las poderosas escuderías amarillas, Morales y Carrió quieren explícitamente que en la coalición opositora haya fórmulas cruzadas. “Queremos ponerle un coto al PRO”, afirmó un lilito incondicional. “En el radicalismo todos prefieren tener dos candidatos a vice, uno para Larreta y otro para Patricia”, planteó un vocero de la UCR adelantando lo que podría venir.
Aunque estén alineados con Larreta, ni Morales ni Carrió serían su partenaire. El radical, porque un binomio masculino –admiten en Uspallata– sería claramente machista para los tiempos actuales. La ex-radical, porque creen que aportaría más desde fuera de la gestión. Un nombre anotado es el de la senadora radical Carolina Losada, pareja del “Malbec” Naidenoff y otra de las ausencias llamativas en el Gran Rex. También le viene siendo esquiva al alcalde: tenían programada una reunión hace días en Reconquista, pero la legisladora por Santa Fe se excusó para atender la crisis del narcotráfico en Rosario.
Si acepta conformar una fórmula mixta, Bullrich no tiene los mismos dilemas de su contrincante. Genera simpatía entre los radicales disidentes y ella admitió públicamente que pensó en Cornejo como su vice, aunque el mendocino busque ser nuevamente gobernador de su provincia.
Mueve el PRO en Córdoba
Ahora que Morales movió decididamente su ficha en el tablero de JxC –y a su manera también lo hizo Carrió–, Larreta y Bullrich harán su juego en las próximas horas. Será Córdoba el escenario en que se moverán los dos precandidatos amarillos, pero por separado. El jefe de gobierno se mostrará esta noche en La Falda para levantarle la mano al intendente Javier Dieminger en su casi segura reelección. El dato es que no es un intendente del PRO, sino del radicalismo, y específicamente de Evolución, bajo el amparo de De Loredo. Traducción: otro guiño de Larreta a Lousteau, que es la prenda de cambio en la negociación con Morales para que la territorialidad de la UCR juegue a su favor.
La Falda será la última escala de la gira “descontracturante” que hace todos los fines de semana Larreta: esta vez le tocaba por Ayacucho –por la fiesta nacional del Ternero y Día de la Yerra–, Mar del Plata y Tandil. En Uspallata le restaron importancia al escrache que sufrió el alcalde en un bar de San Telmo. Su intención de fondo es meter un bocado propio en el armado de JxC en Córdoba, donde la oposición cree que tiene chances reales de ganarle al candidato de Juan Schiaretti, Martín Llaryora.
Tras Larreta, será Bullrich la que visite Córdoba este lunes. El arribo de los dos precandidatos de PRO en menos de 24 horas revela el interés por la provincia que Macri definió como su “segunda casa”. Es que el acuerdo entre Luis Juez y De Loredo podría dejar sin nada al partido amarillo. El senador y el diputado acaban de recibir los resultados de una encuesta que encargaron para definir cuál de los dos será el candidato a gobernador por el sello. El método es una rareza, cuando JxC parece romperse cada vez en más provincias. Aún genera ruido la situación en Salta, donde el PRO dio el portazo porque la UCR se alió al massista Matías Posadas bajo el sello cambiemita. El viernes circularon con malicia por WhatsApp fotos viejas de Posadas muy sonriente con Larreta y hasta con Fernán Quirós. Olor a traición.
La encuesta Juez-De Loredo, pagada por ellos mismos, dio su sorpresa: fue un “empate técnico”. “Ambos candidatos lideran la intención de voto y tienen competitividad superando al candidato de Hacemos por Córdoba. La diferencia entre ambos es menor a un punto: Rodrigo de Loredo en escenario individual tiene un diferencial frente al oficialismo de +1,8%, mientras que el diferencial de Luis Juez es del +2,7%”, destaca el informe conocido este sábado. Ahora la incógnita es qué harán ambos legisladores, porque ninguno querrá “bajarse” a la capital mediterránea. Si se juntan, la fórmula Juez–De Loredo supera por 6,1% a la fórmula Llaryora-Vigo; y el binomio De Loredo-Juez tiene una diferencia positiva de 4%.
El dilema alcanza a los visitantes amarillos de las próximas horas. “Horacio le va a aconsejar a Rodrigo que vaya a la intendencia”, aseguró un armador larretista en las provincias. Una versión indica que por pedido de Larreta, Juez le habría ofrecido al amarillo Pedro Dellarossa, el ex jefe comunal de la ciudad de Marcos Juárez –el “Km. 0” de JxC–, ser su compañero de fórmula. Si el diputado va a la intendencia, a su vez sería un desafío a la UCR de Mario Negri, que quiere el cargo para su hijo Juan, legislador local.
La postura que exprese Bullrich mañana será la de Macri, que solo difiere de Larreta en los porqué. “Mauricio no quiere a Juez. Va a ser lo imposible para que De Loredo vaya a la intendencia, para asegurarse la relación con el ‘Gringo’ Schiaretti”, comentó un operador. Al parecer, al ex mandatario –que es abstemio– no le gustó el spot de los postulantes cordobeses preparándose un fernet con coca. Un conocedor de las campañas electorales también criticó que al acting le faltó que los dos choquen sus espumosos vasos para un brindis.
Pero es difícil imaginar que ese detalle el ex presidente haya sido el motivo por el que canceló a último momento la visita a la provincia mediterránea, que tenía en agenda para el martes. Mejor no despertar suspicacias. Donde sí lo esperan es en Rosario, mañana, para hablar de su libro “Para qué”, en un evento organizado por la Fundación Libertad. Al salón Metropolitano asistirá toda el universo cambiemita santafecino, sean macristas o radicales. Nadie cree que Macri haga alusión explícita a su futuro político, sino que se centrará en la crisis narco. ¿Irá Losada, que le fue esquiva a Morales y Larreta en los últimos días? “Recién hoy me invitaron, voy a tener que ir”, comentó un importante radical de la provincia, el miércoles pasado, cuando se paraba de su butaca en el Gran Rex. En JxC se enredan en disputas políticas, pero también se entretienen en el teatro y presentaciones de libros.
MC
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