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Larreta post-carnaval: un lanzamiento apurado y la necesidad de anticiparse a Bullrich, la UCR y Milei

Larreta, este sábado en la Quebrada de Humahuaca, celebrando el carnaval junto al radical Morales.

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Después de los coloridos trajes carnavalescos, Horacio Rodríguez Larreta se pondrá el traje de candidato presidencial. Por primera vez desde que comenzó a mostrarse como aspirante a la Casa Rosada, el jefe de gobierno porteño admitirá públicamente que competirá en las PASO de agosto. El anuncio oficial será entre el miércoles y jueves de la corta semana hábil, luego de los feriados de carnaval, en los que el alcalde tenía en agenda pasar por las fiestas de Jujuy y Gualeguaychú, además de una escala por Córdoba. 

Según supo elDiarioAR, el lanzamiento será con una movida en redes sociales, emulando lo que hizo Diego Santilli el miércoles pasado para la competencia por la provincia de Buenos Aires. El alfil bonaerense del alcalde porteño buscó generar ruido virtual durante todo el día con placas rojas al estilo Crónica TV y el concepto #FaltaMenos. Llegó a ser la segunda tendencia en Twitter, festejaron a su alrededor.

Pero el tono disruptivo que Larreta le impregnará al comienzo formal de su campaña electoral –ya en enero se mostró en la Costa haciendo surf o cantando folklore en las sierras cordobesas– esconde por detrás el desafío político que tiene para instalarse como el principal candidato opositor. La interna amarilla con Patricia Bullrich está cada vez más pareja, el radicalismo quiere hacer valer sus acciones en Juntos por el Cambio, y el factor Javier Milei no deja de ser una preocupación. Larreta acelera su lanzamiento más por necesidad que por convicción.

“Queremos que la gente sepa oficialmente que es candidato y que él ya se sienta cómodo con el traje puesto”, argumentaron cerca del jefe de gobierno en la previa al anuncio formal. “Se va a colocar el traje, pero no es un lanzamiento”, acotó otro vocero. 

En Uspallata admiten entre líneas que ponerse explícitamente en la línea de largada tiene que ver con que evidentemente ya no es el único competidor con chances en representar a la coalición opositora en las generales de octubre. “No hay tensión, pero sí atención puesta en que en algunas encuestas Patricia mide bien”, reconoció un operador.

La guerra de las PASO

La primera meta, entonces, es la PASO presidencial. “Es nuestra guerra”, comentó un larretista, sabiendo que hoy la pelea para despejar la duda sobre el dominio político del PRO –y eventualmente de JxC– está empantanada. Bullrich es atractiva para el electorado más duro de la oposición y ni que hablar lo que puede generar una postulación de Mauricio Macri, que jugará al misterio por lo menos un mes más. Aunque no cree que el ex presidente juegue, Larreta también piensa en dar un mensaje interno con su lanzamiento.

En el búnker de Bullrich –a las vistas, con mejor sintonía con Macri– se frotan las manos viendo las piruetas electorales de Larreta. “Ellos tenían un plan de que en marzo se lanzaba como único candidato del PRO, de que Horacio medía, tenía mucha plata y todo el aparato de la Ciudad para ganar caminando… pero se ve que no les resultó”, echó tierra un armador de la ex ministra de Seguridad y actual presidenta del partido.

Sin la vidriera ni el presupuesto de CABA, la campaña de Bullrich, a priori, tiene un brillo más low cost. En su equipo la llaman “no tradicional”. En los últimos días se paseó por Entre Ríos en la Fiesta de la Artesanía, se reunió con el embajador estadounidense Marc Stanley y visitó a Julio María Sanguinetti en Uruguay. El jefe de gobierno se encontró con el diplomático norteamericano este sábado en Jujuy. “La gente ya sabe que Patricia es candidata, ni siquiera tenemos agendado ni planificado un lanzamiento de campaña”, comentó un operador. “PASO va a haber sí o sí”, desafió un halcón al palomar porteño. 

Pese a la feroz pelea política, que solo parece que las primarias nacionales podrán resolver, el jefe de gobierno y la ex ministra mantienen vasos comunicantes. Ambos designaron como interlocutores a Fernando Straface –secretario general y de Relaciones Internacionales de CABA– y a Juan Pablo Arenaza –diputado porteño–. 

