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Financiamientos opacos

Los “tanques” digitales de Milei y el fantasma de los fondos reservados de la SIDE

Daniel Parisini, conocido como el "Gordo Dan", eslabón principal del ejército libertario en redes.

Pedro Lacour

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“Esperen el video de esta noche”, azuzaban este viernes fuentes de Casa Rosada, sin disimular el regocijo. Lo dicho podría ser intrascendente si fuera únicamente una publicación de una cuenta anónima de X. Sin embargo, deslizado por miembros del propio gobierno de Javier Milei, el comentario tiende a adquirir el status de anuncio.

La denuncia por violencia de género de Fabiola Yáñez contra Alberto Fernández, con la difusión de imágenes que exhiben la brutalidad de los actos que se le imputan, es pasto fresco para la estrategia digital de La Libertad Avanza, cuyos lineamientos generales son trazados por el asesor presidencial todoterreno Santiago Caputo.

La noticia de los maltratos físicos de Fernández hacia su expareja generó un escándalo político de alcance todavía desconocido. En las oficinas de Balcarce 50 festejan. Es que la truculenta historia no hace más que alimentar la maquinaria de propaganda libertaria, una usina dedicada cotidianamente a apuntalar el relato oficialista con memes y frases agresivas dirigidas como estocadas a cualquier usuario que ose criticar la gestión de Milei.

Su base de operaciones se encuentra en el primer piso de la sede gubernamental, más precisamente en el Salón de los Próceres. En ese espacio funciona la Comunicación Digital del Gobierno, columna vertebral de su estrategia política, dedicada a marcar agenda en redes sociales.

Desde el comienzo que los rumores acerca de un financiamiento opaco salpican el área que, al menos en los papeles, comanda el tuitero Juan Pablo Carreira, alias “Juan Doe”. Sin embargo, fue la asignación de $100.000 millones en materia de fondos reservados para la flamante Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE) lo que alimentó todavía más las sospechas, al punto de encender alarmas en la oposición. “La plata ya la están gastando para el ejército de trolls”, llegó a afirmar el senador kirchnerista Oscar Parrilli, en referencia al decreto que otorgó el aumento presupuestario, durante la discusión que tuvo lugar este jueves en la bicameral de Trámite Legislativo.

Esta semana, otro legislador que se puso al frente de las críticas a las usinas comunicacionales del Gobierno fue el diputado nacional Nicolás Massot del flamante bloque Encuentro Federal que encabeza Miguel Ángel Pichetto. Quien fuera jefe de bloque PRO durante la presidencia de Mauricio Macri no dudó en cruzarse con un soldado clave en la escudería digital de Santiago Caputo: Daniel Parisini, mejor conocido en X como @GordoDan_, quien había apuntado contra Massot por acompañar una moción del kirchnerismo en contra tanto del DNU de incremento presupuestario como del que dio luz a la nueva SIDE sin pasar por el Congreso.

“Mamarracho @GordoDan_, venite al congreso si te animás a salir de lo virtual y tenés la capacidad de sostener un argumento”, desafió el legislador a Parisini, que lo había insultado, y agregó: “Me encontrás fácil si querés, o como le dije al Presidente, que también se fue al mazo, elegí día y hora y discutamos como se debe. Seguí militando con Scioli”.

El accionar de la tropa digital comandada por Parisini puede llegar a ser descarnado, como expuso una investigación reciente de la revista Crisis, en la que se enumeran diversos casos de hostigamientos virtuales que acaban trasladándose al plano “real”. Un estilo persecutorio que, según quedó expuesto, responde a una aceitada maquinaria en funcionamiento al menos desde 2021. El asedio incluye una serie de instancias que se suceden o pueden darse en simultáneo: difamación pública, exposición de datos personales ajenos (doxeo), amenazas de muerte a través de mensajes privados, acoso a domicilio e incluso amedrentamiento físico en plena calle.

En lo que respecta al plano virtual, ni siquiera los funcionarios están a salvo. Lo pueden atestiguar tanto el exsecretario de Bioeconomía, Fernando Vilella, como el exsubsecretario de Deportes, Julio Garro, que fue eyectado del Gobierno inmediatamente después de insinuar que los jugadores de la Selección Argentina debían pedir perdón por su cánticos xenófobos contra Francia. “Desmiento categóricamente que haya solicitado a Messi que pida disculpas”, escribió Garro en X. Fue el propio Gordo Dan quien se encargó de responder su mensaje con el video de sus declaraciones.

El caso de Vilella, a diferencia del de el exintendente de La Plata, se pareció más a una agonía. Durante meses, fue blanco de ataques virtuales encabezados por Parisini, que comenzó a hostigarlo luego de que el ahora exfuncionario le diera “me gusta” a un posteo del senador radical Martín Lousteau en el que criticaba la falta de acción del Gobierno ante la epidemia de dengue. “@vilellafer a partir de mañana no te quiero ver más en tu puesto de trabajo”, había sido el primero de varios mensajes, que comenzaron en marzo y que terminaron el mes pasado con la indeclinable renuncia del funcionario.

Durante la campaña presidencial, ese ejército ya se encontraba en plena actividad, con fricciones cotidianas que eran encabezadas por cuentas que, al igual que ahora, se escondían detrás seudónimos o perfiles falsos. Uno de los principales cerebros detrás de ese plan fue Fernando Cerimedo, uno de los fundadores de La Derecha Diario, que ante La Nación reconoció la existencia de 50.000 trolls con inteligencia artificial a su disposición en X, pero con la aclaración de que no los utilizaba para hostigar, sino para “intervenir en los algoritmos” y hacer que determinados temas se vuelvan relevantes. 

Otro que siempre se encargó de negar la existencia de trolls que operen contra sus adversarios políticos es Agustín Romo, un eslabón fundamental en el engranaje de los equipos de comunicación de La Libertad Avanza durante la campaña de 2023. “Yo no los controlo, no les pago, no les bajo línea. Son personas de carne y hueso, son militantes orgánicos que quieren que Milei sea presidente”, repetía como un mantra el hoy diputado provincial bonaerense, que sigue siendo gravitante en el mundo de los estrategas digitales libertarios.

“Como Director de Comunicación entiendo que la campaña tiene que ir por el lado de tratar de controlar la conversación para el lado que no te conviene. Si no instalás un tema, el chiste es hacer que pisen el palito”, llegó a definir el año pasado en una entrevista con elDiarioAR. Hoy, con el aval explícito de Milei, ese mecanismo está institucionalizado. Y es implacable.

DM/PL

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