Massa, en el Congreso: “Quisimos ser conservadores y prudentes” con la inflación del 60% para el 2023
Pasaron 56 días desde que Sergio Massa dejó su lugar como presidenta de la Cámara de Diputados y asumió al frente del Ministerio de Economía. Él mismo recordó ese corto plazo, apenas comenzó este miércoles a defender su proyecto de Presupuesto 2023 en el Congreso.
Habló durante tres horas exactas -entre las 14.30 y las 17.30- en las que hizo una cerrada defensa de su estimación de gastos e inversiones, ponderó el índice de inflación que prevé para el año próximo y hasta le tendió una mano a la oposición, consciente de que el Frente de Todos necesita un amplio acuerdo parlamentario para sancionar el Presupuesto y evitar el fracaso del año pasado.
Massa ingresó al salón Pasos Perdidos, contiguo al recinto de la Cámara baja, saludando personalmente a cada uno de los presidentes de bloques. Buscó mostrarse en confianza. Al radical Mario Negri, por ejemplo, le dio un beso en la cabeza. También compartió un diálogo con las otras dos espadas de Juntos por el Cambio, el macrista Cristian Ritondo y el lilito Juan Manuel López. “Tenemos que acordar entre oficialismo y oposición un rumbo económico de diez años”, expresó Massa ya sentado frente al micrófono principal, en el primer tramo de su exposición. Buscó por momentos dar un mensaje con cierto tinte electoral, o al menos de apertura política.
Al tigrense lo acompañaban a su lado su reemplazo en la Cámara baja, Cecilia Moreau, y el titular de la comisión de Presupuesto, Carlos Heller. En la primeras filas lo escuchaban no solo referentes de la oposición, sino también figuras claves en el oficialismo de Diputados. Estaban Germán Martínez, jefe del bloque del FdT, y su segunda, Paula Penacca, referente de La Cámpora, lo que presupone que el kirchnerismo duro acompañará la iniciativa. El fracaso de la ley el año pasado fue con Máximo Kirchner a la cabeza de la fuerza, y el hijo de la vicepresidenta luego se alejó del cargo por diferencias con el acuerdo con el FMI, refrendado en el proyecto massista.
De hecho, el Fondo fue uno de los cuatro ejes clave para la próxima década de los que habló el ministro: proteínas, energía, minerales y el acuerdo con el FMI. “Argentina tiene la oportunidad de ser un jugador central”, ponderó sobre la posibilidad del país de exportar materias primas, luego de detallar el impacto que tuvo en los últimos meses la guerra en Ucrania y los efectos de la pandemia: habló de unos 20 mil millones de dólares.
La cruz del 2022 y la inflación
Massa no tardó en buscar hacerle un guió a la oposición y criticó veladamente a Martín Guzmán. “Cuando no hay una hoja de ruta predefinida por el Congreso, se producen situaciones de tensión dentro del Ejecutivo que terminan influyendo negativamente en el funcionamiento del Estado”, dijo a modo de “aprendizaje” hacia sus rivales políticos, aunque los consideró aún “compañeros de trabajo”. Y se permitió una confidencia, ya que el fue el único titular de Diputados que no logró aprobar la Ley de Leyes en la historia: “El fallido Presupuesto 2022 lo llevo como una cruz”.
Señaló que por lo que sucedió el año pasado, que obligó al Gobierno a extender el Presupuesto 2021 vía decreto, en el mes de julio -justo al momento de la renuncia de Guzmán- hubo “un desborde fiscal del 12,4%”. “Cuando no hay una hoja de ruta, lo que termina pasando es que quien tiene mayor presión consigue imponer dentro del ámbito del Poder Ejecutivo su objetivo”, admitió, sin entrar en detalles.
“Pretendemos que el 2023 transcurra con un mecanismo ordenado del Estado y con metas previsibles”, dijo tratando de sintetizar la norma que prevé un crecimiento de la economía de 2% del PBI, una inflación promedio de 60% y un déficit fiscal del 1,9%. La meta de déficit primario está por debajo del 2,5% estimado para 2022 y, según la propuesta del texto, esa mejora se logrará por un incremento superior en los ingresos que en el gasto.
“Vamos a buscar una desaceleración de la inflación”, prometió. Señaló que uno de sus objetivos es el de “trabajar para la recomposición del ingreso en la Argentina”, tras advertir que “la caída de los ingresos en últimos seis años han sido muy importantes”. Llegó a decir que su estimación de la inflación del 60% es “conservadora y prudente”.
También mencionó la suba de tarifas para el 2023. “No queremos que la gente pague más, sino que se ahorre, porque eso significa menor impacto en la tarifa y en el gasto público”, planteó. Y dijo que sigue abierto el registro público para pedir mantener el subsidio a la energía en los hogares.