Se vieron las caras la semana que pasó, justo después de que Larreta y Bullrich se sacaran chispas el martes en un Zoom amarillo por los armados provinciales. El caso paradigmático es Mendoza, donde el larretista Omar de Marchi quiere abrirse del frente cambiemita local, dominado por la UCR y que ya tiene al senador Alfredo Cornejo –de narrativa bullrichista– anotado para ser el gobernador. 

La discusión escaló al punto que hasta Macri intentó mediar. Pidió que se respeten los acuerdos provinciales, supo elDiarioAR. El ex mandatario abonó la línea Bullrich: que se “cuiden” los distritos donde a JxC le puede ir bien. Aunque Mendoza es un tema de preocupación, tiene PASO institucionalizada, lo que no ocurre en Córdoba, donde el autónomo Luis Juez y el radical Rodrigo de Loredo quieren ser el opositor que suceda a Juan Schiaretti. 

En esa trama, Larreta deja correr la pelota. “Se hace el boludo”, confió un involucrado directo en la discusión. Sin embargo, el jefe de gobierno pisó en falso en el primer test electoral del año. El domingo pasado en La Pampa su candidato Martín Maquieyra fue apabullado frente al radical Martín Berhongaray. Es verdad que apenas hubo un puñado de miles de votantes –la abstención fue la noticia destacada–, pero el daño simbólico ocurrió: envalentonó a la UCR a hacer valer su poder territorial.

“La Pampa los hace jugar”, dijo un larretista sobre los radicales, en la previa a la foto obligada de este fin de semana de Larreta con el jujeño Gerardo Morales. Este sábado ambos presenciaron el “Desentierro del Diablo” del carnaval en Purmamarca y cuando bajaron del cerro se mezclaron entre la comparsa.

¿Habrán ofrendado su acuerdo político a la pachamama? “El Pelado tiene fama de buen pagador”, comentó un vocero, pensando en que es más conveniente tener el aparato radical como aliado y no como otro contrincante. Qué hará la UCR será un misterio hasta la próxima convención partidaria, planeada para abril/mayo. Las alianzas y las listas cierran en junio.

El calendario y Milei

El calendario también dice mucho del lanzamiento de Larreta. Como ya contó elDiarioAR el jueves, no está descartada la posibilidad de un desdoblamiento de los comicios porteños con los nacionales. Para su proyecto presidencial, que se elija su sucesor el mismo día que al próximo inquilino de la Casa Rosada podría traccionar un importante caudal de votos a su boleta. 

Pero la herencia de CABA también es una discusión abierta que involucra, en distintos niveles, a Macri y a la UCR. Para evitar resquemores en el terruño amarillo, en Uspallata aseguran que la fecha tendrá que ser consensuada en el seno del PRO; es decir, en acuerdo con el mismísimo Mauricio. Además, está el eslabón del radical Martín Lousteau –clave en la posible alianza Larreta-Morales–, quien parece más competitivo frente a Jorge Macri y Fernán Quirós, entre los demás amarillos que hay anotados. 

Larreta puede vivir un déjà vu: en 2015 se enfrentó en una primaria con Gabriela Michetti para definir quién sucedía a Macri en la extinta Bolívar 1. En aquella oportunidad, el por entonces jefe de gobierno adelantó las elecciones locales para generar cierto “aire victorioso” que le dé envión para las nacionales. Le salió bien. Pero los porteños acudieron a las urnas seis veces en un año, un riesgo que en el clima actual de rabia social anti-política podría beneficiar a Milei.

El libertario sacó casi 17 puntos en la Ciudad en 2021 y su poder de atracción parece acrecentarse cada día, replicando esos números tanto en PBA como en todo el país. “Cuando se lancen todos los candidatos y Milei tenga que empezar a mostrarse y decir las locuras que siempre dice, va a empezar a caer”, confió un vocero porteño, que sabe de intentos de acercamiento con el diputado nacional. 

El lanzamiento de Larreta también tiene en cuenta ese factor indomable. “Es muy difícil hablar con él. No tiene interlocutores válidos y él solo concentra todo”, dijo la fuente, al recordar una reunión en la que Milei se levantó y dejó plantado a su contraparte: “Es un loco de la guerra. Un llanero solitario”.

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