Desde hoy las grandes empresas deberán contar con guarderías para los hijos de sus empleados
El pasado jueves 16 de marzo, el Gobierno Nacional, la Confederación General del Trabajo de la República Argentina (CGT), la Unión Industrial Argentina (UIA) y la Cámara Argentina de la Construcción (CAMARCO) firmaron un acuerdo para garantizar el cumplimiento del decreto 144/2022, reglamentado hace un año. Esta normativa establece que, a partir del jueves 23 de marzo, las empresas con 100 o más empleados deberán ofrecer espacios de cuidado para niños durante la jornada laboral, en línea con el artículo 179 de la Ley de Contrato de Trabajo N°20.744.
Aquellas empresas que todavía no cuenten con guarderías o salas maternales en sus establecimientos podrán reemplazar esta obligación por el pago de un reintegro no menor al 40% del salario mensual correspondiente a la categoría “Asistencia y Cuidados de Personas”. En caso de que el gasto incurrido por el empleado sea menor a esta cifra, la empresa deberá cubrir la totalidad del monto. Esta flexibilización estará disponible hasta el 31 de julio de 2023 ─plazo máximo de transición─ o para aquellos trabajadores que realizan teletrabajo.
“Contar con sistemas integrales de cuidado permite generar un impacto positivo en los derechos de niños, niñas y adolescentes y favorece la igualdad de género a través de la promoción de una mayor corresponsabilidad de los ciudadanos”, advirtió Carolina Aulicino, Oficial de Políticas Públicas del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF).
A pesar de estos beneficios, sólo el 5% de las empresas de Argentina cuenta con espacios de cuidado infantil u ofrece la mencionada compensación económica para costear el servicio. Así lo indica el informe “Acá ganan todos” de UNICEF y el Equipo Latinoamericano de Justicia y Género (ELA), que reúne la experiencia de 6 empresas ─MIMO & CO, AYSA, INVAP, Mercado Libre, Comité Argentino de Arándanos y Mirtrans─ con guarderías y salas maternales para los hijos de sus empleados.
Como indicó la especialista, la implementación de centros de educación y cuidado infantil en los casos analizados generó amplios beneficios para las mujeres, quienes, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC), dedican, en promedio, el doble de tiempo por día que los hombres para tareas domésticas y de cuidado no remuneradas.
La división sexual del trabajo, junto a la demarcación liberal de las esferas pública y privada, condujo a que la labor reproductiva se pensara históricamente como un asunto privado y fenemino. Esta asignación desigual de las tareas de cuidado redunda en menor tiempo para el estudio y mayores dificultades para insertarse en el mercado de trabajo. Las mujeres, así, terminan ocupando cargos de menor jerarquía, en condiciones más precarias e ingresos más bajos. Esto conlleva a que, como destacan autoras feministas como Moller Okin, sea más racional en términos económicos que el hombre salga a trabajar y la mujer permanezca en el hogar.
La creación de guarderías y salas maternales en las empresas rompe con ese ciclo de género ya que permiten que la responsabilidad por las tareas de cuidado sea compartida por agentes públicos y privados: el Estado, las familias, las empresas, los sindicatos y las organizaciones comunitarias. Las mujeres, de este modo, quedan relevadas de sus tareas hogareñas durante la jornada laboral y logran conciliar su vida familiar y su empleo. “Todas las acciones que asisten, sobre todo a las trabajadoras, en complementar los cuidados fomentan las carreras de las mujeres, que podamos estar consideradas, por ejemplo, para liderar proyectos”, destacó Flavia de Desarrollo y Bienestar de INVAP.
La disponibilidad de áreas de cuidado también produce beneficios para la empresa. Según lo expresado por Carolina Pascotto, Directora Pedagógica en Diálogos, Jardines Maternales y de Infantes, en el informe de UNICEF y ELA, la posibilidad de visitar a sus hijos en los jardines y salas maternales ofrecidos brinda mayor tranquilidad a los empleados, especialmente las mujeres, lo que aumenta su concentración y productividad. “El jardín nos cambia la vida: no venimos ni preocupadas, ni angustiadas ni nada. Listo, dejé a mi hijo en el jardín, ahora voy a laburar mis ocho horas, sabiendo que cualquier cosa me llaman, que estoy acá”, coincidió Eugenia del Departamento de Marketing y Eventos de MIMO & CO.
Relevar a los trabajadores de sus tareas de cuidado durante la jornada laboral contribuye, también, a reducir el ausentismo y la rotación de personal. Estas dos ventajas, permiten, a su vez, aumentar la fidelización de los empleados, armonizar las relaciones laborales y mejorar el clima de trabajo en el establecimiento. “Cuando los nenes festejan el cumpleaños e invitan a los compañeritos del jardín, te encontrás con el gerente, el operario, la de administración, la de recepción, la de limpieza, y están todos en mancomunión como mamás o papás del colegio”, explicó Laura Miedziak, responsable del área e Sustentabilidad de la empresa de textil.
El cumplimiento de lo establecido en la Ley N° 20.744 también beneficia a los niños y niñas, que asisten a los centros educativos y de cuidado proporcionados por las empresas, y a sus familiares. La actual ausencia de este tipo de instalaciones conduce a que en el 21% de hogares con menores, tengan lugar situaciones de cuidado inadecuado ya sea porque los niños se quedan solos o porque están al cuidado de hermanos que todavía no alcanzaron la mayoría de edad. Cargar a los hermanos mayores con las tareas de crianza fomenta el abandono escolar y atenta contra su calidad de vida en tanto les resta tiempo de ocio y se les asignan roles que no se corresponden con su edad.
El acceso a servicios de guardería y educación inicial dependientes de la empresa, además, ayuda a que los hijos de los trabajadores gocen de cuidados y aprendizajes de calidad. “Este jardín es un diez (...) no sería lo mismo si los estuviera cuidando, por ejemplo, mi mamá: en la parte pedagógica y educativa suman un montón. Este jardín en sala de tres ya tiene inglés, cuando van creciendo tienen otras propuestas que complementan y tienen educación ambiental, música desde sala de más chiquitos y educación física”, destacó Agustina, empleada del área de e-commerce de MIMO & CO, sobre el servicio ofrecido por la empresa.
En Uruguay, país pionero en el reconocimiento del cuidado como un derecho y una función social, la calidad de estos centros educativos y de cuidados asociados al mundo laboral están garantizados por los lineamientos provistos por el Instituto del Niño y Adolescente de Uruguay (INAU). Los sindicatos, organizaciones de la sociedad civil y las empresas, como co-gestores de los centros SIEMPRE ─servicios socioeducativos para menores del país─ deben invertir en infraestructura que cumpla con estos criterios.
Argentina podría tomar como referencia la experiencia del país vecino para garantizar una correcta implementación del decreto nacional para las empresas con 100 o más empleados. La creación de espacios de cuidado permite revertir el vínculo precario de las mujeres y los trabajadores en general con sus lugares de trabajo y, así, potenciar los beneficios que ellos pueden generar para sus familias y la economía en su conjunto.
ACM/MG
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