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Vacunas de privilegio, expediente Lomas: la verdadera historia de la vacunación de los Duhalde

Eduardo Duhalde / Alberto Fernández

Andrés Fidanza / Pablo Ibáñez

3 de marzo de 2021 17:43 h

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Tres personas llegaron al caserón de los Duhalde en Lomas de Zamora. Ocurrió el 1° de febrero a las ocho de la noche. Uno de los varones jugaba de local: era el histórico secretario privadísimo de Eduardo Duhalde, Carlos Mao, un dirigente que todavía le hace de asistente al expresidente. Él fue quien gestionó la visita sanitaria, con el visto bueno del exministro de Salud Ginés González García. El otro era un funcionario del Ministerio nacional: Alejandro Salvador Costa, el por entonces subsecretario de Estrategias Sanitarias. Es decir, era el segundo de Carla Vizzotti, antes de que la especialista en vacunas reemplazara a González García. El tercero, un empleado técnico, encargado de aplicar las vacunas. 

La visita constituyó un delivery antiCovid-19. ¿Un delivery solicitado por los Duhalde? Tanto Eduardo como su esposa, la exsenadora Hilda “Chiche” González aseguran que no. De ahí, el argumento lacónico que dio el exgobernador bonaerense: “Yo no gestioné ninguna vacuna, que explique el Gobierno qué pasó”.

Según averiguó elDiarioAR, González García fue quien dio la orden para vacunar a Duhalde y su esposa. Su trayectoria es conocida: antes de ser ministro de Alberto Fernández y de Néstor Kirchner, el sanitarista había ocupado esa cartera durante la breve presidencia de Duhalde, con quien compartió ruta en la militancia peronista. Fue Ginés, en persona, quien le indicó a Costa que fuera al domicilio particular del ex presidente. “Un ex presidente merece un trato preferencial”, se justificó, cuando todavía era ministro, González García.

Carlos Mao fue el encargado de comunicarle al matrimonio Duhalde que ese día se concretaría la vacunación a domicilio. Fue Mao, de acuerdo a lo que este medio recabó de fuentes nacionales y bonaerenses, quien antes solicitó sin éxito otros turnos express. Lo hizo en el Municipio de Lomas de Zamora y en la gobernación de Axel Kicillof. Pero en ambos casos rebotó.

Hasta que encontró recepción en Salud de Nación: el primer día de febrero llamó a los Duhalde por teléfono y les dio la noticia. Se los anticipó a las seis de la tarde. Dos horas después, al expresidente, a Chiche Duhalde y al secretario Mao se les aplicaba la primera dosis de la Sputnik V. Lo hizo el empleado técnico de Salud que visitó el caserón de Lomas, bajo supervisión de Alejandro Costa.

Tras la difusión del escándalo de los vacunados VIP, entre los que se conoció el nombre de la familia Duhalde, la administración de la segunda dosis quedó en un limbo. Pero aquel primero de febrero dos personas más fueron vacunadas, además de Mao, Eduardo y Chiche Duhalde. ¿Quiénes? Dos de los cuatro hijos del matrimonio: María Eva y Juliana Duhalde. Ambas son ajenas al mundo de la política. María Eva es nutricionista; a los 48 años, Juliana se está por recibir de psicóloga. Ambas estaban de visita en la casa de sus padres. Y si bien no pensaban ser vacunadas, recibieron casi de rebote la primera dosis de la Sputnik. 

El motivo parece sacado de una comedia de enredos. La vacuna rusa viene en un tubo único con cinco dosis. Una vez descongelado y abierto esa suerte de frasco, las dosis deben utilizarse. Tras su aplicación a Eduardo, Chiche y Carlos Mao, sobraban dos. Y debían aplicarse o descartarse. Chiche entonces sugirió que una se la dieran a Costa, en ese momento segundo detrás de Vizzotti. Pero el funcionario ya estaba vacunado. ¿Qué resolvieron? Inmunizar a María Eva y Juliana. Así fue como el apellido Duhalde se repitió cuatro veces en la lista de vacunados de privilegio que fue difundida por Vizzotti apenas asumió.

Es, o parece, una excusa insólita. La misma fue invocada cuando se vacunaron a las burbujas de funcionarios. Hubo un caso que también despertó polémica: el staff del ministro de Economía, Martín Guzmán. Suena a tecnicismo, y hasta puede ser una excusa conveniente, pero hay un hecho real: el modo de presentación de las Sputnik V es de cinco dosis juntas, a una temperatura de entre 12 y 18 grados bajo cero. Eso obliga a que, una vez descongelada la vacuna, no pueda volver a guardarse. Y si pasa más de media hora sin uso, pierde eficacia. Simple: se usa o se tira.

En Salud y en Casa Rosada eximen de responsabilidad a Costa porque actuó “por pedido de Ginés”. En estos días, sin embargo, lo rodearon versiones de renuncia o desplazamiento. Un detalle acrecentó esa hipótesis: fue el dos de Vizzotti y cuando la secretaria ascendió a ministra, se daba por hecho que Costa ocuparía la secretaría que Vizzotti dejó vacante. Pero eso no ocurrió: la butaca quedó reservada para Sandra Tirado, una legisladora tucumana.

En su objetivo de abrir el juego a las provincias y dejar atrás el escándalo de los vacunados de privilegio, la ministra Vizzotti pareció relegar a Costa. Entre otros motivos, por haber sido el encargado de vacunar a Duhalde, uno de los casos emblemáticos de la lista VIP. Mientras tanto, la ministra transita la infección del Covid-19 en su casa con algunos síntomas leves. Vizzotti recién retomaría funciones la semana próxima. 

Hasta el martes a la noche, en Salud y en Casa Rosada descartaban la salida de Costa. “Se queda”, aseveró una fuente oficial del entorno de Vizzotti. Cerca del presidente afirmaron lo mismo. Pero a la vez deslizaron una duda, a raíz de otro factor: que el propio funcionario decida dejar su cargo, por el desgaste que le causó el capítulo de la vacunación en Lomas de Zamora.

AF / PI

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