El ministro consideró que el Presupuesto es “prudente” y “realista”. Dijo que esta planteado “con una enorme responsabilidad respecto al rol que tiene el Parlamento a la hora de aprobarlo”. No dejó de hacerle guiños a la oposición, teniendo en cuenta la necesidad que tiene el Frente de Todos de sumar aliados claves para aprobar la iniciativa. Lejos de mostrar una postura cerrada, en Juntos por el Cambio ya consideraron “razonable” la estimación de gastos e inversiones, lo que aseguraría su sanción. En todo caso, el oficialismo deberá pescar en la pecera de los bloques chicos, como ya hizo otras veces: Provincias Unidas, Interbloque Federal y el Movimiento Popular Neuquino.
En varias oportunidades el tigrense buscó darle un tono personal a su exposición. En un momento tomó agua y admitió: “Haber cambiado de sombrero me genera nerviosismo y se me seca la boca”. Al inicio, dijo que la situación le generaba “lembranza”. También aseguró que como jefe de Hacienda está dando “las últimas pisadas” en su vida política.
Anuncios y cruces
Entre sus anuncios, el ministro ratificó el envío al Congreso de un proyecto que busque “ampliar los consensos en cuanto a GNL, hidrógeno verde y gris y reservas de hidrocarburos”. También adelantó que en febrero el país licitará el 5G para las telecomunicaciones. Dijo que en octubre habrá desembolsos de organismos internacionales como el BID, de los que gestionó en su reciente viaje a Estados Unidos. Además reconoció que está negociando la deuda con el Club de París “para aliviar pagos del Estado”.
Anunció que el viernes pondrá en marcha “un régimen de comercio que le dará previsibilidad a la economía para todo el 2023” a través del Sistema Integral de Monitoreo de Importaciones (SIMI). La intención es “asegurar que cada dólar disponible vaya a la producción”, justo en un momento de fuerte escasez de divisas. Por caso, defendió la construcción del gasoducto Néstor Kirchner y evaluó que el año que viene permitirá ahorrar más de 2300 millones de dólares.
Uno de los pocos cruces en su exposición fue cuando se abrió la oportunidad de preguntas y los legisladores del Frente de Izquierda-Unidad le reprocharon su actitud en el conflicto por los neumáticos. Ayer el ministro dijo que abriría las importaciones si no se resolvía la negociación salarial. “Si tienen buena fe que se sienten a la paritaria”, les espetó al Sutna, de vinculación con el Partido Obrero, mientras Romina del Plá y Myriam Bregman lo cuestionaban a los gritos.
Dijo que el sindicalista Alejandro Crespo “mintió” cuando dijo que no conversó con el Gobierno porque se reunió con De Mendiguren y, sorpresivamente, avaló indirectamente el reclamo gremial de que el aumento salarial le gane a la inflación: “Ojala que tengan el mejor acuerdo salarial para ganarle a la inflación. Ayer les pedí a las empresas que también se sienten a la mesa”.
El resto de la oposición fue bastante contemplativo con Massa, y hablaron de “razonable” sus estimaciones de gastos. “Ha sido de las presentaciones más pedagógicos”, llegó a decir el cambiemita Rodrigo de Loredo. “Sorprendió que el ministro Massa afirme que la inflación del 60% que se presupuestó no solo va a ser el piso sino también el techo”, lo cuestionó Negri.
El ministro se rodeó en la Cámara baja por los secretarios y secretarias de su cartera que, concluida su exposición, pasarían a otra ronda de exposiciones más técnicas y preguntas de la oposición: el secretario de Hacienda, Raúl Rigo; el de Finanzas, Eduardo Setti; el de Industria y Desarrollo Productivo, José de Mendiguren; el de Agricultura, Juan José Bahillo; y la de Energía, Flavia Royon.
Para mañana jueves está previsto que se sumen los informes de los titulares de AFIP, Carlos Castagneto; de Aduana, Guillermo Michel; de Anses, Fernanda Raverta y del Banco Central, Miguel Pesce.
El turno de los miembros del Gabinete será el martes 4 de octubre y allí se presentarán los ministros de Trabajo, Claudio Moroni; de Transporte, Alexis Guerrera; y de Obras Públicas, Gabriel Katopodis, de Salud, Carla Vizziotti, de Educación, Jaime Perczyk, y de Desarrollo Social, Juan Zabaleta. En caso de no poder concluir los ministros sus informes lo harán el jueves 6 de octubre que será la última reunión de la ronda de consultas, según el esquema diagramado por el oficialismo.
MC
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